7. Chasing yesterday

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No hay cuidados que los médicos le puedan dar a Jeno en un hospital, aunque de todas formas, su papá habría insistido en tenerlo en casa. Todos saben que el final se acerca, que Jeno solo es un ser que respira y mueve la cabeza, que no se puede mantener en pie y que tiene que poner mucho de su esfuerzo para moverse. Renjun y Meiying, la madre de este, traducen el poco vocabulario de Jeno, porque su chino ahora ha empeorado y su coreano es casi nulo. Permanece en cama, duerme a todas horas y solo se despierta cuando lo hacen levantarse para comer.

Su cuerpo no acepta mucha comida sólida mas que papillas y agua, usa calzoncillos desechables y le hace enojar cuando sus padres lo arrastran al baño para cambiarlo. Podrá haber perdido su capacidad intelectual, pero todavía comprende la humillación.

En la semana de Chuseok, Jaemin llega a Incheon para pasar las fiestas con Jeno. Sus padres se sienten un poco decepcionados por no tener a su único hijo en casa, pero al haberles explicado la situación, fueron capaces de comprender, entristecidos por la condición de un chico al que no conocían.

Es jueves por la noche, Jaemin le da su cena a Jeno, que consiste en papa cocida con pollo licuado, y lo detesta. Se lo hace saber a Jaemin cuando se rehúsa a abrir la boca y este le mira como si estuviera regañándolo.

-Jeno, papá se va a enojar si no comes -le advierte Renjun en chino, Jeno ni siquiera le mira, pero Jaemin le da un beso en la mejilla.

Tiene intenciones de dirigirse a sus labios, a lo que Jeno le sonríe lo mejor que puede y se prepara, pero el castaño se detiene y señala el bocado en la cuchara.

-Come primero y después nos besamos.

Jeno se enoja cuando Renjun traduce, se niega a comer de nuevo, pero termina haciéndolo cuando Jaemin le hace esos gestos bonitos que ama tanto, y le masajean la espalda para que esté relajado.

-Jeno yah, estoy aprendiendo chino para que Renjun no se entrometa en nuestras conversaciones. Es vergonzoso -dice puchereando, mira al bajito de pie junto a la cama y este traduce con un gesto divertido. Jeno sonríe después, contento por las noticias.

Jaemin duerme a su lado esa noche, lo abraza con cuidado para no lastimar los músculos debilitados y los frágiles huesos. Le susurra cosas al oído que Jeno no entiende, pero que sirven para arrullarlo cuando el dolor en sus extremidades se hace insoportable. Le besa el rostro, le canta una canción de cuna y le promete estar ahí siempre, hasta el final.

Le jura que aprenderá el chino, ruega que lo espere aunque se tarde un poco y él olvide a paso fugaz. Que luchará por entender sus palabras, su vocabulario decadente.

Jaemin le promete llevarlo a la playa, y esta vez, Jeno sonríe melancólico-como si conociera todavía la melancolía-cuando Jaemin menciona a Hyuck y su invitación a su casa en Jeju. Se envuelven en las mantas, y Jaemin cubre con su calidez el saco de huesos que es Jeno. Lo abraza, acaricia la piel pálida y quebrada con su aliento, como queriendo darle vida.

-Nana wánměi -le susurra, cayendo poco a poco en el sueño. Es lo único que Jaemin entiende porque Jeno nunca dejó de repetirlo, lo hacía constantemente cada que se veían, que se reducía a los fines de semana que Jaemin salía del campus.

-Jeno wánměi -le responde, y no miente. Jeno sigue siento perfecto, lo ama demasiado como para negarlo, pero su mente le regresa a la realidad y le dice que ese Jeno está muy lejos de serlo. Los pómulos alzados ahora son signos de su mala alimentación, no de belleza como antes. El cabello negro ya no brilla como antes, en cambio es opaco, como si una manta de polvo y telarañas lo cubriera por todos lados.

HYPER (brain damage) | nominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora