Abro los ojos y los vuelvo a cerrar nuevamente. La luz del día es excesiva. La boca me sabe horrible y me duele con intensidad el cuerpo. ¿Qué paso el día de ayer?
Ah, si. La fiesta de Joanné. No recuerdo que pudo haber sucedido. No soy una persona que bebe en las fiestas, así que es muy fácil que me emborrache y pierda la memoria de qué habré hecho la noche anterior. En realidad, no soy una persona que suele ir a fiestas.
Sin embargo, mi mejor amiga Zenia ama ir de fiesta y me animó a ir a esta, ya que supuestamente iba a ser la mejor fiesta del año. Los padres de Joanné Saavedra le dejaron la casa sola por el fin de semana ya que ella cumplía 18, con la única condición de que haga lo que haga, dejara la casa impecable.
No estoy seguro si habrá sido la fiesta del año, pero si fue la única fiesta a la que iré este año si terminaré igual de mal cada vez que asista a una.
Me pongo de pie con dificultad y me estiro. Estoy en pijama así que debí de llegar consciente a casa para haber cambiado mi ropa de calle.
El dolor de cabeza es intenso y siento que no puedo terminar de abrir los ojos, debido al intenso sol de mediodía que hay afuera de mi casa.
Un segundo... ¿mediodía?
ー¡Puta madre!ーgrito.
Acabo de faltar a la clase de la primera hora. Si me apuro tal vez llegue a la segunda. Con suerte, Zenia me pasará los apuntes y me explicará parte de la clase.
Me cambio en menos de un minuto, agarro un pan de la canasta, y me detengo en la puerta.
ー¡Adiós!ーgrito para todo aquel que pueda oírme.
Salgo corriendo de mi casa, sin embargo aún oigo un ligero "adiós" por parte de mi desempleado hermano Lucas.
Por suerte, vivo a solo unas cuadras de mi universidad. Me pongo frente a la entrada, muestro mi carnet de estudiante al guardia de seguridad y corro por los pasillos del Edificio B.
Al pasar frente a la cafetería, veo cómo Zenia habla con Leon, otro de mis compañeros de clase. Entro, extrañado porque no están presentes en el aula 205 esperando al profesor Suarez.
Me acerco a ellos, lentamente, quienes parecen no percatarse de mi presencia. Agito una mano frente al rostro de Zenia, quien absorta en su conversación, se queda ligeramente confundida cuando voltea a verme.
Finalmente, se da cuenta que soy yo y me saluda con un abrazo. Leon también me saluda, pero solo con un apretón de manos.
Zenia me mira con una sonrisa maliciosa en su rostro, lo cual causa cierta preocupación en mí.
ー¿Qué fue?ー finalmente le digo.
Ella se ríe en voz baja, sin dejar de mirarme.
ー¿Y a esta qué le pasa?ーle preguntóa Leon.
Se encoge de hombros.
ーLo mismo se preguntan los psicólogos desde que era chiquita, pero hasta ahora no lo han descubiertoーdice Leon, tan sarcástico como siempre.
Me río mientras regreso la mirada a Zenia.
ーLo que pasa es que ayer te fuiste bien acompañado a casa, mi querido Kyle.
¿Qué? ¿A quién lleve a casa anoche? Bueno quizás eso explique la razón de que estuviera con pijama. Espera, eso significa que quien sea que me haya acompañado, ¿me vio desnudo?
ー¿Qué? ¿Quién me acompañó a casa?
Zenia hace el ademán de cerrar sus labios como si se tratara de un cierre. Volteo a ver a Leon pero vuelve a encogerse de hombros.
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Última Esperanza
AksiDespués de tantos horrores presenciados por el planeta Tierra, finalmente se ha perdido la fe en el ser humano. En un mundo diezmado por una amenaza que debía ser nuestra salvación, Kyle Plaza busca un motivo para seguir viviendo, aunque ya haya per...