Clase #1 de la profesora Torres

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Recién habia llegado a la escuela y mis pies ya me mataban. "malditos zapatos, ni bien entre al aula me los quitaré"
-Buenos días alumnos-dije adolorida
-Buenos días profesora Torres
Me apresuré a mi silla y me senté. Inmediatamente use mi zapato izquierdo para sacarme el derecho y luego viceversa. Ni bien mis pies tocaron el suelo solte un suspiro de alivio. Sentir el frío en mis suelas fue magnífico. Separé mis dedos para dejar el aire correr entre ellos. Todavía faltaban 10 minutos para que la clase empezará asi que tome mi teléfono y comencé a mensajearme con mis amigas. Inconscientemente empece a golpear el piso con mis pies, aún calientes y mojados pero aliviados de haber salido al fin de su prisión. Fue ahi cuando sentí un golpeteo en mi dedo meñique. Pensé que había sido mi imaginación asi que lo ignore. Volví a sentir el golpeteo y ya un poco molesta agache la cabeza para investigar. Lo que vi me sorprendió, un pequeño alumno estaba tosiendo y pegandole a mi dedo. De inmediato, lo tome en mi mano y lo lleve a mi escritorio. El chico comenzaba a respirar normalmente de nuevo y decidí preguntarle.

-Por que estabas ahi abajo pequeño? Sabes que es peligroso estar cerca de los profesores sin que ellos sepan. Podria haberte pisado o peor.

-Lo siento profe pero necesitaba decirte que los del primer banco estamos sufriendo debido al calor y el olor de tus pies. Y me preguntaba si podrias ponerte los zapatos de nuevo.
Estaba totalmente anonadada, no pensaba que mis pies olían tanto. Pero eso me habia dado una idea para la clase.

-Sabes?. Si yo fuese tu dueña ya estarías muerto pero como soy tu profesora no puedo tocarte ni un pelo.
No puedes ir diciéndole a los gigantes que sus pies huelen mal. Como esclavo debes soportar y seguir.

-Lo siento profesora-el chico dice arrepentido.

-No te disculpes, mejora.-le dije recordando la frase de un videojuego- Además, me has dado una idea para la clase de hoy.

Puse al chico de vuelta en el suelo, tome mis zapatos y la silla y las puse en el centro de la clase. Me volví a sentar mostrándoles mis plantas a los alumnos.

-La clase de hoy vamos a ver como complacer a los pies de una mujer. Además, veremos como limpian mis zapatos y testearemos su aguante al calor y los fuertes olores.

La mayoría de la clase festejo pero algunos de quedaron callados. Los dividí en 4 grupos de 5. 2 para cada uno de mis tacones y 2 para mis pies.
Luego, les indiqué a cada uno su posición, que rotarian a los 10 minutos, y me relaje en la silla.

-Ya pueden empezar.

Inmediatamente, empece a sentir sus lenguas y cuerpos en mis talones. Era el paraíso para el fetichista de pies. Mis uñas pintadas de negro y mis tacones hacian un bonito contraste con el piso de color blanco. Podia sentir como los musculos tensionados se iban relajando muy lentamente y la tierra era removida por sus húmedas lenguas que se movían como pequeñas hormiguitas caminando por mi talón. Dirigí mi mirada a mi zapato izquierdo, 3 chicas habían entrado y estaban limpiando la plantilla. 2 de ellas tosian por el olor mientras que las otras 2 que estaban afuera lamian el cuero. En el derecho la situación me sorprendió, 2 pequeños musculosos levantaban la parte del tacón mientras un par limpiaba la suela y la restante el tacón. Las agallas de esa chica eran increíbles, ella seguia chupando aún cuando el zapato que limpiaba podia aplastarle la cabeza en cualquier momento ante el error de uno de sus compañeros.
Asi la primer rotación llegó, los grupos de movían de manera casi militar para continuar el trabajo de sus compañeros. En mis pies la fiesta nunca paró, ahora estaban en la parte baja de la planta y la intensidad habia aumentado. Justo abajo de la bola de mi pie, entre las arrugas, una chica paseaba su cara a traves de mi piel, lamiendo y oliendo.
Sobre la segunda rotación no hay mucho que decir solo que mis zapatos ya estaban mas decentes y que los chicos ya habian llegado a la altura de la bola de mi pie. Además, saqué mi teléfono y me puse a filmar la escena.
Ya había llegado la ultima rotación. Los grupos se movieron y continuaron. A mis zapatos quedaba darles un par de lamidas por el área del tacón y la plantilla, nada complicado, pero en mis pies quedaba lo peor, los dedos. El grupo debia ser muy resistente para poder aguantar pero yo sabia que lo eran. Baje mis dedos y los abrí, la reacción en sus caras fue brutal. Inmediatamente enfoque el momento en que se tumbaban o se metian entre mis dedos. Desde el teléfono podia ver toda la pelusa, la tierra y la piel muerta que alli habia. Muy obedientes, mis alumnos empezaron a rasgar mi piel con sus dientes, removiendo toda la basurilla que encontraban. Sentir sus dientes y sus labios entre mi dedos y sus lenguas debajo me había puesto a mil; comencé a introducir un dedo wn mi falda pero me rápidamente lo saque al darme cuenta de la situación. En mis zapatos todos estaban dentro, sobre la plantilla, lamiendo la huella de mi pie entero, incrustada alli por las horas de trabajo y sudor.
Cuando pasaron los últimos 10 minutos me sentia feliz, satisfecha y muy caliente. Inspeccione mis zapatos, parecían nuevos, la huella de mi pie había desaparecido. Mis pies aunque estaban mojados por la saliva, ya no me dolían ni tampoco olían.

-Fue un trabajo magnífico de todos ustedes. Han aprobado con creces.

Un estallido de alegria se sintio en el piso. Saltos, saludos, abrazos y gritos de pura euforia.

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