Capítulo #2

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Industrias Beka. Martes 2:30pm

-¡Maldita sea, Brella! Ese hombre es un completo desconocido.

-Cálmese señorita Hans, solo es un mal chiste.

-¡Por Apolo! ¿No escuchaste que va en serio si quiero seguir con el imperio de mi padre?

-No sé qué decirle, tal vez este señor Eros no sea tan mala persona -.me abre la puerta de la oficina y entramos.

-¿Sabes qué? Solo dile a David que me traiga unas aspirinas y mi revista de moda, necesito olvidar toda esta estupidez- me quito el chaleco y lo pongo en la gaveta del escritorio.

-No debería guardarse nada señorita, es bueno de vez en cuando liberar las lágrimas-. dice mientras acomoda sus espejuelos.

-¡Brella, basta! ¿Cuántas veces lo hemos hablado? En el trabajo no somos amigas ¿Queda claro?

-Si señorita Hans, disculpe- sé que sonó feo, pero así es.

-Y en cuanto al sentimentalismo, creo que es patético llorar cada que uno se siente mal.

-Como usted diga, con su permiso, me retiro a buscar a David.

***

Minutos más tarde llega David con una pila de cosas en una caja y no trae un semblante muy alegre que digamos.
-¿Qué rayos es todo eso?- digo, algo desconcertada.

-Tus pastillas, tu revista…- poniendo cosa por cosa en el escritorio- y estas son mis cosas del cubículo, fue un placer trabajar contigo- da media vuelta y se dirige a la puerta.

-¿De qué demonios hablas?

-El nuevo jefe me acaba de echar –dice tocándose el puente de la nariz-, según él, mi presencia es un mal gasto de presupuesto, estoy parafraseando su discurso.- aclara.

-Tú no te mueves de aquí- digo levantándome y poniéndome mi chaleco.

-Diana, no lo hagas, no quiero causar problemas.

-¡Cállate David! Estás conmigo desde que tengo uso de razón y no voy a permitir este atropello por parte de un recién llegado con ínfulas de todopoderoso.

-Ok, como diga señorita Hans – levanta las manos en señal de rendición.

***
Camino rápido por los pasillos mientras todos murmuran en sus escritorios, estoy tan furiosa ¿Por qué demonios tiene que despedir personas de mi equipo sin consultarme?
Llego a la oficina presidencial y entro sin tocar la puerta.

-¡¿Por qué demonios despide personas de mi equipo sin consultarme?!

Se voltea con sus cejas fruncidas mientras le da un vistazo a los papeles que están en el escritorio.
-Pensé que venía a entregarme el informe, le estaba por aclarar que no es aquí, sino en el salón de desarrollo- no me mira, sigue viendo los malditos papeles.

-¡Acabo de hacerle una pregunta! – digo poderosa.

- Porque un ejecutivo no necesita dos secretarios para una oficina con tan poco movimiento de trabajo- mierda, me siento vulnerable, pero no debo demostrarle mi falta de autoconfianza.

-¿Está diciendo que mi trabajo en esta empresa no es necesario, señor Wom?- me cruzo de brazos y levanto el mentón, es muy alto, así que debo hacerlo para darle la cara como se debe.

-Solo digo que no podemos darnos el lujo de retener empleados que no necesitamos.
Suelto una carcajada que lo deja confundido.

-¿Si sabe que está hablando con Diana Hans? Soy millonaria, puedo pagarle a los empleados que quiera ¡Y más a un empleado tan excelente como lo es David Gómez!

-El haber sido novios cuando eran niños no cuenta como excelente laboral. Y en cuanto a lo otro, su dinero lo tengo yo, y no voy a permitir que sus empleados cobren un cheque que no se han ganado. Encontré a ese tal David manoseándose con la recepcionista en el elevador, así que los despedí a los dos.

-Por mi madre…- ruedo los ojos- Señor Wom, no quiero vivir en una batalla campal con usted, así que le propongo que olvide este estúpido incidente y le regrese el trabajo a estos dos chicos. Yo por mi parte, me comprometo a mantener el orden en mi área con mis empleados.

-Solo por esta vez, Diana, solo esta vez.

-Recuerde que yo soy la gallina de los huevos de oro, así que debería referirse a mí con sumo cuidado- lo miro fijamente, y en verdad no sé lo que me pasa, me descoloca.

-Con todo respeto señorita Hans, es al contrario, le aseguro que usted me necesita mucho más de lo que yo la necesito a usted, piénselo- pone las manos en el escritorio dejando el peso de su cuerpo sobre sus fuertes brazos.

Ignoro las cosquillas en mi garganta y reprimo la atracción que me causa, solo es un hombre común que es casi mi enemigo. Intento convencerme mí misma.

-Como diga, señor Wom- digo, me aliso las arrugas del vestido, es un gesto que suelo tener cuando me siento nerviosa.

-La espero en una hora en el salón de desarrollo, no olvide llevar un tablero de notas- se encamina a mí para guiarme a la puerta. Como si no la conociera.

-Y usted no olvide que soy ejecutiva, no una toma notas- salgo casi corriendo.

***

Llego a mi oficina y David sigue en el mismo lugar, no me lo imagino sin empleo. No tiene estudio y tiene dos niños pequeños que mantener.
-¡David!- mi voz causa que se sobresalte y voltee.

-¿Dijo que me largara, verdad? Lo sabía, Diana lo siento yo…

-Tú nada- lo corto-, te quedas con la única condición de que dejes tus amoríos con Katya para cuando estés fuera del trabajo.

-Gracias Diana, te prometo que no te fallaré- dice haciendo la forma de una cruz con sus dedos y besándola. Es mexicano, para ellos es un gesto sagrado.

-Ve a tu puesto y ve buscando las actas de los últimos meses, aun debo hacer el maldito informe para Wom.
Abro las persianas y veo la oficina de Mel, es tan guapo cuando se concentra. Pero entonces… ¿Por qué divago con la imagen de Eros hace unos instantes?

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Siempre abierta a sugerencias 😊 actualizare normalmente a cada semana pero si puedo antes con gusto...
y las gracias a la hermosa Naomi Villaroel por las transcripciones...

  besos Karen Mazariego

Mr RobotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora