Vincent Hart y Hanna Ross son compañeros y enemigos en el trabajo.
¿Y porqué no decirlo también? En la vida igual.
Ellos no solo son polos opuestos , son rivales y ambos se detestan , o al menos lo sera así hasta que gracias a los juegos del destino...
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Marrón.
Es lo primero que menciono en mi mente y dentro de ese pequeño cuarto de baño.
Y la primera pregunta viene a mi cabeza.
¿Qué día es hoy?
Es bastante obvio que se me ha atrasado unos días, pero nunca antes me había venido con ese tono de color.
¿Por qué..?
—¡Bruja!
Cierro las piernas cuando escucho su voz.
— ¿Vincent..?
—Ahí estas..
Frunzo el ceño. — ¿Qué haces en el baño de chicas?
Me subo los pantalones enseguida y salgo decidida a gritarle, pero mis ojos se abren cuando veo la bolsa que trae entre sus manos, reconozco bien la marca, una marca de ropa.
Vincent me entrega la bolsa.
—¿Esto..?
—No es como la blusa que traías, pero creo que te quedara.
Saco lo que hay dentro y efectivamente, es una blusa.
Me vuelvo hacia él sin salir de mi sorpresa.
—¿Me compraste una blusa?
—Necesitabas una ¿No?
Mi corazón se acelera.
¿Realmente ha hecho esto por mí?
Regreso la mirada a la blusa y enarco una ceja mirando a Vincent. — Es transparente.
Él me guiña un ojo. —No hay una diferencia. —Dice mirándome el cuerpo y entiendo que la blusa húmeda se ha pegado a mi cuerpo dejando ver mi top. —Sexy top, por cierto.
Mis mejillas se acaloran.
—Apresúrate, Harold acaba de llegar y está preguntando donde estas.
No espera mi respuesta y me da la espalda para salir del baño.
—Vincent..
Se detiene. —¿Qué sucede?
—Gracias.
—Podrás agradecerme de otra forma.
—Estúpido. — Murmuro y él sonríe.
Antes de que se vaya, lo detengo una vez más.
Me muerdo la mejilla interna. —¿Crees que puedes comprarme algo más?
