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Dedicado a @liss4ever  y  @17MyLifeMyProblem  quienes a pesar de que subo y subo historias estúpidas las cuales no suelo concluir, de igual manera siempre las leen y apoyan. 

Gracias!









Primera parte.


















" ... Cuando alguien me gusta muchísimo nunca le digo su nombre a nadie. Es como entregar una parte de esa persona. Con el tiempo he llegado a amar el secreto. Parece ser lo único capaz de hacer misteriosa o maravillosa la vida moderna. Basta esconder la cosa más corriente para hacerla deliciosa."

–El Retrato de Dorian Gray,

OSCAR WILDE.










                       Mi nombre es Rebeca, no Becca, no Reb, solo Rebeca: así que no tendría sentido decir un seudónimo con el que todos me diferencien, y mi historia es simple; tengo un problema. Un grave y maravilloso problema, que desde hace más de 5 años atormenta mis mañana e interrumpe mis sueños. Este problema tiene nombre y apellido: Jonathan McFlyer. O como todos lo conocen: Joe. Mi adorado Joe. Mi adicción.

Cuando conocí a Joe en la celebración de la boda del tío Erik, solamente deseaba a alguien que no tuviera miedo a experimentar y por sobre todo; que estuviera seguro de lo que quería. Yo estaba segura de lo que quería, y también de lo que buscaba. A mis escasos 13 años no tenía ganas de buscar un chico con el cual dar mi primer beso, ese había ocurrido cuando tenía 5 años en el jardín de infancia, solo quería un muchacho para divertirme, bailar, escondernos de los adultos con alguna botella de Vodka con jugo de frutas y besarnos. Y como decía, desde el momento que Joe y yo nos dimos nuestro primer y muy baboso beso, supe que él sería el amor de mi vida.

Lamentablemente, ahora tengo 19 años y sigo siendo aquella tonta niña que se esconde de los demás porque ya nadie puede ver cuantas más lagrimas pueda votar un cuerpo por una misma razón, o la misma persona, y después de unos largos y tediosos 5 años en los cuales he logrado aceptar que Joe no es para mí, he decidido comprender que literalmente hablando, he desperdiciado por completo mi vida.

El efecto Rebeca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora