Tres simples reglas a seguir.
1. No nombres.
2. No preguntas personales.
3. No lazos afectivos.
Son las indicaciones que el desconocido da a Jungkook en su primer encuentro... Pero ¿para ambos será igual de fácil seguir éstas reglas al pie de la le...
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— Buenas tardes —dije serio y molesto, ambos voltearon a verme.
— Bebé, al fin llegas —exclamó Yoongi tomándome de la mano y me dio un beso en los labios ante la mirada atónita de el tipo que tuvo que moverse hacia atrás—. Mira, te presento a Ahn, un viejo amigo. Ahn, él es Jeon Jungkook, mi novio.
— Mucho gusto —dijo con una sonrisa fingida mientras me recorría con una mirada fulminante y yo estaba quizá más sorprendido que él por la presentación.
— Igualmente —respondí en toco seco.
— Un placer verte, Yoongi —enfatizó mirándolo y sonriéndole coquetamente—. Cuando quieras llámame, sabes dónde encontrarme —agregó dándole un beso en la mejilla.
Yo me quedé trabado, era el colmo de la desfachatez, poco le importo que Yoongi le dijera que yo era su novio y le coqueteó en mis narices, sentí como me hervía la sangre y di un paso al frente, pero Yoongi me detuvo parándose frente a mí.
— Jungkook, no querrás hacer un escándalo en un lugar público.
— Que tipo tan descarado y tú como si nada dejándo que te besara —exclamé furioso, si no podía desquitar mi coraje con ese imbécil, lo haría con Yoongi.
— Un beso en la mejilla no es besar, Jungkook —explicó sonriendo.
— Pero, los vi cuando llegué y su intención no era precisamente dártelo en la mejilla.
— Me encanta cuando te pones celoso —dijo abrazándome y poniendo su frente en la mía—, ¿En verdad pensaste que yo iba a permitir que eso sucediera?
— Pues, le sonreías muy animadamente —respondí con menos coraje porque su aliento estaba colándose por mi nariz.
— No es mi estilo portarme grosero y menos con viejos amigos, sin embargo, iba a rechazarlo sutilmente, claro que lo mejor fue que tú llegaste —aclaró acariciándome la mejilla con el dorso de su mano.
— Pero, te coqueteó descaradamente —repliqué en un tono más tranquilo.
— Y podría haberse desnudado y mi respuesta iba a ser la misma —tomó mi mentón con su mano y me miró directo a los ojos—. Jungkook, hace mucho que dejé de estar con otras personas, grábate esto muy bien aquí —puso un dedo en mi sien—, y aquí —lo puso en mi pecho a la altura del corazón— El único que me importa eres tú, a el único que quiero es a ti —me dio un beso en los labios—. Con el único que me interesa compartir mi cama es contigo —susurró en mi oído y me abrazo fuertemente.
Volvió a desarmarme por completo, no pude expresar palabra alguna, estaba por demás de emocionado y a la vez avergonzado por haber pensado durante un segundo que me engañaba y sólo buscaba burlarse de mí, no cabía duda que los celos nublaban la razón y jamás los había sentido con tanta fuerza, ni siquiera con Hoseok.