8. Epilogue / Wings flutter

6.2K 940 351
                                    

Sentado en el césped, mirando las letras de la piedra tallada sin leer algo en particular, mis pulgares tallan la imagen que sonríe en la fotografía, como si de esa forma pudiera estar tocándolo a él. La hierba pica bajo mi cuerpo, el aroma a naturaleza se siente corrompido por la melancolía flotando en el aire, probablemente mi propia tristeza ahogándome, los recuerdos haciéndose vívidos como cada vez que me encuentro en este lugar.

Solía tener miedo de este sitio, de mí mismo, de mis pensamientos. Ahora, solo siento tranquilidad, a pesar de que esa pizca de dolor sigue punzando en el pecho. Siento que he avanzado un poco más hacia la salida del pozo, pero todavía me veo lejos de alcanzar el borde siendo que, cada noche antes de dormir, perdido en mis pensamientos, retrocedo millas que ya llevaba por delante.

Pienso en mucho, en todo, en nada. Imagino, sueño. Me pregunto cosas que nadie, ni siquiera yo me puedo responder. Se me va el tiempo en situaciones diarias que se empapan de recuerdos, y en momentos tan poco usuales como este, en el que miro un trozo de piedra con un nombre y un lapso de veintidós años tallado debajo.

Prefiero remover las piedrecillas que ensucian la pulcritud de su sitio de reposo, arreglo las flores que he traído y las acomodo a cada lado de la lápida, pero ni siquiera ellas pueden embellecer algo tan oscuro, tan simple y a su vez tan complejo, eso que sirve como el recordatorio de una ausencia.

Hoy soñé contigo, Jen. Lo pienso, porque susurrarlo sería un signo de locura. ¿Acaso el viento guardaría este secreto, o soplaría para correr la voz? ¿Me acusaría de hablarle a la nada?

Soñé, Jeno yah, que nos conocíamos de nuevo, mucho antes de lo que el tiempo pudiera describir, en un lugar en el que jamás estuvimos. Soñé que nos asoleábamos en un jardín que no era del campus, desnudos y hermosos, libres, amándonos. Luego nos arrestaban, pero nos arrestaban juntos; nos ponían unas esposas que sellaban nuestra unión, y huíamos ambos en nuestra desnudez, nos desvanecíamos con el viento, nos perdíamos en la atmósfera. Volábamos alto y después, nos fundíamos como polvo. Polvo que ahora eres, y que en algún momento yo seré.

Sueño seguido contigo, cuando duermo de día o de noche, y cuando me ausento en mis pensamientos.

Solía imaginar que estabas aquí, que me sonreías, que decías alguna tontería que me hacía reír. Pero pronto descubría que aquellos eran solo mis recuerdos.

El polaroid entre mis dedos, arrugado y resquebrajado en los bordes, maltratado por sostenerlo tanto (¿o quizá porque lo miro demasiado? ¿puede mi mirada desgastar tu imagen?), aunque es probable que también tenga que ver el que haya sido humedecido incontables veces por mis lágrimas. En la fotografía sonríes, tan lindo y risueño, de pie mientras mi cuerpo por inercia parecía atraído hacia el tuyo; hay un vaso de café en mis manos, pero tú sostenías un refresher de durazno porque oh, cómo odiabas el café. En ese entonces todavía se podía distinguir mejillas rellenas que luego de unos meses, se volvieron ahuecadas; mientras tanto, en esa fotografía éramos incapaces de sospechar que algo tan grande iba a destruir algo que apenas estaba naciendo.

Trazo con el pulgar las líneas descuidadas que ya me sé de memoria, esas que escribiste la última vez que pudiste hacer algo así. Me he tatuado ese Nana y el desastroso corazón en mis recuerdos, lo miro cada día, cada hora; también lo he impregnado en mi piel, y es por eso que soy incapaz de dejar de lado su forma.

Nunca me olvido de ti, Jen, no soy capaz. Y tenías razón, como siempre. Todos hemos venido a este mundo por algo. Yo aún no sé por qué sigo aquí en este espacio, pero si sé el propósito de Renjun.

¿Recuerdas el efecto mariposa? ¿Recuerdas que alguna vez dijiste que inclusive la muerte de tu madre y la tuya serían por algo en particular? Fue duro, pero todo ese sacrificio ha llevado a Renjun a Londres; tu hermanastro, al cual conociste cuando Taeyong decidió casarse de nuevo, hizo pedazos tu cerebro y luego de años de investigación, por fin ha desarrollado junto con su equipo de trabajo un tratamiento para el dos por ciento de la población mundial que tiene esa bacteria arruina vidas. Seguro debe estar presentándolo en alguna universidad importante.

Aún sigo preguntándome por qué tuviste que ser tú el sacrificado.

Luego recuerdo a Renjun, y siento algo de alivio. ¿Quién más tendría un hermano con un futuro así por delante? A pesar de que seas tú quien haya pagado por adelantado.

Aunque sigo sin saber por qué fue que te conocí. ¿Acaso fui un tonto que, aun sabiendo el desenlace de la historia, se quedó con la esperanza de obtener otro final?

Renjun dice que seguramente, de no haberme cruzado en tu camino, habrías optado por la eutanasia. Ojalá pudieras decirme si eso es verdad.

Renjun también dice que Londres es bello, que su alrededor es campo con pequeñas ciudades, unas más grandes que otras. Que los pueblos son tan tranquilos, que hay pubs en todos lados... que visitar la tranquilidad del campo inglés me hará bien, pero no quiero... solo deseo dormir un poco más hoy y mañana, y probablemente la semana y el mes siguiente. Quién sabe cuándo deje de sentirme tan cansado.

Duermo los días, pienso en las noches. Otras veces duermo de noche y exploro los recuerdos, o lo que me queda de ellos mientras el sol está fuera. Procuro hacerlo en mi tiempo libre, porque todavía estoy ocupado fingiendo que he seguido adelante; y ciertamente lo he hecho, solo que en mi mente siempre estás tú, Jen.

¿Soñaré contigo esta noche? ¿Soñaré que nos conocemos de nuevo? Que nos asoleamos desnudos y huimos de la ley, o quizá del tiempo que nos quiso separar, de la realidad que nos mantiene apartados, de la vida y la muerte que se empeñaron en segregar nuestras existencias hasta por fin conseguirlo. Tal vez demos la vuelta al mundo como el viento en el que nos desvanecimos, aterricemos en el mar y nos fundamos en espuma salada que choque contra las rocas.

Tal vez viaje un poco en el tiempo por mis recuerdos, entonces estarás aquí otra vez, o quizá sea yo el que me reúna contigo. Probablemente hoy, o mañana, o el año siguiente.

Solo debo esperar a que las cosas pasen por algo, que alguna mariposa sacuda sus alas y me lleve a algún destino inesperado.

Lo único que ruego, es que en ese destino podamos estar eternamente juntos.

🍃

Bueno, ahora sí este es el final. Les confieso que me daba mucho nervio el tocar un tema así, pero mucho más el usar esa combinación de primera con segunda persona en la narración, llevaba años sin hacerlo u_u

En fin, muchas gracias por acompañarme en esta historia. Ahora sí, de vuelta a las demás 💞

HYPER (brain damage) | nominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora