Me quedo quieta procesando todo, incluso permanezco en ese estado cuando Vincent aparta los labios de los míos, sus ojos azulados miran mi boca mientras lo hace y cuando sus ojos llegan a mis ojos, mi corazón no puede acelerarse más.
Pumm.. Pumm.. Pum..
Nos quedamos mirándonos, ignorando a mi hermana y prefiero mil veces las miradas de odio que nos lanzábamos a esto, porque ahora no puedo descifrar que hay en esos malditos ojos azules.
De repente sonríe y se vuelve a mi hermana, parpadeo tratando de entender todo esto, todavía siento el calor de los labios de Vincent sobre los míos y tengo el impulso de querer tocarme los labios.
—Vaya.. — Escucho a mi hermana, está apoyada con ambos codos sobre la mesa mientras apoya la cara en sus palmas.
—Tengo que irme, mucho gusto, Lizbeth..
—Cielos, llámame, Beth.
Vincnet hace una mueca incomoda.—Lizbeth será.
Vuelve a mirarme.
—Nos vemos después, brujita.
¿Qué acaba de pasar?
No soporto a Lizbeth, tanto es así que ya estoy aquí y antes de darme cuenta mi puño está golpeando la puerta de Vincent Hart, quien no tarda en abrir en medio de la noche y me muestra una sonrisa que saca a relucir sus dientes.
—Hanna..
—¿Tu invitación sigue en pie?
Él se hace a un lado y hace una reverencia contestando, me deja pasar y aun me cuestiono si hago lo correcto, después recuerdo que Lizbeth es como una cacatúa y no ha dejado de hablar de Anthony Fuller.
Me siento sobre su mueble mientras el trae el vino, lo observo abrirlo en silencio antes de empezar a servirlo.
—Te he salvado esta noche, Hanna, creo que tendrás que devolverme el favor.
Alzo una ceja.— ¿No qué no tenías planeado hacer nada?
El solo sonríe.
—Entonces... ¿Ibas a asesinar a tu hermana?
Suspiro.
—A veces lo entiendo ¿Sabes?
—¿Entender que..?
Vincent me ofrece una copa y la tomo en mis manos, viendo como él toma asiento a mi lado y lleva una copa en su mano también, juego con la mía moviéndola con suavidad y mis ojos permanecen en el vino.
—Ella fue la más afectada de los dos, estoy segura de que es su manera de que sobrellevarlo, que se sienta mejor o incluso tratar de olvidarlo.
— ¿Haciéndote sentir por debajo?
—Somos hermanas, las hermanas pelean y no necesariamente tienen que gustarse.
—No lo sé, no tengo hermanos.
Sonrio y bebo un poco del vino, luego lo dejo sobre la mesita.
—Pero no comparto tu opinión.
—Eso no sería novedad.—Menciono tomando otro trago.
—Hablo enserio.
El luce serio.
—No tiene ningún derecho de tratarte así.
Me pierdo en sus ojos durante ese corto silencio y luego sonrio.
—¿Imaginaste que algún día estaríamos en esta situación?.— le pregunto.— Bebiendo y sin matarnos.
—No lo veía venir, pero esperaba que pasara.
Nos quedamos callados por un momento y el señala mi vino, estoy a nada de acabar, Vincent coge la botella y se acerca a mí para servir y mientras veo como cada gota cae dentro del vaso, ahora estoy mirándolo a él.
Y no sé qué rayos me sucede porque antes de procesarlo, ya estoy besándolo.
El me está besando.
Yo estoy desnudandolo.
El me está desnudando.
Cuando no hay más capas de ropa y estamos en la habitación, el empuja mi cuerpo sobre el colchón y el suyo termina por cubrir el mío.
—Hanna..
Le cubrí los labios y negué, no quería que habláramos, Vincent capto el mensaje en segundos, así que no hicieron faltas palabras, ni llenas de frases sexosas, ni nada parecido.
Suficiente era con nuestros gemidos compartidos, mi boca no dejaba de soltar ruidos llenos de sexo y mi cuerpo se sujeto por completo del suyo.
Nos movimos juntos.
Olvidándonos que yo era la bruja y el la persona que yo odio, pero ese no fue impedimento para seguir, deje que Vincent tuviera el control por un momento y él también me dejo tenerlo.
Y el resultado fue más que increíble.
Termine agotada, igual que él, pero con ganas de más y estaba hecho.
Me había follado a Vincent otra vez.
Ni siquiera sé que le diré , ni siquiera quiero mirarlo y este era el momento al que no quería llegar desde que empezamos, además del orgasmo, claro, no después de que fui consciente de que no quería que acabara y porque mi interior con ese último encuentro estaba satisfecho y no quería dejarlo marchar tan pronto.
Di algo, Hanna..
¿Algo como qué?
Para mi sorpresa, Vincent deja su lado egocéntrico para preguntarme, siento incluso miedo en sus palabras.
— ¿Nos seguimos odiando, Brujita?.—Me pregunto cuando su respiración volvió a ser la misma de siempre
—Nos seguimos odiando.
Esta feliz, puedo verlo.
—¿Y nos estamos conociendo?
Por un momento no supe que responder.
Hice una pausa y finalmente respondí. —Nos estamos conociendo, Vincent.
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Juegos del Destino (#9 Saga Bebé)
Chick-LitVincent Hart y Hanna Ross son compañeros y enemigos en el trabajo. ¿Y porqué no decirlo también? En la vida igual. Ellos no solo son polos opuestos , son rivales y ambos se detestan , o al menos lo sera así hasta que gracias a los juegos del destino...