Capítulo 1 ;

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Cold Beer And Good Memories

Dieciséis años después

—¿No falta nada, Alex?— Preguntó mientras acomodaba su lindo vestido negro. Confuso, pasé mis manos por los bolsillos traseros de mi pantalón, mi teléfono y billetera se encontraban ahí, así que asentí con la cabeza. La peliroja me sonrió y ambos subimos al bmw negro que se encontraba estacionado a las afueras de su hogar.

—¿Qué es esto?— Adrienna me miró con enojo mientras que en su mano cargaba una botella de cerveza vacía.

—Emh, no lo sé.— Reí nervioso mientras comenzaba a manejar.

—No discutiré por ello ahora, ¿Sí?— Soltó un suspiro y se recargó en el vidrio de la ventana.

—Te amo, Adri.— Hablé por lo bajo mientras le dedicaba una mirada rápida a aquella maldita botella que se encontraba entre medio de sus pálidas piernas.

—También te amo, Al.— Adrienna Stella era una hermosa mujer a la cuál había conocido dos meses atrás en una de mis muchas borracheras situadas en algún bar cercano. Era italiana, su cabello era rojo y su piel pálida y suave. Había quedado fascinada en mi cama la segunda noche que nos volvimos a encontrar en el bar con final en mi hogar contemporáneo en Hambleton, Inglaterra.

Jamie, Nick, Matt y yo nos estábamos tomando un descanso luego de sacar otro exitoso álbum, junto a Cook decidimos pasar por Hambleton, y luego volver a casa; Sheffield.

Mi auto se detuvo en la gran casa con rojas rosas en el amplio jardín, el hogar de mi mejor amigo era el favorito de mi hija, Lourdes, siempre me pedía permiso para venir a visitar al antes mencionado. Tres golpes suaves en la puerta fueron suficientes para que en cuestión de segundos las puertas de madera se abrieran velozmente.

—¡Alex, Adrienna! Por fin están aquí, pensé que ya no vendrían.— Entre risas nos permitió el paso. Rodee su delgado cuerpo con mis brazos mientras que una sonrisa se formaba en la comisura de mis labios.

—Lo siento, realmente estaba algo desorientado. ¿Qué hora es?— Rasqué mi nuca con curiosidad mientras que oía la ruidosa risa de Jamie. Adrienna se abrió paso al salón dejándonos en tranquila soledad.

—Hombre, que son las dos de la tarde.— Siguió con esa risa burlona mientras que nos separábamos.— ¿Qué tanto bebiste ayer, Turner?—

—Creo que volví a pasarme de copas.— Miré apenado el suelo. Cook soltó un suspiro.

—Me dijiste que te controlarías.— Susurró en un tono enojado.

—Y lo hice, por unos días...—

—¿Cuántos fueron exactamente, eh? ¿Dos? ¿Tres días como máximo?— El silencio se apoderó de mi mientras que sentía un nudo crearse en mi garganta.

—Dijiste que sería la última vez, lo prometiste, hermano.—

—Hago lo que puedo, ¿está bien?— Solté algo estresado. Sabía que los últimos doce años había estado bebiendo como si mi vida dependiera de ello, y aunque sentía impotencia cada vez que discutía con Jamie, sabía que él sólo quería ayudarme.

Pero realmente no quería dejar el alcohol, era lo único que realmente me ayudaba a olvidar todo lo que había pasado años atrás. Con tan sólo pensar en aquella persona innombrable sentía mi garganta seca y mis ojos ardientes.

Bad habits ━ Milex.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora