Capitulo 1

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Aun lo recuerdo bien, el día que mi padre se fue la casa. Tenia 7 años pero lo recuerdo todo, sin duda fue el peor día de mi vida.

-Vete de aquí! Déjame sola!-Le grito mi madre.

-No tienes derecho de hacerme eso, también es mi hija!- Le contesto mi padre-Ella no tiene la culpa de todo esto-

-Lo sé, pero esto ya no puede seguir así, esto ya no funciona y lo sabes-Le dijo entre lagrimas-

Yo lo escuche todo, sentada en mi cuarto llorando en silencio, como todas las veces que ellos discutían. Siempre era lo mismo, mi madre le decía a mi padre que se fuera y lo hacía pero volvía al siguiente día, con un enorme ramo de rosas para mi mama y una linda muñeca para mi, disculpándose con lagrimas en la cara. Por unos días todo era felicidad, pero después volvía a pasar lo mismo, discutían, mi padre se iba y regresaba; me llegue acostumbrar a eso.

Pero recuerdo que no siempre fue así, mis padres se amaban y me amaban, éramos una familia feliz. Mi padre me contaba historias de amor que siempre terminaban en "Y vivieron felices por siempre". Me encantaban esas historias y me gustaban más que mi padre me las contara. Siempre soñé con encontrar un amor como el de las historias que papá me leía, recuerdo que él me decía que algún día lo encontraría por que el verdadero amor existía.

Al ver a mis papás juntos sentía una chispa en ellos, esa chispa era el amor que se tenían, que era tan grande que se necesitaba mas de una vida para disfrutarlo plenamente, al menos así lo creía yo. Mas un día todo cambio, mi papá ya no me contaba historias, mis padres empezaron a discutir todos los días y yo ya no veía esa "chispa" en ellos.

Un día note mas gritos de los habituales, escuche a mi papá mover sus cajones bruscamente y salir de la casa lo más rápido posible y claro, sin despedirse de mí, pero no me sorprendía ya que nunca lo hacía. Pero al siguiente día, en la mañana, esperaba que mis papás estuvieran en la cocina, platicando. Esperaba oír a mi padre disculpándose y también esperaba ver a mi madre admirando su ramo de flores mientras escuchaba a mi padre y también esperaba la muñeca que mi papa siempre me traía, pero nada de eso paso, mi padre no estaba, mi madre seguía encerrada en su cuarto y yo estaba parada en la cocina sin saber qué hacer. Pensé que mi papá regresaría en la tarde o en la noche, pero no fue así.

Lo espere día tras día, me levantaba muy temprano e iba directo a la cocina para ver si el había regresado, pero jamás estaba ahí. Tenia la esperanza de que regresaría, hasta que un día me di por vencida, y me di cuenta de que mi padre ya no volvería, que jamás lo volvería a ver. Mi mayor ejemplo de amor había desaparecido, mi héroe se había ido; mi padre me había abandonado.

Desde ese día mi corazón se hizo frío, empecé a ver las cosas de diferente manera, poco a poco fui cambiando mi manera de pensar, aunque solo era una niña, ya no creía en los cuentos de hadas ni en todas esas tonterías que tus padres te cuentan cuando eres niño. Ya no creía que un príncipe azul vendría en su hermoso corcel a rescatarme. Yo ya no creía en el amor.

Y ahora a mis 20 años sigo pesando igual, jamás me he enamorado, ni siquiera he tenido un novio, por que decidí que para ser feliz tendría que estar lo más posiblemente alejada del amor y de todo el sufrimiento que este implica.

My only exceptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora