Punish; MYG.

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Desde hace unas semanas Jungkook tenía la expectativa ante el interés de querer tocar un nuevo instrumento, y no había nadie más especial que su Hyung Yoongi quién le enseñaría con unas pequeñas clases.

Fue súplica tras súplica durante varias semanas para que este aceptara por fin bufando un poco y con una fastidiada expresión.

—Te enseñaré, sólo quiero silencio al momento de enseñarte y quiero tu atención completa

Había hablado una noche antes de que el menor se retirara a dormir, esa misma Jungkook no dejaba de rodar en su cama emocionado por los acontecimientos que pasarían en la tarde de mañana. Yoongi por su parte en altas horas de la madrugada había encontrado una guía de principiante que utilizó en sus inicios como principiante al tocar el órgano.

Por un lado más profundo, Yoongi sintió una chispa de ilusión y emoción al enterarse de que recurrió a él para iniciar en este pequeño mundo. Pues a él nadie le ayudó, y se sentía de alguna manera reconfortante poder ayudar al más pequeño.

Pasadas las 5 de la madrugada, el pálido mayor termina de corregir la guía principal que le otorgaría al menor cuando decidiese practicar por su cuenta, haría un trabajo más avanzado en el caso de que no pueda estar presente para una lección.

Antes de despedirse para ir a dormir, Yoongi bajó hasta la habitación de los dos jóvenes, abriendo con cuidado de no despertarles en caso de que se hayan dormido, pero los encontró jugando cartas y riéndose de alguna tontería por parte de SeokJin, que por alguna razón o castigo de los menores tenía puesto un gorro de su personaje “RJ la alpaca" y reía como un niño pequeño mientras Yoongi le veía de manera interrogante y con una mueca.

— ¡Yoongi-ssi! ¿que te trae por aquí? — El mayor comentó mientras quitaba su gorro.

—Umm... Sólo pasaba para comentarle a Jungkook el inicio de sus clases de piano, estaré disponible en la tarde

Jungkook de un saltó bajo de su cama y se colgó de el cuello de Yoongi.

— ¡Por fin Hyung! le agradezco un montón —Agradeció pellizcando brevemente su mejilla.

— Yah, sueltame si no quieres que me retracte.

El menor se apartó un poco incómodo y Yoongi esbozó una suave sonrisa calmando al menor, y levantó su mano acariciando sus cabellos.

— Te veo mañana Jungkook, llega temprano y come antes de eso, nos toca una jornada larga.

Llegó a su habitación quitándo sus prendas y entregarse a morfeo una vez más, para ser despertado más tarde a las exactas 9 de la mañana por el eufórico canto de Jungkook, las risas en la planta de abajo no tardaron en sonar.

La personalidad de Jungkook brillaba aún más cuando su estado anímico era alto, los mayores procuraban que estuviera de esa manera la mayoría del tiempo, hacerle reír y esbozar sonrisas grandes o de conejito como les llamaban por su dentadura.

Procuraban también alejarlo de toda inseguridad que pudiera tener, la presión y sobre exigencia que cargaba el menor en sus hombros no era sana, en distintas ocasiones se le notó cansado al punto de colapsar como pasó en el pasado Tour.

El menor bailaba hasta que fuera perfecto no se permitía algún tipo de error o falla, haciendo lo mismo con su canto. Jamás permitía una nota débil o un quiebre de su voz.

Yoongi  levantó su torso de la cama chasqueando la lengua y frotando con ambas manos sus dedos eliminando todo tipo de lagaña o suciedad que se había formado mediante la noche. Y con pasos perezosos tomó su sudadera negra colocándosela, la época de frío se había instalado en Seúl por lo que debía estar cubierto la mayor parte del día, aunque le era agradable dormir prácticamente desnudo.

Después de hacer su rutina diaria — Que consistía en bañarse e hidratarse el rostro— bajó a la sala en donde los cálidos “Buenos días Yoongi-ssi” “¿Dormiste algo?” “¿Tienes hambre?” de SeokJin le atacaron. Como cuestión diaria, preguntó por los demás miembros y SeokJin comentó que a excepción de Jungkook y él, los demás seguían descansando.

Tomó un desayuno con el mayor y el sonriente menor que había llegado de una caliente ducha tarareando alguna canción infantil, al revisar su móvil notó que apenas eran las 11. Y su clase con Jungkook la planeó para las 4, en la madrugada hizo tiempo libre por su aburrimiento y terminó las tareas que tenía en su agenda, así que llamó al menor a su estudio y le indicó que comenzarían temprano.

—Bien Jungkook, te traje esta guía por que estoy más que seguro que la necesitarás por si te sientes perdido, y en este cuaderno anotarás lo siguiente — El menor asintió emocionado y con una sonrisa que achicaba sus ojos.

— Se te van a salir los dientes si sigues así conejito.

El mayor río suavemente aliviando el ambiente y procedió a enseñarle lo básico a su menor, que una hora después estaba frustrado al no lograr una melodía estable.

Para el mayor fue una sorpresa el nivel de avance que poseía Jungkook, jamás imaginó que lo básico lo aprendería tan rápido como lo hizo, pero en cuestión de práctica necesita el tiempo debido para pulirla.

— ¡Hyung! ¡no puedo soy un desastre en esto — El menor frustrado suspiró molesto consigo mismo.

— Eish, no eres un pianista profesional niño. Ten paciencia— Tomó sus manos entre las suyas y le guió en el ritmo.

Jungkook sintió nerviosismo ante ese toque, las manos del mayor estaban frías generando un choque de temperaturas que para el menor fue agradable.

Una vez más intentó tocar por su cuenta y falló.

Inconscientemente giró su cabeza y se encontró con la cercanía de el mayor, sus respiraciones se mezclaban y por poco sus narizes rozaban. Subió su mirada a la de su Hyung y se perdió un momento en ella, viendo como aquellos oscuros ojos le observaban detalladamente.

Su tacto fue natural, probaron sus labios sin prisas ni brusquedad.

Yoongi se abrió paso entre el paraíso de su boca para explorarle y saborearle sacando jadeos en el camino. Acarició sus labios con su pulgar aún besándole y con una mano acarició su glúteo derecho, jugó con el durante unos cuantos segundos e impactó suavemente su mano en el, cástigandole por el error que cometió.

Lo que haz hecho no está bien pequeño, prueba de nuevo.

Su voz salió ronca y demandante logrando estremecer al menor de placer, el ardor de el azote producía en Jungkook un placer descubierto, agradándole la idea de que le castigara por tal error.

Nuevamente intentó crear la melodía pero sus temblorosos dedos le hicieron fallar, cerrando sus ojos sintió como su mayor se apegaba a el y su mano trazaba un camino de caricias por todo su muslo, llegando a su entrepierna la cual apretó por unos segundos.

— Haz cometido otro.

La voz de el mayor chocó contra su oído erizando su piel, sintiendose vulnerable y expuesto ante él. Yoongi meció sus caderas chocando su erección creciente contra la parte baja de el menor, gimiendo junto a él.

— Hyung... —Lo nombró en un gemido desesperado, necesitaba atención y Yoongi le torturaba con movimientos lentos.

Las manos de el mayor recorrían el suave cuerpo de el menor, centrándose en su dolorosa erección que tomó entre sus dedos y acaricio para torturarle más.

— Otro intento más.

Las manos de Jungkook tocaron el órgano de manera correcta cumpliendo con la orden de el pálido, Jungkook necesitaría tal castigo si eso incluía el tacto de Yoongi sobre su piel.

Ha terminado tu castigo hoy. — El mayor le soltó y besó sus labios premiándole por tal avance.

Aquellas manos tocaron su más sensible ser llevándolo a la gloria y explotar en gozo ante tal efecto, su respiración se agitó y su cuerpo reaccionó ante el mayor.

Me gusta su castigo, Hyung... —Pronunció minutos después que había recuperado su consciencia.

Little Angel; BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora