Little Angel; BTS

Rain; KTH.

La noche llegó, junto una ruidosa lluvia.

Los relámpagos  resonaban en el cielo haciendo temblar de miedo al pequeño que  se escabullía más y más entre sus sábanas con la figura de “Tata” entre sus brazos, tratando de encontrar un lugar seguro para él.

Estaba seguro que las tormentas más que molestarle, le irritaban.

Amaba la suave lluvia que siempre llega a estas fechas, pero por desgracia de él la fuerte tormenta había caído en toda la ciudad. Tampoco entendía como los demás mayores podían dormir y descansar sin ningún problema, supuso que a ellos se les hacia algo tranquilizante, pero para él era lo peor que podía pasar.

Quiso ir con algún miembro, pero el miedo no le permitía salirse de la bolita que estaba hecha, y si ellos dormían lo menos que quería era molestarles aún si ellos dijeran que no pasaba nada.

Exceptuando a Yoongi, quién le mandaría por donde vino sin importar que, sus horas de sueños eran privadas y sagradas.

El que se atreviera a perturbarlas, debía correr de Corea del sur inclusive.

Se removió una vez más en su cama, estremeciéndose ante otro relámpago que había iluminado el cielo, esperó el ruidoso estruendo que este hacia; no siendo consciente de el hecho de que su puerta había sido abierta suavemente y una cabeza se asomaba de ella, averiguando el estado del menor.

Se sobresaltó cuando unas manos grandes tomaron la figura afelpada de Tata y gentilmente la retiró para ser remplazada por un cálido torso, en donde se acurrucó y suspiró de alivio.

— Estoy aquí pequeño, me había despertado hace unos minutos y quise venir a verte — TaeHyung entrelazo los cabellos de su nuca acariciándole y sacar pequeños suspiros de su parte.

—No podía levantarme, y menos quería ir a molestar pensando que estaba descansando — El menor susurró depositando un casto beso los labios del mayor, a este punto poco a poco todos notaron las interacciones que había entre cada miembro

— Si tienes miedo de algo, lo más seguro es que hables con algunos de nosotros, además sigues siendo nuestro pequeño bebé. Te cuidaremos de cualquier monstruo que quiera comerte

El mayor rugió y se acercó a la curvatura de su cuello donde beso repetidas veces la zona cosquilluda, teniendo a un Jungkook riendo entre sus brazos tratando de picar sus costillas y devolverle la acción.

— ¡Ya no puede! ¡No puede! — Se burló con un tono agudo, observando como al menor las mejillas se le tornaban carmín y posteriormente empujarle para posarse encima suyo y atacarle en sus puntos débiles.

Las carcajadas no tardaron en resonar por toda la habitación, siendo amortiguada por la creciente lluvia que les cubría su burbuja por afuera.

Jungkook observó el sonriente rostro de TaeHyung bajo la luz de la luna, acariciando en el proceso su aterciopelada piel perdiéndose en ella, siendo azotado por su dulce fragancia ahora que le tenía cerca, se había sentado y tomando más caderas de el menor le acercó juntando sus labios en un beso lento.

Ambos se miraban fijamente a la par que unían sus bocas, probándose a través del sentimiento del deseo. Como acto seguido TaeHyung introdujo sus manos bajo la camiseta de el menor y acarició su tersa piel, llegando a los botones erectos por el frío para acariciarles con su  pulgar esto hecho sin jamás perder el contacto visual.

La espalda de el menor tocó el suave futón mientras el cuerpo del contrario se posó encima suyo, entrelazando sus manos a medida que bajaba por todo su cuello, marcando con suaves succiones y mordidas.

La boca del mayor eliminó todo rastro de frío que había en su cuerpo, instalando el deseo que había crecido en distintas partes, volviéndole más sensible y vulnerable.

Sus prendas fueron esparcidas por algún lado de la habitación, mientras su cuerpo era amado por las habilidosas y gentiles manos de TaeHyung, quién terminó por
probar su nívea piel ya expuesta.

Lamió con gusto sus muslos internos, creando pequeños espasmos en el miembro despierto de él castaño, mordió hasta subir a su vientre en donde su lengua se encargó de lamer las recientes marcas que había logrando, con un pensamiento de orgullo al poder hacerlo totalmente suyo.

Su boca acunó su miembro, y sus manos le ayudaron a estimular su base a medida que subía y bajaba; elevando el menor sus caderas ante tal explosión de sensaciones.

Distrayéndole de todo tipo de dolor o daño, introdujo ya un húmedo dedo en su interior a lo que succionó con más ahínco cumpliendo su cometido de hacerle sentir placer y no dolor.

Así terminó el proceso hasta que Jungkook por fin pudo gesticular un jadeante “estoy listo ” y el mayor asintió buscando el preservativo que utilizaría, bien sabía que ninguno de los dos poseían enfermedades venéreas; y quería que la primera vez de su menor fuera lo menos dolorosa posible, utilizando la lubricación que un preservativo le puede brindar.

Juntó sus labios nuevamente completando su unión, volviéndose un sólo ser que adoraba un cuerpo junto a otro, sin prisas, sin busca de un sólo placer. Ambos se miraron fijamente y la sonrisa que Jungkook le brindó lo estimuló a mover sus caderas en un ritmo lentamente placentero, creando sonidos de piel a piel que llenaban la habitación acompañado de los gemidos graves que el mayor creyó desfallecer al oírlos, sus manos jamás dejaron de entrelazarse y sus cuerpos mucho menos.

Hasta que la gloria y la lluvia bendita cayó sobre ellos  finalizando su íntimo acto haciéndoles estallar en placer y gozo.

— Gracias por ahuyentar el monstruo —río un poco a medida que acariciaba la espalda del mayor, se sentía tranquilo y su cuerpo reclamaba aún más la cercanía de Taehyung

—Cualquier cosa por ti, pequeño ángel...

Con caricias, besos robados, suspiros y una intimidad que solo el menor sabía que compartía con sus mayores, la mañana llegó sobre ellos.