Lil Happy Lil Sad▪️JIKOOK.

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Un año entero paso desde que Jimin había dejado entrar a ese niño a su casa y a su corazón.

Jungkook se había volvido la persona más importante del mundo para Park, Si Jimin seguia aguantando toda la mierda que pasaba día a día era por el.

Jungkook era el pedacito blanco de su corazón negro.

Cada día se enamoraba más de el, pero Jungkook desconocía sus sentimientos, y Jimin sabía que el no era la persona correcta para el más pequeño. El merecía a alguien Angelical y bueno como el mismo.

Todos los fines de semana Jungkook iba a la casa de Jimin, cómo éste le había dado la llave podía entrar tranquilamente.

–Hyung–  Grito Jungkook abrazando al  más grande por la espalda. –Te extrañe mucho Jimin. ¿Por qué no has ido al colegio en toda la semana?

–No puedo ir así Jungkook– Respondió Jimin riendo.

Ahí fue cuando Jungkook se digno a mirar al mayor, y su corazoncito se apretujó. El rostro de Jimin estaba demacrado, estaba tan golpeado que estaba casi irreconocible.

–Te a vuelto a pegar ese desgraciado Hyung– Bufó Jungkook molesto. –¿Por qué tiene que lastimarte de esta manera, no le es suficiente con todo lo que hace?

–No lo sé bebé, solo me golpeó. Por lo que me imagino tenía mucha tensión acumulada.

Eso era mentira, la madre de Jimin se había enterado que este se drogaba continuamente y además que había metido a Jungkook a su casa sin consentimiento alguno. Le ordenó a su marido que lo golpeara brutalmente así no le quedarían ganas de volver a desobedecer.

–Es un monstruo Jimin. Tu no te mereces esto, eres un precioso.

–Tu no te preocupes bebé, solo abrázame.– Jimin lo abrazó fuerte, tratando de soportar un día más esa miseria.

–¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?

– Quiero un beso Jungkook.

Jungkook sonrió tímido y dejo un suave beso en su mejilla. Jimin sonrió y volvió a abrazarlo.

–Te quiero mucho Jimin.

–Yo también te quiero pequeño Jungkook.