Capítulo 2- Lo inesperado

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comentarios, opiniones y mentadas son bien recibidos

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Al llegar a su casa, Lincoln estaciona el auto sin meterlo al garaje, no falta mucho para que Lana salga temprano a la escuela y no vale la pena enredarse con el abrir y cerrar la puerta automática, mientras camina el corto trayecto a la puerta de la cocina, sigue pensando en lo que lo llevó a esta situación, recuerda haber pensado que lo de Lynn no se repetiría, él no estaba seguro de no quererlo, pero estaba mal en tantas formas; ella volvió semanas después a pedir asilo a media noche tomándolo por sorpresa y todo sucedió de nuevo, Lincoln tuvo una muy débil oposición y Lynn lo montó a sus anchas de nuevo.

Esto se repitió dos o tres veces más hasta que Luna y Luan la sermonearon directamente, no estaban seguras de lo que pasaba dentro de la habitación de su hermano menor, Luan ya había quitado sus cámaras de la casa y entre todas hicieron que Lisa quitara las suyas, la niña genio no hubiera aceptado de no ser por una plática privada y ultra secreta que tuvo con Lola, después de eso, las cámaras desaparecieron y del asunto no se habló más, (hasta la fecha Lincoln no sabe que le pudo haber dicho la melliza modelo a su hermana menor para que aceptara); el caso es que ciertos sonidos y ciertos "aromas" daban a entender situaciones que ninguna de las hermanas artistas quería confirmar, de todas formas obligaron a Lynn a jurar solemnemente que se habían acabado las noches de compartir cama (y dios sabe que más) con Lincoln.

Cuando el chico se enteró, hubo un sentimiento encontrado, por un lado, la felicidad de saber que después de tantos años al fin podría dormir sin temer la invasión de "Lynn lunática", "lynner lynner chicken dinner" y tantos sobrenombres propios como ella usaba pero, por otro lado, y aunque no quisiera admitirlo, extrañaría esas cada vez más frecuentes noches de revolcones sexuales en los que ella lo instruía y lo usaba como un "consolador de cuerpo completo" según sus propias palabras, a Lincoln la culpa lo había molestado mucho al principio pero después de una o dos sesiones extra ya no le incomodaba tanto el hecho, pero solo eso, dormir incómodo, congelarse cuando le robaban las cobijas, soportar los ronquidos y flatulencias de Lynn y caer de la cama por la falta de espacio era algo que definitivamente no iba a extrañar.

La noche siguiente fue una de las mejores que el peliblanco hubiera tenido, al menos en cuanto a descanso se refería (lo otro lo solucionó de manera más o menos satisfactoria), y al despertar se levantó muy despejado para ir a la escuela, Lynn, por su parte, estaba de malas por que no hubo forma de escapar de los ojos vigilantes de Luna y Luan, quienes ahora ocupaban el lugar de Lori; cuando la "sargento mandona" reinaba con puño de hierro sobre sus hermanos, al menos sabias que solo aplicaba mientras mamá y papá estuvieran ausentes, pero al irse Lori y Leni a la universidad, este dúo quedó a cargo y ejercían 24 x 7 los 365 días del año y Lynn no tenía oportunidad de escabullirse.


Pese a que Lincoln mejoró mucho en su porcentaje de ligues en la escuela, empezó a extrañar el sexo con su hermana, eso lo conflictuaba un poco ya que no la extrañaba a ella como pareja romántica, solo como alguien con quien tener sexo feliz y salvaje, sin compromisos ni nada, algunas chicas estuvieron más que felices de intentar consolar y tal vez así amarrar al peliblanco pero al chico solo le interesaba lograr tener sexo como el que su hermana le daba, cosa poco probable entre unas chicas que, por más intrépidas que fueran, no igualaban la experiencia de alguien como Lynn "hardback" Loud, de quien se decía se había literalmente "echado" a las espaldas a todos los equipos de la escuela, Lincoln sabía por cuenta propia de lo que su hermana era capaz y no le molestaba, lo único que si envidiaba de los otros chicos era poder revolcarse con ella.


La siguiente tarde de viernes, Lincoln iría a una fiesta organizada por girl Jordan, esa chica pelirroja que siempre presumió de su alberca y las fiestas en ella, ahora con 15 años, estas fiestas eran bastante más salvajes y quien era invitado sabía que con una buena estrategia podía tener alcohol en abundancia y sexo desenfrenado, el chico llevaba horas preparándose para la fiesta cuando Luna tocó a su puerta (habían mejorado mucho en ese aspecto después de que a cierta chica obscura se le ocurrió entrar sin llamar y encontró a su hermano rindiendo tributo manual a una actriz de películas para adultos), Lincoln le dio permiso de entrar y ella lo hizo quedando muda un momento, su hermanito era realmente apuesto, era alto, de músculos marcados sin ser exagerados, tenía un porte muy varonil y eso la hizo tragar saliva, sacudiendo la cabeza para ahuyentar una idea extraña que empezaba a formarse en su mente ella le tendió la mano entregándole un paquete mientras le decía

El cómo y el por quéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora