«Me está volviendo loco.»9
―Niall
―¿Me dices que nunca le hiciste un ensayo? ¿Entonces para qué te buscaba ayer? ―interrogó mi amiga comiendo pasivamente lo que tenía en su lonchera.
―No tengo la menor idea. No me he cruzado con ella ―mentí.
Seguimos comiendo, en silencio, hasta que vi una sombra asustadiza alojarse en la expresión de Bella.
―Niall, ¿de verdad piensas que está loca? ―inquirió. Asentí con la cabeza―. Oh, Dios. Entonces preocúpate, porque nos está mirando con detenimiento desde lo lejos ―aseguró. Mi garganta se secó e intenté ocultar mi pánico―. Tengo miedo, viene hacia nosotros ―apenas susurró.
Y entonces la sentí llegar al lado de la mesa.
―Hola Niall, qué casualidad verte aquí ―murmuró Jennifer con exagerada felicidad. Miró hacia Bella, y por alguna razón que desconocí rodó los ojos―. Hola Bianca ―susurró con desgano.
―Su nombre es Bella ―le corregí.
―No lo pregunté ―me devolvió. Bella mantuvo los ojos en su comida, tal como si le hubieran comido la lengua los ratones―. ¿Podemos hablar? ―me preguntó Jennifer.
Sentí cómo de a poco algunas miradas de alrededor se posaban en mi mesa.
―Estamos hablando ―balbuceé sin mirarla a los ojos; la oí bufar.
―A solas ―repuso.
Bella me miró, luego a ella, y cogió su bandeja con comida como si de ello dependiese su vida.
―No te vas ―la detuve.
―Si te vas ―me contrarió Jennifer, cogiéndole la bandeja para que se pusiera de pie.
―No ―dije tajante.
Le dediqué una mirada silenciosa a Bella; ella se sentó.
―Está bien ―acató Jennifer―. Entonces me quedaré aquí ―dijo sentándose en el lugar junto a Bella, frente a mí. Fingí indiferencia, pero entonces ella sonrió divertida y se giró hacia mi amiga―. Entonces... ¿eres junior? ―le preguntó como si fuera su amiga de toda la vida.
―Sí ―apenas dijo Bella, sin levantar la mirada.
¡Mierda! Ella me había creído lo que le había dicho. Creía que Jennifer estaba loca.
―Genial ―atribuyó Jennifer, como si de verdad lo considerase así. Rápidamente me di cuenta que tramaba algo y el perjudicado sólo sería yo―. ¿Y estás en algún club? ¿Deporte? ¿Matemáticas? ―dudó.
―Vicepresidenta del periódico escolar ―dijo Bella tartamudeando.
―Oh ―de repente, sus ojos brillaron con ingenio―. Por casualidad, ¿no ha llegado algún rumor a donde editan las notas? ―Las cejas rojizas de Bella se arrugaron―. En la sección de romances... ―agregó.
Tragué en seco.
―Mmm, no ―titubeó mi amiga, viéndose repentinamente contrariada; el miedo estaba plasmado en su rostro, pero la curiosidad parecía estar carcomiendo cada parte de su expresión.
―Entonces prepárate, porque tengo un rumor que hará que el periódico escolar se expanda por todo el Estado de Castacana ―declaró Jennifer.
Al sólo oírla, me encontré tenso; podía estar seguro que mis ojos eran tan grande como los de los dibujo de anime.
―¿En serio? ―Inevitablemente, Bella había caído en las garras de Jen.
―Claro. Me encanta ayudar, así que sería un honor darte detalles sobre ello, el cual en realidad no es un rumor ―susurró como si de un secreto se tratase―. En realidad pasó, ¿no, Niall? ―preguntó, dedicándome una sonrisa ancha y ansiosa.
―¿Sabías de algo y no me lo dijiste? ―me reprochó Bella.
Abrí la boca para detener lo que se avecinaba, pero Jennifer no me dejó hablar.
―¡El beso del año! ―exclamó. Mi piel ardió―. Dos personas totalmente diferentes besándose en pleno estacionamiento. Podría ayudarte a escoger un título ―comentó con fingida inocencia―: «La chica que besó a un nerd».
De repente, Bella pareció perdida.
―¿A un nerd? ―preguntó.
―Sí ―confirmó―. Si quieres te puedo decir quién es la chica y quién es el nerd.
―Basta ―casi gemí, sintiéndome mareado.
Simultáneamente, Jennifer comenzó a reír. Podía asegurar que no era una risa sincera, más bien era fingida. Masajeé mis sienes.
―Sé que no te gustan los rumores, Niall, pero al menos deja que Bella lo sepa.
―Sí, quiero saber ―apostilló mi amiga.
―No, no quieres. Ahora, por favor ―pedí, obligándome a ser cauto―, vete ―le dije a Jennifer, y contrario a lo que pensé, pude ver una sonrisa triunfal resurgiendo en sus labios.
―Si eso quieres ―susurró con tono indiferente, aunque con una amenaza implícita.
―Vete ―la eché.
Cuando se fue, Bella apartó el plato con comida de sí y se cruzó de brazos.
―¿Qué te sucede? Pensé que eras más respetuoso ―reprochó―. Acabas de echarla sin motivo alguno, ella sólo estaba contándome un rumor que podría ayudarme con la nota que tengo que escribir para el periódico ―arrugó las cejas y me disparó una mirada tímida―. Y me mentiste. Ella no parece como si estuviese loca. Si te pido que te disculpes con ella, ¿lo harías?
―No, ella...
―Es agradable, simpática y tiene información que podría servirme.
―No tienes que creer en todos los rumores que oyes ―le advertí, incapaz de confesarle la verdad.
―Estás siendo injusto con Jennifer, sólo discúlpate. Juro que no te hablaré hasta que lo hayas hecho.
―Pero... ―Bella entornó la mirada y llevando su mano a la boca fingiendo cerrar una cremallera en sus labios―. No sabes lo que pasó, ella... ―Sin decir palabra, me volvió a interrumpir. Su brazo derecho me señalaba la salida de la cafetería, por el mismo lugar donde se había ido Jennifer―. Está bien ―vacilé.
Pero nada estaba bien. Aun así, lo haría.
Le pediría disculpas a Jennifer.
O lo intentaría, como sea.
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Estúpido Niall
Fanfic―¿Qué quieres de mí? ―Quiero que tus malditos labios se posen sobre mis malditos labios y que nuestras malditas bocan encajen como un maldito rompecabezas. ―¿Qué se supone que...? ―Bésame. ¿O es que acaso un nerd como tú no entiende el vocabulario d...