CAPITULO VII

57 7 1
                                    








Narra Lorena

Extraño tanto a mis hermanos que siento que estoy desperdiciando el tiempo aquí esperando a que regresen sanos y a salvo.

-Lorena, sabes que no puedes alejarte mucho de casa, no quiero que te ocurra nada- me dice mi mama.

Desde que mi hermana Mel se fue me han sobreprotegido para que no desaparezca yo también pero me siento prisionera y me agobio muchísimo por no poder salir como las otras niñas de mi clase.

-tranquila mamá no voy a alejarme mucho, solo que a veces necesito estar sola para pensar- le contesto, ella me miera confundida.

- ¿pensar en que mi vida? - me pregunta, se acerca lentamente a mí y se coloca a mi altura para verme mejor.

-en mis hermanos...los extraño mucho- confieso, desvío la mirada para no mirarla a la cara o volveré a llorar como siempre hago cada vez que hablo del tema.

-cariño, nosotros también los echamos de menos pero tenemos que seguir con nuestra vida, ellos seguro están bien y pronto regresarán, confía en mi bebe- intenta darme esperanzas pero es inútil.

-no sé mamá, hace días que no sé nada de ellos y cada día pierdo un poco las esperanzas de que vuelvan- no puedo seguir hablando así que me alejo de ella y voy hacia la casa.

Corro hacía la casa pero a mitad de camino me detengo, oigo gente gritar y me sobresalto, mi madre corre también para ponerse a mi lado, juntas vemos a gente correr sin saber porque.

-hija vamos hacia la casa, no sé qué está pasando pero tenemos que ponernos a salvo- las dos corremos y mi corazón va a mil por hora.

La puerta es abierta y mi padre sale asustado por los gritos de la gente pero al vernos su cara de preocupación desaparece un poco, el mismo nos mete adentro de la casa.

- ¿qué está ocurriendo? - pregunta mi mamá preocupada y asustada.

-no lo sé amor pero tenéis que quedaros aquí, yo iré a descubrir que es lo que ocurre- las dos decimos no al mismo tiempo.

-papá por favor no salgas, no quiero que tú también te vayas- las lágrimas se agolpan en mis ojos pero mi padre nos ignora y sale de la casa, intento ir detrás pero mi madre me detiene.

-mamá no permitas que se vaya- digo desesperada.

-tranquilízate Lorena, ya verás que va a volver- me abraza para que me calme un poco.

Los minutos pasan y mi padre no vuelve, oigo los latidos de mi corazón en mis oídos y no puedo calmarme. Mi madre está igual que yo o peor pero lo finge muy bien para que no me preocupe más pero es imposible no hacerlo.

De repente la puerta se abre y mi padre aparece muy pálido, parece que lo que ha visto lo ha horrorizado por completo.

-papá, ¿qué es lo que pasa? - pregunto preocupada al ver su aspecto.

-Pitrores...han invadido la zona- dice tan despacio que le cuesta hablar.

- ¿QUE? - grita mi madre horrorizada, mi padre va hacia ella para acallarla.

-cariño, no hagas ruido o nos encontrarán- mi madre tiene los ojos llorosos, ni siquiera sé porque actúan así.

-papá, ¿quiénes son los Pitrores? – temo haber preguntado eso.

-hija mía, son... monstruos horribles que se alimentan de la felicidad de la gente haciendo que se hundan en la amargura y los pensamientos negativos pero tranquila, os protegeré con mi vida si es necesario- me quedo en shock, no sabía que existían criaturas así.

Un Mundo Diferente (Historia completa en BabelNovel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora