Parte I

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Si bien era una persona que le gustaba mantener un perfil bajo, a veces sucedía todo lo contrario y la atención indeseada no tardaba en hacerse notar. Siempre había sido una mujer segura de si misma y le gustaba ir por libre, por eso mismo, cuando algún imbécil como el que venía mirándola desde el otro lado de la comisaría comenzaba a tocarle las narices, no era responsable de sus acciones ni palabras que fuera a emplear hacia con él.

–Detective Anderson, no me molestaría practicar las estrategias básicas contra los criminales en la sala de interrogaciones, hay algunos trucos que deberías aprender con los divergentes – Hank frente a ella se tensó al escuchar las palabras del detective Reed. Emma por su lado con su mejor cara de póker terminó de escribir el informe del último caso que le habían asignado y luego miró a Connor.

–Connor, ¿Te molestaría ir conmigo a la sala de interrogaciones para decirme los puntos en los que fallé con Tim? Nadie mejor que un androide para recrear la escena de principio a fin – Emma le guiñó un ojo y aquello hizo a Gavin estallar.

–¿En serio Emma? ¿Te pone un puto pedazo de plástico? Seguro te recuerda al consolador que...–

–¡SUFICIENTE REED! – Gritó Hank poniéndose en pie y posicionándose frente al escritorio de su sobrina.

–Deja de quedar en ridículo Reed, nunca me fijaría en un pringado con tú – Habló Emma quien se había puesto detrás de Hank con una mano en el hombro de éste provocando al hombre que tenían adelante, estaba segura que si seguía frunciendo el entrecejo a este iba a terminar dándole párkinson. Se retiró sin emitir ningún otro comentario.

–La próxima no me abstendré de hacerle fisting por la garganta – Emma se atragantó con el café cuando una involuntaria risa se hizo paso terminando en una extraña y ahogada tos.

–¿Qué es fisting teniente? – Preguntó con inocencia Connor, la risa de Emma se elevó y Hank gruñó por lo bajo regresando a su asiento y dejando al androide sin ninguna respuesta.

–Oh Connor, no quieres saber – Se limitó a decir ella, mientras se ponía a revisar el informe que acababa de terminar de redactar antes de entregárselo a Fowler.

–Detective. ¿En que clase de hombre se fijaría? – La pregunta tomó por sorpresa a Emma, Hank por otro lado enarcó una ceja observando a su compañero.

–Oh...hmm – Sacó la punta de la lengua mordiéndosela ligeramente y luego la pasó rápidamente por sus labios, era un tic que tenía cuando estaba pensando o se encontraba muy concentrada en algo, ladeó la cabeza y entrecerró los ojos, para luego moverlos hacia Connor que la estaba observando, su LED de rojo, pasó a amarillo y luego a un azul brillante. –Probablemente uno de esos que encuentro solo en literaturas o dramas asiáticos – Emma se encogió de hombros restándole importancia.

–¿Por qué preguntas Connor? ¿Acaso caíste con su numerito cuando coqueteó contigo? –

–No, yo no... – Comenzaba a defenderse este, Emma alzó la vista nuevamente hacia el androide y le sonrió.

–Hank solo está jugando contigo, no le des tanta importancia – Le tranquilizó al ver que su LED se había puesto amarillo nuevamente. Le causaba cierta curiosidad cuando los colores pasaban de azul a amarillo y de pronto fluctuaba entre amarillo y rojo al mismo tiempo. Algo le decía que estaba teniendo un conflicto que su software no estaba preparado para asimilar y tenía que encontrar una alternativa que consiguiera estabilizarlo. Se levantó agarrando la carpeta con los informes y terminando su café antes de dirigirse a ambos hombres. –Pasaré por la oficina de Fowler a dejar esto e iré a mi casa, los veo mañana chicos –

Bright BlueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora