—En mil novecientos treinta, cuándo.... — La profesora Flores aburría a todos con su clase de historia que había repetido durante los últimos dos años, apenas podía concentrarme en sus palabras, estaba consciente de que hablaba por el movimiento de sus labios, pero sus palabras eran completamente mudas para mi.
Incapaz de concentrarme en lo que la profesora trataba de explicar decidí terminar el boceto de un cuervo que adornaba la última página de mi blook, esto era lo que hacía cuándo quería forzar a mi mente dejar de trabajar, cuándo el lápiz se movía sobre la pagina mis pensamiento eran apaciguados y sólo éramos el lápiz, el dibujo y yo.
Dibujo desde que tengo uso de la conciencia y aun que no son del todo buenos, han logrado impresionar a mas de uno. Natasha los adora así que mas de una de mis creaciones adornaban las blancas paredes de su habitación.
¿Aun estarán ahí? O ¿Se habrá desechó de ellos, para no tener que recordarme?
Luche contra el impulsó de voltear a verla.
¡Concentrate!
La voz de mi consciencia me reclamó, el poco autocontrol que tenía sobre mí; observé el cuervo y el lápiz que había desprendido de mi mano cuando las dudas lograron asaltarme, necesitaría mas que un cuervo en una hoja para dejar de pensar en ella.
Suspire.
Quería ver su mirada y encontraba en ella las respuestas a mis preguntas, sabia que sería inútil pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿no?.
Aun así no volteé, luché contra la tentación ferozmente durante el resto de la primera hora de clase, esquivando mis impulsó con pensamientos triviales y monólogos internos sin sentido.
Cuando el sonido del timbré se hizo presente todo mi cuerpo se relajó, ese intervalo de tiempo entre ambas clases me daría tiempo para aclarar mi mente, tan rápido como me fue posible comencé a emprender mi huida del salón.
Estudiantes iban y venían mientras yo así mi huida así los bebederos, casi salto de alegría al ver a Marcos charlando con una pelirroja junto al lugar que era mi destino, la chica reía de algún comentario de Marcos.
¿Había mencionado que mi amigo es muy popular?, pues bien déjeme aclarar que esta popularidad aumentaba drásticamente entre la población femenina y la verdad es que no se por que, mi hermano de otra madre me parecía un tipo lo bastante común, cabello azabache y unos profundo ojos verdes, bueno tal vez no tan común, pero tampoco era un modelo de portada.
Sus verdes ojos hicieron contacto con mis negras cuencas, y la sonrisa en su cara creció.
—¿Todo bien ahí dentro?— preguntó mientras yo me disponía a saciar mi sed.
—pudo estar peor—dije al separarme del bebedor—como vez—me señale de arriba a bajó —sali en una pieza.
Bueno, casi en una pieza.
La pelirroja fingió una tos para que la tomaran en cuenta, cuando vio que marcó tenía toda su atención en mi.
—¡A si!, ella es Mey—se apresuró presentar Marcos al ver la mirada enfadada de la chica junto a el—y este sujeto de aquí, es mi hermano Noah.
Ella me dedicó una pequeña sonrisa y yo sólo me asentí en señal de saludó, en realidad yo ya sabía quien era, pero aun así seguí la corriente.
—Tengo que volver a clases— Se excuso la chica—nos vemos luego—beso la mejilla de Marcos—fue un placer Noah.
Casi reí. Era obvió que esa chica quería que me esfumará de ese lugar, para poder seguir teniendo privacidad con mi hermano.
Lo siento por ti chica, pero yo llegue primero. Eso fueron mis pensamiento al despedirme de la pelirroja y ver como se marchaba con cara de decepción.
—La mentó arruinar tu ligue—me disculpé, cuando la chica iba a una distancia prudente —aun que no sabía que te iban las de tercero—me mofe un poco.
—¡Que va!— exclamó—solo me a pedido ayuda con uno deberes —Explicó mientras reía ligeramente.
—Claro, deberes—ironice, aun burlando me de el.
Sabía que Marcos no era un santo, pero tampoco era un Don Juan, a lo largo de los años había salido con un par de chicas pero siempre fue sinceró con todas ellas, por que si, para lástima de todas las mujeres mi amigo de mirada verde le huía al compromiso como si este fuera una peste.
Me miro de mala manera un par de segundó, para luego comenzar a sonreír lentamente.
—Creo que es hora de que vuelvas al salón Romeo—bien ahora era su turno de burlarse, pero como dicen por ahí: "uno por uno, no es trampa".
—Por desgracia—me lamente al ver a la profesora crusar el umbral de la puerta—bueno supongo que hablamos luego.— dije.
Me di la vuelta sin esperar respuesta de Marcos.
—Noah—el llamado de Marcos me obligo a verle—eres valiente —sonrió, yo también lo hice. El se giro y volvió a su salón, mientras yo retomaba el camino al mio.
Eso era una de las cosas que hacían a Marcos el mejor hermanó del mundo, sabia lo que yo necesitaba oír con solo una mirada, era mi completo, ¿que sería de mi, sin él?: probablemente nada. Marcos fue mi apoyó tras la muerte de mis padre y la una de las pocas persona que me soportaba cuando entre en aquellas malas etapa de mi vida, era el único que jamas me había abandonado, y yo le quería tanto como se podía querer a un hermano.
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En El Amor Y La Guerra, Si Hay Reglas
Teen Fiction-¿Quieres saber cuál el secreto de un buen ligue? - Murmuró, moviéndose al compás de la música - para conquistar a una chica, tienes que utilizar esté - Toco mi frente, con una sonrisa seductora - Para llegar a este - recorrió el camino de mi frente...