Capítulo 5: Llámame cobarde.

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El colegio Quilton contaba con dos salidas que también eran usadas como puerta de entrada, una por cada lado del terreno que ocupaba el instituto, por lo general yo usaba la principal que se encontraba en el frente, era la mas grande y elegante, la gran mayoría de los alumnos ocupaban está. La puerta trasera era muy poco ocupada, utilizada por un diez por ciento de la población estudiantil, el cual era constituido por lo general de jóvenes parejas que querían un poco de intimidad para despedirse y de aquellos que se creían muy especiales para salir con el restos de los alumnos.

Yo la había utilizado solo un par de veces, el año pasado cundo salí con Mónica Rowling, durante aquel corto periodo de tres semanas ese blanco, viejo y oxidado portal fue el testigo de gran cantidad de nuestros besos, también durante mi temporada negra, cuando me creía genial solo por ser un chico de segundó año que salía por la puerta trasera con los de cursos superiores.

Sonreí abochornado, recordar esos tiempo me hacían avergonzarme de mi.

Observe el antiguo portón de dos metros y medio de alto y tres de anchó de colores blanco y verde que era traspasado por un torrente de jóvenes, hoy mi viaje a casa era solitario como la mayoría de los viernes, Marcos se iba con su cuadrilla de amigos aun lugar diferente casi todo los viernes, por lo tanto mi regreso a casa era lúgubre.

—Noah —la voz de Isaac, mejor conocido como Sac, se hizo presenté — vengó de parte de Emelyn, te espera en cinco minutos en el portón trasero—una cosa es que la chica con mas influencia en la escuela se te quede mirando por mas tiempo del adecuado en la cafetería y otra muy diferente era que uno de sus lacallos viniera, como buen sirviente, a llamarte.

Observe la corpulenta espalda del chico, ni siquiera me dio tiempo de analizar sus palabras cuando ya se encontraba dando vuelta sobre sus pasos, sin mas explicación.

Aquella petición, que mas parecía una orden me desconcertó, ¿que podría querer Emelyn de mi?, la respuesta llegó con la misma velocidad con la que Sac se había ido: Nada que beneficiará.

Solo debía ignorarlos.

retome mi caminó ignorando a la niña favorita de Quilton, nunca había entablado una conversación (directa) con ella y jamas solíamos estar en el mismo lugar por mucho tiempo, no había razón para que lo hiciera, cualquier cosa que me haya querido comunicar me lo pudo mandar a decir con Sac, nunca hubo razón en el pasado para que nos comunicáramos directamente y mientras pueda evitarlo espero que en un futuro tampoco.

Mientras mis zapatos chocaban contra la fría cera una imagen de Emelyn esperándome en el viejo portón trasero, cruzo mi mente.

¿Y si, por algún extraño motivo Emelyn tenía una verdadera razón para hablar conmigo?.

La dudas me asaltaron, golpeándome con la misma frecuencia que mis pies chocaban contra la acera.

¿Y si, era algo importante?, ¿algo personal y que no podía mandar a decir con cualquiera?.

La tentación de correr de vuelta al colegio me golpeó con fuerza, frené mi andar, tardaría poco mas de dos minutos si regresaba corriendo al colegió, di un giro de ciento ochenta grados para ver que aun podía vislumbrar la estructura de colores verde y blando.

No cometas una estupidez.

La parte racional de mi pedía con gritos de desesperación ser escuchada, sabía que aquel grupo de amigos podía hacer bromas pesadas, incluso entre ellos, ¿sería esta una de su artimañas?, pero la pregunta mas importante era ¿por que razón y motivo lo harían?.

Durante los cuatro años que llevó en Quilton, jamas, pero ni por casualidad uno de aquél grupito de bromista se habían metido conmigo, lo atribuía al echó de que Marcos era muy influyente en el colegió y como yo era llamado por el mismo como: “el hermano que la vida me dio ”, eso me daba cierto grado de impunidad.

¿Que pudo a ver cambiado para que yo entrara en la mira de aquel grupo de canallas?, Y en el caso de que esto no era fuera algún tipo de plan para hacer me caer en una de sus bromas ¿que podría ser tan importante?.

Prefería no averiguarlo. Me di la vuelta caminado a paso seguro regresó al lugar que llamaba hogar.

Es mejor que digan aquí corrió, que aquí murió.

Era una de las grandes frases de mi abuelo, era algo extremista y me así ver cómo un cobarde, pero no quería darle la oportunidad de humillarme a un grupo de inadaptados sociales solo para su diversión y en el extraño caso de que Colers me llamara, bueno, cualquiera cosa que ella me quisiera decir podía esperar hasta el lunes.

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⏰ Última actualización: Nov 26, 2020 ⏰

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