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-Señorita Kim, no sabía que usted venía- dijo Minha al momento de verla salir de los ascensores y dirigirse a la oficina de su jefe.

-Buenos días a ti también- dijo Jennie cortante, no iba a ser cordial con una de las chicas que se había estado acostando con su entonces esposo- Ha sido de imprevisto, me dí cuenta que tengo algunas pertenencias mías allá y quiero recuperarlas.

-Entonces deje acompañarle y...-Pero la chica fue interrumpida por la mayor.

-Quisiera privacidad, es algo difícil para mi estar aquí...-dijo como si realmente le afectase, convenciendo a cualquiera que la viera a excepción de Yoongi, quien reía disimuladamente de lo buena actriz que era.

La chica consternada asintió, y sólo bastó eso para que la pareja ingresará a la gran oficina de Jong-in.

-Maldito seas- dijo ya cerrando con seguro las puertas y sonriendo maliciosamente- cuantas debió tirarse en este mismo mueble.

Miraba con recelo el escritorio, hasta que sintió unas grandes manos en su trasero, apretujandolo sin escrúpulos.

-Quizás... le podemos dar una lección- dijo Yoongi en la oreja de ella, besando desde ahí hasta las escapulas de la chica.

Jennie sintió su cuerpo arder, pero fue más aún cuando se recortó en el escritorio y recibió el mejor oral de su vida.

Sin duda Yoongi había nacido con un don...

Así estuvieron largos minutos hasta que la inoportuna de la Secretaría llegó, por suerte para ambos, ya estaban listos para irse con las cosas de ella en una caja.

-Adiós Minha, disfruta tu sexo con Jong-in mientras dure... si es que a eso se le puede decir sexo- dijo burlona y dejando a una avergonzada chica sin palabras.

Yoongi evitó reírse por cortesía, pero las ganas no faltaban.

Como tampoco las ganas de tocar a Jennie nuevamente, sabiendo que su tanga estaba en el escritorio de ese maldito como recuerdo de lo que perdió.

INSATIABLE (Yoonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora