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Jimin caminó por el pasillo hasta la habitación de Yoongi, debía de admitir que estaba un tanto nervioso, pero no dejaba que eso borrase la sonrisa de su cara. Secó sus manos sudorosas en su pantalón antes de llamar a la puerta y abrirla observando la habitación.

–¡Buenos días! –Saludó en un tono alegre al ver a Yoongi sobre su cama despierto. –¿Hoy ha sido un buen despertar?

Yoongi ni se giró a mirarle, sólo miraba hacia el techo, con la mirada perdida.

–¿Puedes oírme? –Comenzaba a dudar. –¿Quieres desayunar?

Ahí fue cuando por primera vez unieron miradas. La verdad era que Yoongi sí estaba hambriento, en el hospital ni siquiera probaba comida de verdad, era todo por tubos y para cuando le dejaron comer, era todo purés y comida pegajosa.

–Espera, no me he presentado. –Sonrió nuevamente acercándose a la cama. –Soy Jimin y seré tu cuidador.

Si Yoongi pudiese hablar o moverse, habría maldecido o incluso le habría dado un bocado. Estaba furioso, pero no había forma de poderlo mostrar.

–Enseguida vuelvo con tu desayuno.

Soy normal {Yoonmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora