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— Wow —exclamó lamiéndose los labios— esa camisa y ese jeans sí que te quedan bien, muy bien

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— Wow —exclamó lamiéndose los labios— esa camisa y ese jeans sí que te quedan bien, muy bien.

— ¿En verdad? —pregunté dándome una vuelta lentamente.

— Por supuesto, aunque a decir verdad se verá mejor en el suelo.

Se acercó y me tomó por la cintura, con la punta de su lengua lamió mi oreja izquierda y exhaló haciendo que su aliento entrara y me provocara una cálida sensación que recorrió cada centímetro de mi cuerpo hasta arquearlo. Bajó lamiendo hasta mi cuello y, una vez ahí, me dio pequeños besos mientras colocaba sus dedos en los botones de mi camisa y los desprendía, al llegar a la altura de mis pezones deslizó hasta éstos sus manos y los masajeó por encima de la delgada tela de la camisa, mis manos estaban sobre sus codos sujetándolos fuertemente, sentía que me desvanecería por las intensas sensaciones que sus caricias me estaban provocando.

Bajó su cabeza para lamer y besar el inicio de mis pectorales, hice la cabeza hacia atrás y después sujeté con mis manos su cara y la llevé hacia la mía para volver a besarlo apasionadamente, una de sus manos bajó hacia mi muslo y la metió por debajo del jeans hasta mi nalga que masajeó. Dejamos de besarnos para tomar aliento, dirigí mi boca a su cuello y lo lamí hasta llegar a su oreja.

— Quiero sentirte dentro de mí —susurré, mientras con una mano acariciaba su parte más vulnerable por encima del pantalón notando su erección.

Presuroso, desabroché el cinturón y bajé el cierre del pantalón mientras él sacaba un condón de una de las bolsas. Liberé su miembro que denotaba la misma urgencia que yo sentía en mis pantalones mientras él sacaba el condón de la envoltura y se lo colocaba mientras yo me tumbaba en la cama y me quitaba el jeans junto con mis bóxers. Él se quitó el pantalón y se colocó encima de mí subiendo mis piernas para introducirse en mí, sin preparación alguna.

Ésta ocasión el gemido que se escapó de mi boca fue más fuerte, él sonrió satisfecho mientras se movía suavemente dentro de mí mientras yo desabrochaba su camisa y se la quitaba para acariciar ese torso perfecto y marcado. Él puso su cara sobre mi hombro y jadeaba justo en mi oreja volviéndome completamente loco, yo acariciaba su espalda y bajé hasta sus nalgas que empujé para que se introdujera más profundo en mí, aceleró sus movimientos mientras me besaba y mordisqueaba mis labios, rompí el beso al sentir que llegaba al orgasmo para liberar el grito que estaba en mi garganta. Él se rió.

— Sshhh, van a pensar que te estoy matando —dijo sobre mi boca que permanecía abierta, con esa voz aterciopelada y ahora retorcida por la excitación.

— Y lo estás haciendo... de placer —dije sin ningún pudor, a estas alturas había olvidado por completo el significado de esa palabra.

Se levantó aunque todavía no terminaba, yo me hinque en la cama y me quité la camisa que estorbaba, él se sentó recargado en la cabecera y yo me senté sobre él, frotando nuestras partes más íntimas mientras lamía y mordisqueaba su oreja, con mis manos jugueteaba con sus pezones, él me sujeto por las nalgas y me levantó un poco, entonces yo tomé su miembro y lo dirigí hacia donde lo necesitaba, dentro de mi cuerpo, al sentirlo hice la cabeza para atrás y volví a gemir moviéndome acompasadamente, tomando el control de la situación, él subió sus manos a mi cabello y lo acarició, yo moví mi cabeza y coloqué mis manos entre mis cabellos para desordenarlo, él tenía ahora sus manos en mi cintura y las movía hacia mis muslos, yo coloqué las mías sobre sus hombros para seguir moviéndome, nuestras miradas se cruzaron, ambos estábamos disfrutando las expresiones de placer que teníamos reflejadas en el rostro y los gemidos que se confundían.

Sentí como explotaba en mi interior mientras apretaba mis nalgas y gemía, lo bese sintiendo como yo volvía a llegar al éxtasis total. Me quedé unos minutos recargado sobre su hombro, tratando de controlar mi respiración y después me senté a su lado, no pude evitar suspirar fuertemente y él me miró.

— ¿Ya te vas? —fue lo único que se me ocurrió decir.

— ¿Ya quieres que me vaya?

— No, es sólo que... bueno... la otra vez...

— Aún es temprano.

— ¿Sabes?, tengo una duda —dije mordiéndome el labio inferior.

— Dila, sólo recuerda que nada personal.

— No lo es... —estaba buscando las palabras correctas para hacer esa pregunta que me llenaba de vergüenza—  bueno, como te diste cuenta, mi amigo no me explicó gran cosa y pues... yo me preguntaba si... —sentí que las mejillas me ardían por el rubor.

— ¿Si qué? —preguntó poniéndome más nervioso porque me miraba fijamente.

— Pues... si hay... es decir... tengo que... pagarte —finalmente lo dije mirando hacia mis manos que jugaban con la colcha.

— ¿Te refieres a dinero? —dijo sonriendo divertido y yo quise que la tierra me tragara.

— Sí —respondí titubeante.

— ¿Y tú crees que la otra ocasión me hubiera ido sin mi pago?

— Supongo que no —reflexioné que me hubiera llamado para cobrarme.

— No soy un gigoló, si es lo que piensas, esto es sólo placer para ambos y créeme, no hay dinero suficiente para retribuirlo.

Me quedé mido, no me esperaba esa respuesta, en verdad tenía toda la razón, no contaba con el dinero suficiente para pagarle todas esas intensas sensaciones que me hacía sentir.

Vi que se levantó y tomó su pantalón del suelo, buscó en una bolsa y sacó otro condón, eso provocó que sonriera y mordiera mi labio inferior.

Sí, una vez más, con otra vez me conformaría por ésta noche. Se subió a la cama y dejó el condón sobre la almohada, me jaló de las piernas para dejarme completamente acostado y con las yemas de sus dedos las fue recorriendo, desde el talón, se detuvo en las rodillas haciendo movimientos circulares y después subió a mis muslos que apretó ligeramente. Lamió mi ombligo y subió a mis pezones con los que estuvo jugueteando mientras que con dos dedos frotaba mi entrada, yo arqueé mi cuerpo y abrí mis piernas, él subió lamiendo hasta mi cuello y después me besó mientras colocaba su dedo en mi interior deslizándolo afuera y adentro.

Como pude tomé el condón y lo saqué mientras él seguía dándome placer con su dedo, se lo di y vi como se lo colocaba, abrí más mis piernas y cerré los ojos al sentir como entraba de nuevo en mí.

Ardiente Tentación  「Yoonkook」+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora