ALMAS GEMELAS

44- OBJETIVO CONSEGUIDO

-¿Ocurre algo? -me estaba preocupando bastante.

-Necesito que vuelvas, por favor -dijo entre sollozos.

-Hasta mañana no puedo y lo sabes.

-¿Por qué no? -pues no, no lo sabía.

-Porque he venido con José a Salamanca -vi como Malú me hacía gestos para preguntarme quien era, pero estaba demasiado centrada.

-Anda, ¿y eso?

-Es muy largo de contar.. -tampoco era el momento de hablar de mi.

-Valentina, me encuentro mal, te necesito -sus palabras podían conmigo.

-Esta bien, veré que puedo hacer.. -al fin y al cabo, ella es mi mejor amiga.

-Muchas gracias Valen, te quiero mucho.

-Y yo a ti idiota, así que deja de llorar.

-Lo haré, adiós.

-Adiós. "

-Malú, tengo un problema -le dije al colgarle a Ana.

-Tenemos -corrigió -cuéntame.

-Verás, Ana está mal y quiere que vuelva.

-¿Qué le pasa?

-José me dijo que quiere ser madre -la cara de mi chica se partió en dos.

-¿Tan pronto? ¿Y mi hermano que dice? ¿Le ha pasado algo? -se puso realmente nerviosa.

-Eh, tranqui. De una en una -le dije tratando de calmarla.

-¿Por qué le ha dado ahora eso?

-No lo se.. -eso era lo que faltaba por averiguar.

-¿Y mi hermano que ha dicho?

-Que le apetece, pero que es muy precipitado.

-A mi me parece demasiado raro..

-Y a mí también.

-¿Y qué vas a hacer, Valen?

-¿El que voy a hacer yo ahí? -reí.

-Me refiero a que si vas a volver esta noche,tonta.

-Si vienes conmigo sí, no pienso alejarme de ti nunca más -le cogí de la mano y me volvió a besar.

-Vámonos entonces.

-¿Estas segura?

-Cuanto antes volvamos, antes te volveré a comer -me lanzó un guiño y reí.

-¿Se lo decimos a José? -pregunta importante.

-Será mejor que no digamos nada -respondió tras analizar la situación.

-¿Por qué?

-Valen, si te ha llamado a ti y no a él será por algo -traté de pensar en aquello.

-A ti tampoco te ha llamado y apuesto el cuello a que vendrás -reímos las dos.

-Pues claro pero es distinto, yo voy a acompañar a mi novia.

-Y él a la suya -algo de sentido tenía.

-Que me da igual, que yo voy contigo. Y que a José no le diremos nada de momento.

-Como mandes, jefa -me dio un codazo y me quejé.

-Imbécil, es para no preocuparlo.

-Vale, vale..

Decidimos que cogeríamos las maletas y nos iríamos en su coche de inmediato, pero primero debía avisar que se iba hoy y no mañana. Avisó a todo el mundo que nos íbamos, pero sin dejar detalles de por qué.
Nos tomamos dos cafés cada una y salimos de Salamanca.
Lo bueno que tiene el café es que por lo menos te mantiene bien despierta durante el viaje.
A las pocas horas llegamos a Madrid. Lo bueno que tenía viajar de noche era que no había nada de tráfico.
Llamamos al timbre al llegar a casa de Ana, quiero decir, a nuestra casa. Pero que tonta soy, si tengo llaves. Las saqué del bolso pero antes de introducirlas en la cerradura ya estaba la puerta abierta. Nos abrazó a Malú y a mí sin saludarnos si quiera.

-Muchas gracias por venir, de verdad -dijo todavía en nuestros brazos.

-Vamos a dentro, anda -nos soltó al fin y entramos. Nos sentamos en el sofá y Ana rompió a llorar.

-¿Qué te pasa? -se me adelantó Malú a preguntarle.

-Ya lo sabéis, por eso estáis aquí -no se quitaba las manos de su cara.

-¿Pero por que quieres eso ahora? -le pregunté poniéndole la mano sobre el muslo.

-Me estoy haciendo vieja -nos miramos Malú y yo incrédulas.

-¿CÓMO? -se unieron nuestras voces y preguntamos a la vez.

-Quiero tener tener un hijo -respondió con convencimiento.

-Ana, mi hermano y tú sois jóvenes todavía, tenéis mucho tiempo por delante.

-Así es, será mejor que no te lo tomes a la ligera -intervine.

-Como espere más me va a pasar como a mi madre -ahí podía estar la respuesta.

-¿Qué le pasó a tu madre?

-Yo siempre he querido un hermanito, pero cuando lo intentó ya era demasiado tarde -parecía que tenía algún trauma de pequeña.

-¿Cuántos años tenía tu madre? -le preguntó mi chica.

-Veintinueve. Ya fue demasiado tarde -Malú y yo nos miramos, no sabíamos que decirle.

-Yo sigo diciendo que debéis esperar un poco, acabáis de empezar.

-Lo mismo dijo -dije bastante segura.

-Si lo decís porque llevamos poco tiempo, yo quiero a José más que a mi vida.

-Y yo a Malú más que a la mía, pero ni se nos ha pasado por la cabeza tener un hijo tan pronto -me lanzó una tierna sonrisa. ¿Por qué diablos tenía que ser tan perfecta?

-A nosotras también nos gustaría, pero hay mucho tiempo por delante.

-Pero Malú, tu tienes tu gira y no tendrías tiempo.. -dijo Ana haciendo memoria.

-Y te recuerdo que Jose está también de gira conmigo, sería lo mismo -tenía razón.

-Ana, por lo menos espera a que acaben la gira, y así tienes tiempo para reflexionar también.

-La decisión está tomada -¿cómo conseguía estar tan segura sobre algo que le cambiará la vida completamente?

-Pues espera por lo menos a que mi hermano tenga más tiempo libre.

-No me quedará otra -perfecto, objetivo conseguido.

Salimos de su casa, nuestra casa cansadas. Felices pero cansadas. Eran las cinco de la mañana y parecía increíble el efecto que causaba el café sobre nosotras. Llegamos a casa muertas de sueño y fuimos directamente al dormitorio. Nos quitamos toda la ropa y ni siquiera nos molestamos en buscar el pijama. De todas maneras, frío no íbamos a pasar.

-Valen, quiero pedirte perdón por todo -dijo al meternos en la cama.

-Y yo a tí también, debería haberte avisado de que me fui con José. Que por cierto, la foto es por lo que te dije.

-Te creo, y debería haber entendido que te acostaste con Andrea por mi culpa.

-Tu culpa no fue, cariño -le acaricié en la barriga.

-Sí, si lo fue. No podría perdonarme que te perdiera, nunca -se le saltaron las lágrimas, pero se las quité suavemente con mi dedo.

-Nunca lo harás, te lo prometo -le besé en la frente, pero me esquivó para irse a mis labios.

-Por cierto, ¿escuchaste lo que dije en el concierto? -le sonreí.

-Claro, idiota. Debes tener ahora el twitter colapsado.

-¡Anda, es verdad! Bueno, pues ya mañana lo veré, ven aquí -nos volvimos a besar y así acabó nuestro día, en el mismo lugar y con la misma sonrisa que siempre. Apoyé mi cabeza en su pecho y adiós al mundo.