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Jungkook

Lalisa voltea asustada al verme ahí de repente. Parpadea de forma repetida como si aún no se acostumbrara a mi abrumadora presencia y termina por suspirar mientras cierra los ojos y masajea sus sienes. Parece agotada.

─¿Tú que haces aquí?─pregunta al fin, casi como si le molestara mi presencia.

Qué pena. No se iba a deshacer de mí al menos por un tiempo. Y eso si realmente tenía la suerte de deshacerse de mí, por supuesto.

Sonrío de forma ladina y con mis ojos señalo el teléfono que tiene entre las manos.

─Pregunta totalmente seria.─advierto ignorando su cuestionamiento─¿Hasta cuándo crees que él regresará para buscarte?

La respuesta no fue inmediata, si no todo lo contrario; ella bajó la cabeza con sus ojos dirigiéndose directo a sus pies, como si le estuvieran dado una riña y se sintiera totalmente culpable de ello sabiendo que todo es verdad.

─¿Y tú cómo sabes que lo estoy esperando?─susurra, en un hilo de voz.

Acto seguido Lalisa alza el rostro y se atreve a clavar su mirada dura en mí. Su pregunta no llevaba para nada doble sentido ni nada similar. Si no que, de alguna forma, me confirmaba lo que ya era obvio; que a pesar de todo, seguía coladita por un imbécil sin cerebro que le hizo más daño que nadie en toda su corta vida.

─Sé que estas total y perdidamente enamorada de él.─confesé tomando una manzana del centro de mesa y mordiéndola. Hice una pausa mientras tragaba─También sé que a pesar de todo el daño que te causó tu esperas a que él regrese, te pida disculpas y vuelvan a la tóxica y falsa pareja feliz que aparentaban ser. Pero querida mía, ¿te doy un consejo?─susurre inclinándome hacia ella─yo no seré un santo pero sé que eso esta muy mal.

Lalisa frunció los labios transformándolos en una fina línea al comenzar a analizar lo que dije. Supe de inmediato que mis palabras teñidas con un poco de burla y ego fueron una causa importante de su enojo, porque frunció el ceño y cerró sus dos manos en puños, casi clavando la carne de sus uñas en estas.

─Escúchame, maldito imbécil─siseó con furia. Dio pasos cortos hasta mi mientras su dedo acusatorio iba a mi cara. Alzé una ceja escéptico a ello─no te metas en mis asuntos ¿oíste? Tú no sabes nada de lo que pasó entre nosotros. Solo eres un extraño ser antinatural que cree tener un derecho sobre mí cuando no es así. Y si vuelves a decir algo más de Taehyung, te patearé el culo.

Dicho eso, se dio media vuelta y en un movimiento brusco, dejó su bolso de trabajo en la mesa en un estruendoso golpe. Luego y en cuestión de segundos como si todo en mí fuera irritable para ella, fue a su habitación, se quitó los zapatos, busco entre sus butacas su pijama y se lo coloco. Se ato el cabello en una desordenada coleta de pelo y se recosto en el sofá comenzando a hacer zapping mientras comia papas fritas. Aunque también tenía que aclarar que cuando metía una papá a su boca masticaba con fuerza, como si imaginara que esa inocente papita era yo y estuviera gritando por ayuda mientras me devoraba y me hacía sufrir.

En silencio me senté a un lado en el suelo. Arrugué la nariz al ver que la película que escogió ver se trataba de nada más y nada menos que bajo la misma estrella. Rodé los ojos sin que ella se diera cuenta.

-No es que quiera decir que eres lo más cliché y masoquista que nunca he visto, pero sí, es lo que estoy diciéndote.-me escogí de hombros como si no fuera la gran cosa. Pude sentir su mirada llena de puro odio clavado en mi nuca.-¿Nunca viste resident evil o alguna de esas sangrientas de este siglo? ¿Lo que el viento se llevó? Ah espera-dije cuando noté su rostro lleno de confusión-esa película no es de este siglo. Pero es muy buena, la recomiendo totalmente.

Our wish | LizkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora