Capitulo IX: La reunion con los arcangeles

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~Pov _______~

-Nos alegra mucho que estén aquí- dijo una voz angélical y mire a la persona, esta emanaba un aura muy pura y tranquilizante -Chicas pueden entrar, descansen y en unas horas más las llamaran, por favor déjenme tener el placer de acompañarlas a su habitación

-Muchas gracias Clemente, vamos chicas- dijo Alicia, al parecer ella lo conocía, era lo más obvio pues era hija de Neherenia

-Usted debe ser _______ hija de Tamara, lamentamos su muerte y esperamos que usted pueda volver a tomar el lugar que le corresponde por derecho- dijo y yo sonreí, la idea no me disgustaba del todo, de igual manera no tengo un motivo para permanecer en el mundo terrenal o al menos eso quería creer yo

-Unos instantes más en el mundo de los humanos y no viviría para contarlo- llegó gritando una joven y nosotras la miramos raro

Al momento en que está nos vio su cara se puso como un tomate e hizo una reverencia

-E-eminencias, no sabía que habían vuelto y menos con nuestra querida _____- dijo y Claudia le sonrió

-Si Vanesa, hemos vuelto, bueno te presento; ______ ella es Vanesa, se encarga de cuidar de la entrada al paraíso y de revisar que en el mundo humano no haya nada malo, en pocas palabras ella es la cuidadora de la puerta a nuestro mundo- dijo Anna y la nombrada hizo una reverencia, en sus manos había un cetro grande e incluso este le sacaba una cabeza

-Mucho gusto señorita ______, yo me lleve muy bien con su madre, la diosa Tamara, ella siempre iba a visitarme por las noches cuando tu ibas a dormir, pero bueno, un día me preocupó mucho el hecho de que no haya ido y más por que sentía una energía maligna muy poderosa, iba a ir pero...- iba a continuar hasta que Clemente llegó

-Majestades, los Arcangeles ya están esperando por verlas- dijo haciendo una reverencia y nosotras asentimos

Al llegar a la sala de los Arcangeles, esta era muy tranquila y muy decorada con madera, muchas cosas que hacían al lugar hogareño

-Que alegría nos da verlas- dijo y chico de tes muy pálida, sus ojos eran de un color azul rubí, y su pelo era Negro como la noche, Alicia fue a abrazarlo y le dio un beso en ¿Los labios? Y el chico no dudo en corresponderle

Mire a las chicas que yacían en los brazos de otros arcangeles, me sentía como sujeta velas, el que sostenía a Claudia era rubio y de ojos verdes esmeralda mientras que otro era peli-rojo, sus ojos eran de color miel y su cara era adornada por pequeñas pero no tan notorias pecas, a mi parecer los prefiero castaños y de ojos café como mi dulce King.

Un nudo se apoderó de mi garganta mientras que un escalofrío acompañaba a mi cuerpo, unas profundas ganas de llorar y salir de hay entraron, pero sólo eran ideas más no acciones, mis animos recayeron y para ser sincera no me sentía de la mejor manera posible, y Alicia pudo notarlo dejando de abrazar al chico y haciéndole señas a las chicas

Alicia aclaró la garganta sacándome de mis pensamientos o más bien dicho, de mi notoria incomodidad

-______, nosotras lo sentimos, no recordabamos lo que habías pasado, yo mmm no, Nosotras...- antes de que pudiera continuar yo la interrumpi solo moviendo la cabeza mientras negaba con la misma

-No te preocupes, están en todo su derecho, son sus parejas y yo no debería ponerme así, me alegra que ustedes tengan una vida en pareja muy linda- dije mientras sentía que mis ojos comenzaban a aguadarse, ¿lo extrañaba? Como nunca, pude sentir mis mejillas húmedas, y cuando mis lágrimas caían por el borde de mi mandíbula estas se hacían pequeñas partículas de brillos en color dorado

-Cielo- dijo Claudia y esta fue a abrazarme, me deje caer en sus brazos y sollozos salían por mi boca, los arcangeles me miraban tristes y con pena

-¿Ustedes saben que es lo que le pasa?, tal vez sea mejor llamar a su padre- dijo uno de los arcangeles y este llamo a Clemente, ordenándole que fuere a buscar a un tal Vladimir

-Extraño a mi madre, extraño a mi padre y sobre todo extraño a los chicos- me aferraba aún más a Claudia y sentí que las otras dos me abrazaban de igual manera

La puerta se abrió de golpe y pude oír como una persona con armadura se dirigía a mi, gire mi rostro y pude ver a un hombre con barba y pelo largo, ambas eran de color castaño y unos ojos color miel adornaban su bello rostro

-Mi querida _______, te pareces tanto a tu madre, mi dulce y amada Tamara- dijo y mi rostro se levantó de manera natural pero sorpresiva, las chicas se hicieron a un lado y corrí a abrazarlo, este no dudo en abrazarme también

-Papá, extraño a mamá, y sobre todo extraño a mis amigos- confese y este acarició mi cabello

-Hija mía, tengo que darte algo que tenía planeado regalarte tu madre, si no les molesta me la llévare unos cuantos minutos- dijo y los arcangeles asistieron, salimos de hay y fuimos hasta lo que parecía un castillo.

Al entrar nos dirigimos al despacho y sacó un cetro de un armario

-Tu madre era una de las diosas más poderosas, ella junto con las demás mantenía un orden en el mundo de los humanos, sin embargo, cuando ella se fue tuvo que trabajar con otro cetro al estar en la tierra- decía mirando el artefacto en sus manos -Este ahora es tuyo, y te servirá en tu futura misión, úsalo de manera adecuada, me alegro mucho de volver a verte y sobre todo que tu estés bien- confesó y sonreí

-De no haber sido por King, el rey de las hadas, tal vez ese demonio rojo hubiera acabado conmigo así como con...- un nudo se hizo en mi garganta y automáticamente agache la cabeza -mi madre-

-Vamos cariño, no te perturbes más con ese recuerdo, no te hará bien, lo importante es que estas bien y que ahora no estarás sola, pues aquí está tu padre, será mejor volver con los arcangeles- me abrazo por unos segundos pero terminó de hablar y me entrego el cetro, este de manera inmediata brillo y un color azul salió de la perla del mismo, sacando unas marcas en mis brazos, eran más cómo tatuajes del mismo color, un tiara salió y fue colocada en mi cabello

-Papá mirame, son como los de mamá- sonreí y este asintió

-Realmente te pareces tanto a Tamara- sonrió y salimos hasta la oficina de los arcangeles

Al llegar las chicas notaron el pequeño cambio y sonrieron

-Ahora si eres una de nosotras- sonrió Claudia y me enseñó su marca pero esta era de color verde

Alicia y Anna asistieron y miraron a los arcangeles, estos sonrieron y aclararon su garganta

-Chicas, su siguiente misión será el cuidado de los 7 pecados capitales, los 10 mandamientos saldrán de infratierra para acabar con los anteriormente mencionados, ninguno debe morir, confiamos en ustedes y que lograrán acabar con los malos- dijeron y asentimos, no despedimos y así emprendimos nuestro viaje para encontrar a los pecados.

La Diosa Del Agua ~King y Tu~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora