The Gravity Between Us (Juliantina AU)

capitulo 23

Conduzco por un rato antes de acabar en La Cienega Park. Estoy sentada en el capó de mi coche, buscando consuelo en el cálido aire crepuscular, cuando me doy cuenta de que no estoy ahogándome en la angustia sino profundamente perdida. Hay alguien que puede ayudarme a encontrar mi camino. Hurgo a través de los bolsillos de los pantalones buscando mi celular y marco el único número que me sé de memoria. La voz familiar responde a 3,000 millas de distancia.

-Hola, mija.

-Hola, mamá.

Le relato hasta el último detalle del asunto, incluyendo como estoy bastante segura de que ha terminado y lo devastada que estoy por eso. Ella no esta en absoluto sorprendida al oír que Valentina y yo habíamos estado saliendo durante meses. Me dice que lo descubrió mucho antes de que el Daily Post publicara la historia, mucho antes de que la Sra. Carvajal la llamara para quejarse de como yo estaba arruinando la vida de su hija. De alguna manera, mi mamá simplemente lo sabía, como si siempre lo supiera todo. Me dice que no quería molestarme al respecto. Pensó que hablaría de ello con el tiempo, porque siempre acabo hablando con ella sobre todo tarde o temprano. Me deja saber que estaba feliz por mí, porque yo estaba feliz, y ella tiene el corazón roto por mí porque tengo el corazón roto.

-Valentina tal vez necesite tiempo para poner todo en perspectiva -dice-. Fue muy difícil para ti darte cuenta de que tenías el derecho a la felicidad como los demás. No puedo imaginar cuanto más difícil debe ser para alguien tan famoso como ella.

O tal vez Valentina y yo estábamos condenadas desde el principio. Vivimos por diferentes conjuntos de leyes en dos realidades separadas. Ella es Hollywood, glamour de la costa oeste. Soy de Nueva Jersey, la monótona costa este. Esos dos universos son tan diferentes entre sí que no pueden cruzarse por una cantidad significativa de tiempo. Por eso se mudó a Los Ángeles, para permitir que su estrella brillara a su máxima expresión, para cortar a través de la monotonía de la normalidad. Soy sólo un remanente de su vida anterior, un residuo que debería haber renunciado al fantasma hace mucho tiempo.

-Sé lo difícil que es para ella, mamá. Por eso me fui. Sólo estaba complicando su vida. No era justo para ninguna de nosotras, no estaba bien que nuestra relación se volviera más gravosa que feliz.

-Oh, chica -pronuncia-. Pase lo que pase, recuerda la principal razón por la que te mudaste allí en primer lugar. Estás recibiendo una educación invaluable, y tienes que terminar lo que empezaste.

-Quiero terminar lo que empecé más de lo que he deseado algo, pero no me puedo pagar la Academia de Música. Dudo que pueda encontrar un trabajo que pague lo suficiente para cubrir la matrícula a menos que me convierta en una traficante de drogas o una prostituta.

-Eso seguramente no va a funcionar -dice con una risa-. El resto de este año esta pagado, ¿no es así? Ya se nos ocurrirá algo antes del semestre de otoño. Mientras tanto, ¿tienes amigos con los que puedas quedarte? Al menos hasta que encuentres un trabajo que te permita mantenerte por ti misma.

-Quizás haya alguien -le digo solo por intentar tranquilizarla. Sé que necesito urgentemente encontrar un trabajo, quizás algo contra todos mis principios, pero rápido y bien pagado en una pasarela, para salir del bache...Valentina se ha ofrecido a buscarme un apartamento, pero de ninguna de las maneras voy a aceptar su caridad.

-Déjame saber qué decides, cariño. Mientras tanto consigue una habitación de hotel y ponlo en tu Visa.

-Bien. Gracias mamá. Te amo.

-También te amo.

Noto el teléfono vibrar en mi bolsillo. Es un texto de Malena. "¿Cómo estás?" dice. "Bien, estoy en La Ciénaga Park, mientras decido qué voy a hacer con mi vida" -respondo. "¿Las cosas están tan jodidas?. - no contesto. Ella me dice que está en un evento patrocinado por la industria donde 'el ambiente es poco propicio para la conversación.' Insiste en que me reúna con ella en su casa. El siguiente mensaje que envía incluye su dirección, lo que me hace pensar sobre lo extraño que es que nunca he llegado a ver dónde vive. Cada vez que salimos, lo hacemos en público. Es un poco gracioso. Malena siempre está deseosa de pasar el rato conmigo en espacios abiertos, cafeterías, o las boutiques de Rodeo Drive, mientras que Valentina tiene tanto miedo de correr el riesgo de ser vista conmigo. El pensamiento es una navaja a mi corazón.