Entre el cielo y el infierno (Libro 1: La tierra)

Capítulo 13

– Mi niña no te preocupes, te creo, sé que esas cosas son posibles. Es hora de que tú y yo hablemos, aunque yo tengo que aclarar ciertos puntos antes de poder comenzar a explicarte en lío que te he metido. Por favor confía en mí, necesito que confíes en este viejo que se ha creído un listo y ha hecho el tonto. – La voz de Paúl sonó fuerte y ronca, como si estuviera meditando sobre algo importante, lo cual le provocaba dolor. Suspiró, como si estuviera aceptando algún hecho. No podía entender que causaba ese brillo de dolor en esa mirada que tanto quería. Era como si le estuvieran rompiendo el corazón, viéndolo ante ella temeroso de acercarse, sospechó que sería ella la que tenía esa posibilidad.

Por otra parte Paúl ya estaba harto de tantas medias tintas, tenía claro que allí estaban librándose luchas que otros no percibían. La energía que se estaba liberando era demasiado fuerte como para que él la dejase pasar, por su terquedad, por su miedo a perderla nuevamente. Podía reconocer la verdad que se ocultaba detrás de las sombras, había vivido en ellas por veinte largos años, lo que ahora le parecía una eternidad, le provocaba un terror profundo el pensar en toda una eternidad sin ella.

– Me estas asustando... qué sucede... Paúl...

– Vamos a dejar esta conversación para luego, tengo que consultar con la almohada el cómo debo decirte todo. ¿Confías en mí?

– Sí, completamente. – Ella lo miró en silencio, sin poder explicarle cuanto, ni el por qué. –Está bien, te lo paso por que estoy agotada. Sé que no podré discutir contigo, de forma inteligente. De seguro termino llorando como una chiquilla, en busca de su oso de peluche. – Él asintió y la dejo sola para que descansara. Él tenía que hacer varias cosas, muchas de ellas no bien vista por el resto del mundo o por los que no eran igual a él, así que debía tener cuidado por si habían algunos detrás de su precioso tesoro.