De un momento a otro alguien nos inculpó diciendo: Profesora, podría hablar un poco más alto. Es que aquí están hablando y no me dejan escucharla. La profesora giró con rapidez, nos vio hablando y nos empezó a regañar.
Ustedes dos. – Nos congelamos viendo hacia la profe – Ya dejen de hablar, a la próxima los saco de aquí y llamo al director ¿entendieron? Acentuamos al mismo tiempo. Toda la clase dirigían las miradas hacia nosotros y luego miraron al culpable... Era José, se veía como un "héroe".
Me sentía mal por haberme regañado, nunca me habían dirigido de esa manera. No sabía qué hacer, la clase me veía y me apenaba cada vez más. Miraba a todos y por un momento miré hacia Andrea y me sonrojé, aparte la mirada rápidamente, puse mis brazos juntos encima de la mesa para luego acostarme. Me sentía avergonzado, no quería que nadie viese esa cara colorada con unos lentes para leer de lejos.
No pasé mucho rato así, me levanté y Manuel preocupado me dijo: ¿Está todo bien, Tom? – No mucho, será mejor que vaya al baño a tomar un respiro. Me levanté, le pedí permiso a la profe para salir, caminé rápido para que nadie me viera la cara. Fui lo más rápido que pude, abrí la puerta y mientras lavaba mi cara con jabón veía esa estúpida cara de nuevo. Esos lentes que oculta los ojos rojos, la nariz roja mocosa y la vergüenza que expresaba mi expresión facial.
Sequé mis manos y salí, se acerca una presencia muy conocida, era Jenny. Interpuse primero que ella. ¿Qué quieres Jenny? – Ay solo venía a saludar, al parecer estas molesto, cariño. – Disculpa... espera, ¿Cariño? – Dije confundido – Yo no soy nada tuyo, Jenny. - Por supuesto que sí, tú eres distintos a los demás - dijo acercándose muy lentamente hacia mí.
Tú serás mío... susurro en mi oreja, tratando de buscar un beso. Inmediatamente me aparté de ella y me metí en el baño otra vez. – No te escaparás de mí, Cariño. – Dijo a través de la puerta. ¿Qué le sucede a Jenny? ¿Qué tengo de especial? Tal vez mi cuerpo, Aunque no lo he mostrado, o tal vez mis ojos claros o mi cabello, de verdad no lo sé. – Dije en voz alta sin llegar a ningún punto. Me volví a lavar la cara, me sequé y con mucho cuidado, abrí la puerta para ver si estaba Jenny y no se encontraba.
Uff es un alivio – dije con mucha paz dentro de mí. Ya estaba calmado, daba brinquitos de la emoción hasta que llegué a la puerta. Abrí y me percaté que Jenny estuviese en su puesto, no quería que me apareciera por detrás y me asustara.
Fui a mi puesto y me estaba esperando Manuel y diciendo: ¿Y eso qué tardaste tanto? – Adivina quién estaba esperándome. Dije un poco sorprendido. - Jenny ¿verdad? – ¿Cómo lo adivinaste? Exclamé sorprendido. – Es la única que salió del salón, aparte de ti. Respondió con una risa. – Ah, tiene sentido.
¿Pero qué pasó allá? – Pregunto Manuel curioso de saber. – Que tal si te lo cuento después porque si no, nos pueden inculpar otra vez. – propuse una idea con una sonrisa. – Me parece bien. Respondió con una sonrisa. Espero que me puedas prestar tus notas para copiar esta clase. - Por supuesto – Respondió con amabilidad
Mientras dejamos de hablar y empezábamos a copiar lo que decía y escribía la profesora. Yo estaba preguntándome que fue lo que pasó con Jenny. ¿Qué tengo yo que no tengan otros? O ¿Por qué soy especial para ella? O ¿Por qué me llama "Cariño"? Tantas dudas que me hice, que ya no sabía si estaba en clase de filosofía o una trivia.
Sonó el timbre para salir al cafetín, la profesora ya terminó de explicar y nos manda a recoger todo. Manuel y yo, estábamos recogiendo nuestras cosas mientras hablábamos de lo que pasó en el baño, el preguntaba y yo respondía al instante. Estábamos de camino al Cafetín.
Lo que todavía no entiendo es ¿Por qué yo? – dije muy dudoso, confundido por todo lo que pasó. – No sabría que responder, pero si no quieres no vayamos para el cafetín. – no, vamos. Tú me estás motivando mucho. – agregué siendo agradable y respetuoso. – Entonces, ¡Vayamos a pedir un café! Grito con emoción y corrimos hasta el cafetín.
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Diario de un Chico
Historia CortaEste es el diario de un chico que no paraba de enamorarse cada vez de la mirada de esa chica. Un día se dio cuenta que el amor era raro, no podía entenderlo y empezó a odiarlo porque los demás no lo entendían. con el tiempo fue escribiendo lo que se...