La sumisión virtual

136 0 0
                                    

Leí hace poco sobre la soledad de la sumisa virtual y no estaba muy de acuerdo. 

Yo no me sentía sola, me sentía valorada y apreciada por lo que era y lo que daba, siempre habían palabras de cariño, halagos que me hacían sentir mejor conmigo misma y me empujaban a entregarme, que elevaban mi autoestima hasta las nubes y quizás un poco más. 

Hablo en pasado, lo sé. 

Ahora entiendo esa soledad, esperar algo que ya no llega, que una conversación de seis minutos te deje vacía. 

Comentarios que se evaden como si no estuvieran ahí, llamadas y mensajes casi inexistentes, palabras frías, mecánicas, carentes de ningún tipo de afecto ni deseo. Preguntas hechas por él que después de contestadas caen en saco roto. 

Un tesoro, eso era yo hasta hace un mes, pero he dejado de serlo. 






Pandora, mi otra MitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora