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                 Si nunca escucharon el proverbio no bíblico que decía: "El que la hace la paga", pues entonces llámenlo karma, mala suerte, o, en alguna situación muy desesperada: coincidencia.

Cuando Abby, Park y yo (Park se negó a no ir), llegamos a la casa de los Teixeira, nunca pensé que fuese esta la familia materna de Julián Lynx, el mejor amigo de Joe.

Al llevarme tal sorpresa, supuse que Abby de verdad tenía todo planeado, pero la verdad era que ni ella supo que Lynx era integrante muy cercano a aquella mansión de Hollywood 1970. Todo tenía un aura muy al estilo vintage, pero no dejaba de ser escandalosamente caro. Arañas gigantes de cristal (o de vidrio muy bien tallado) colgaban de los techos iluminando por completo una sala en la cual podrían vivir al menos 7 personas y un enano. Unas cuantas señoras del servicio nos recibieron, y nos condujeron hacia el área de la piscina, donde rápidamente Abby reconoció a Camille Rock-Crockery, la madre de Leonard y tía de Lynx.

Park y yo nos mantuvimos alejados de tocar cualquier antigüedad que valiese más que nuestras vidas, por lo que caminábamos a paso robótico. Las paredes se encontraban cubiertas de ladrillos en formas de piedras de la gama de los colores tierra, lo cual le daba una imagen más veraniega y de descanso al área de la piscina. Una anciana de no menos de 60 años se encontraba sentada en una silla de ruedas con vista a la piscina. Ella comía por sí sola, así que eso implicaba que no debía darle de comer con una inyectadora.

—Abigail, que sorpresa. —Saludo Camille a Abby con un abrazo y un beso en la mejilla—. No sabía que estuvieses optando para el trabajo de mi nona.

¿Nona?

—La verdad no, señora Camille, es mi amiga quien desea el trabajo, ella es Rebeca.

Camille sonrió a Abby y comenzaron a hablar entre ellas sobre mi curriculum y cómo debía trabajar. Deje de prestarles atención alguna justo cuando Park me codeo, y susurro en mi oído si Nona, no significaba un seudónimo cariñoso de abuela en italiano. Yo asentí con las mismas intrigas que el poseía, si ellos eran portugueses (por lo que su apellido significaba), ¿Por qué trataban a la "Nona" como si fuera italiana?

—Me parece una excelente ayuda, Abigail. Mi madre ha estado recuperándose afortunadamente bien, pero aun no recuerda cómo hablar español, es como si en su mente, aun viviese en sus tiempos joviales en Lisboa. Tampoco recuerda mucho quienes son sus familiares... ella ha ido, de algún modo extraño, avanzando después del ACV, pero también ha perdido facultades, como lo he mencionado antes, solamente habla en su idioma natal, no recuerda aquellos tiempos en los cuales dejamos Europa, tampoco recuerda que su nombre es Gloria.

—Así que básicamente hablando, necesitan a alguien que la ayude a recordar quien era antes del ACV.

Camille asintió. Luego recibió una llamada en su celular y se disculpó, a lo lejos pudimos escuchar que hablaba con alguna mujer llamada Ana.

Mirar a la madre de Camille me hizo sentir miserable, mi madre no se preocupaba por mí, a veces iba al psiquiatra y a veces al psicólogo, pero nunca preguntaba si yo estaba bien, si me sentía bien. Si a mi madre le ocurriese lo mismo que a la señora Gloria, yo no encontraría cómo lidiar con ella. Al punto que quizás me arrancaría los cabellos.

—Me parece que el empleo es tuyo entonces. No puede haber mejor referencia que los McFlyer. Espero con ansias puedas ayudarnos. —sonrió Camille—. Vengan, quiero que conozcan a mi madre.

Abby y yo caminamos detrás de Camille, justo antes de llegar a donde Gloria estaba, ambas notamos que Park había desaparecido. Con la mirada, intente buscarle, pero al no verlo en un rango de algunos 50 metros, opte por pensar que quizás huyo para no tener que regresar con nosotras.

El efecto Rebeca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora