Eijirō esperaba que en aquella residencia también tuvieran cartelitos con el nombre de cada estudiante fuera de su habitación. Equivocarse era algo que le daba bastante corte, y casi nunca sabía cómo disimular lo suficiente para que no pensaran que era estúpido. Subió al primer piso, donde se oían algunos ruidos de puertas. Seguramente aquellos alumnos también estarían saliendo a cenar. Y, como esperaba, se encontró en el pasillo con dos de las chicas.
De la clase B, Kirishima sólo conocía los nombres de Monoma, Kendō y Tetsutetsu, y en particular aquellas dos muchachas no le sonaban de nada. Una de ellas tenía el pelo largo y gris, que le caía hacia delante por la cara y le tapaba el ojo izquierdo, y la otra tenía una larga melena verde, que más que pelo parecían lianas. Al pelirrojo le sonaba muchísimo, pero no conseguía ubicarla en sus recuerdos.
—Perdonad —dijo el chico, caminando hacia ellas—. ¿Habéis visto a Kendō?
Ambas le miraron, se miraron y luego la de pelo verde asintió.
—Sí, está en su cuarto. Pero tú eres de la clase A, ¿no? ¿Qué quieres de ella? —le preguntó, con desconfianza.
—Sólo quiero hablar con ella —contestó Eijirō, con su sonrisa de tiburón—. ¿Está en este piso?
—No, arriba —respondió la de pelo gris. Kirishima les dio las gracias y se dirigió al fondo del pasillo, subiendo las escaleras y llegando al segundo. Aquel pasillo estaba vacío, aunque dentro de las habitaciones se escuchaba ajetreo y movimiento. La de Kendō era la segunda, y el chico dio unos golpecitos y esperó.
—¿Quién es? —preguntó Itsuka desde dentro.
—Kendō, soy Kirishima —respondió Eijirō—. Quería decirte que hemos arreglado el problema... bueno, más bien lo han arreglado por nosotros, así que vamos a poder dormir en nuestra residencia. Y quería darte las gracias, ya sabes, por...
—No tiene importancia, tranquilo. Gracias por venir a avisar —dijo la risueña voz de la muchacha desde dentro—. Por cierto, sé que antes habéis estado hablando con Neito, y me gustaría pedirte un favor. ¿Podrías sacarle de su habitación? Parece que ha caído en una de esas etapas en las que me dan ganas de tirarlo por la ventana.
—¿Qué?
Kirishima rememoró la conversación que habían tenido Denki y él con Monoma, en la que sorprendentemente el rubio no había sido tan repelente como normalmente lo era. Quizá, a pesar de su actitud chulesca y arrogante, le hubiera afectado un poquito. Y técnicamente, eso era en parte su responsabilidad. Suspiró. No tenía ganas de volver a ver a Monoma, pero tampoco iba a ser tan cruel como para ignorar la petición de Itsuka.
—Vale, probaré —aceptó Eijirō, separándose de la puerta y caminando por el pasillo mirando todas las puertas. La de Monoma era la última, y al lado había una habitación vacía. El pelirrojo respiró hondo antes de levantar el puño y llamar con tres golpes.
—Que ya voy, pesada —dijo la voz de Monoma—. ¿No puedes esperar ni diez minutos?
—No soy Kendō, soy Kirishima —contestó el pelirrojo—. Me ha mandado Itsuka para ver qué...
La puerta de la habitación se abrió de golpe y apareció Monoma, con el ceño fruncido y taladrando a Eijirō con la mirada.
—¿Y qué quieres tú? Joder, ya le he dicho a ella que no hacía falta que me esperase, si es que parece que cuando no la contesto es porque estoy deprimido, coño ya...
Monoma despotricaba contra la pelirroja, rezongando por lo bajo mientras se daba la vuelta y entraba de nuevo en su habitación, olvidando muy oportunamente cerrar la puerta, y empezó a arreglar la superficie de su cama, que estaba algo arrugada. Kirishima entró detrás de él y se quedó mirando al habitáculo, sorprendido de que fuera tan... normal. Tan ordinaria que parecía fuera de lo común. Una mesa con libros, un portátil y una lámpara de escritorio, un armario, una estantería con libros y una repisa con fotos, una cómoda, la cama y el aparato de aire acondicionado. El edredón de la cama era negro con rayas blancas y parecía ser de algodón.
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Cuestionarios "médicos" [Boku no Hero Academia] [KiriKami/BakuMono]
HumorLes presento esta pequeña historia en la que se cuenta la aventura, o mejor dicho la desventura de Denki Kaminari cuando el profesor Aizawa le encarga la tarea forzosa de realizar un cuestionario médico entre sus compañeros masculinos de clase y ent...