Y pese a todo

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Así que me inclino ligeramente hacia él, lo suficiente para sentir su respiración, lo necesario para apreciar lo hermoso de sus ojos y para hacerme sentir en el borde de todo.

En el borde de mi muerte, de un final.

En el borde de mi vida y la suya, un comienzo.

Y en el borde de mi alma, una esperanza.

Ahora mismo siento que tengo el corazón en la garganta, creo que cualquier movimiento, por diminuto que sea, me haría caer por uno de esos barrancos para seguir cayendo hasta estrellarme con la realidad.

La verdad estaba esperando que él dijese algo, a lo mejor con la esperanza que se su voz fuese el tirón que necesitaba para alejarme de esas orillas, pero no decía nada, ambos estábamos completamente quietos, sin decir nada, los dos esperando algo del otro sabiendo que esto nunca llegaría.

Así que decidí tomar las riendas, por primera vez en mi vida no iba a dejar que la gente me sorprendiera, por primera vez quería ser yo quien hiciese algo importante.

Por lo que que hable.

-o-oye... - pero no fui el único.

Al parecer ambos tuvimos la misma idea de dar el primer paso y, también, la misma sensación de arrepentimiento.

"Se ve tan tierno" Pensé cuando ví como se sonrojaba de golpe al darse cuenta de lo que habíamos hecho.

Me maldije a mi mismo.

Eso es lo unico que hacia, pensar, nunca decía nada, no hablaba, no opinaba. Nada.

No quería dejar que esa actitud me domara por los cuernos como había hecho gran parte de mi vida. Así que cruce el arrepentimiento de la misma manera en la que un navegante atraviesa los estrechos rápidos de un rio, con dificultades.

- M-me... Me gustaría tomarte la mano... - musite, con la voz tan baja como me era posible. Al fin y al cabo solo un navegante experimentado podía cruzar esos rios sin ninguna consecuencia.

Entonces me fijé en él. Me había escuchado con claridad y al parecer no era el único, casi todos alrededor nuestro se estaban fijando en nosotros. Maldito silencio, siempre llegaba cuando menos lo quería cerca.

Y sin darme cuenta empeze a sentir miedo.

Porque no me respondio, inclusive su rostro se tenso mostrando un pequeño aire de compasión.

Seguí sintiendo miedo.

Porque sentí que me iba a rechazar. No, eso no eraterrorizaba aterrorizaba, era el presentimiento de que nunca iba a aceptarse a su mismo y nunca me iba a aceptar a mi.

Entonces mi miedo aumentó.

Porque estábamos en público y más de una persona nos estaba mirando, ¿será que sucumbiria por la presión social? No lo creo. Llevaba años llendo a la Academia de teatro, la presión social era de la menor de sus preocupaciones.

Entonces me llegó la incertidumbre, quien fue recibida con orgullo por el miedo.

Ya no sabía si lo que estába viviendo era una dura broma del destino en la que ya no tengo posibilidad de un final feliz.

Y la calma llegó a mi.

Para cura de mi miedo y duda ví como finalmente su mirada se relajaba, su cuerpo veía más ligero. Sonrió deshaciéndose del aire de compasión y atrayendo polillas de orgullo y satisfacción con el brillo de sus dientes.

-Pues hazlo -dice con absoluta indiferencia para los demás, pero con una mirada que me decía cosas hermosas sobre si mismo y sobre mi. Pero sobre todo decía:

"Estoy listo"

Y lo hice.

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