*perspectiva del profesor Colin*
Entré a la sala de profesores por la mañana y no habia nadie. Me serví un café de la maquina sobre un estante y me sente en la mesa principal, esperando a que empezarán las clases y a mis compañeras. Toque con mis labios la taza caliente y comencé a beber. La sensación de el liquido caliente y el pequeño esclavo dentro de mi zapato me hizo sentir como en casa. Lo había dejado ahi tras obligarlo a masturbarme la noche anterior, mierda eso si me ponía a mil. Movi mi pie dentro del zapato atrapando la cabeza de este entre mis dedos. Me encantaba sentir su respiración interrumpida en mi piel, el deseo de un aire que no podia conseguirse, el deseo de ser grande.
Lo asfixie un poco más poniendo mi pie en vertical, haciendo que su cuerpo cayese bajo la bola de mi pie.
Mi diversión se vio interrumpida cuando la puerta se abrió y entró Caro con su ya familiar abrigo violeta y zapatillas que combinaban. Desde el primer día me había llamado la atención, alta, atlética y madura. Nos saludamos con un beso en la mejilla y ella se sentó enfrente mío con un té en sus manos. Repasamos todo lo que habia pasado el fin de semana y no podia evitar notar que me miraba con ojos de delicia. Estaba cautivado por esos ojos que me miraban con deseo. Moví mi brazo inconscientemente provocando que la cuchara que había dejado al lado de la taza se cayese, con la mala suerte de que rebotase en mi zapato y fuese a parar cerca de los pies de Caro. Me agache inmediatamente a recoger la cuchara cuando ne detuve a ver como sus talones se asomaban fuera del calzado, dejando ver unas piernas de diminuto sobre la zapatilla. "Sí que deben estar sudando ahi dentro" pensé. Tomé la cuchara y me disponía a sentarme cuando la silla de enfrente se movió quedándome de frente a las piernas de Caro. Alze la vista y me tope con esos ojos que antes me habían atrapado.-Te gusta lo que ves?- ella me dijo mientras quitaba sus pies de las zapatillas, dejando ver sus calcetines sucios y al pequeño que yacía dentro del calzado.
No pude responder ante semejante belleza y solo asenti con la cabeza. Ella alejo sus pies de mi y se acerco a su zapatilla y agarró al chiquito. Lo tenía en su puño, mientras lo miraba con una cara juguetona. Se me acercó más y metió la mano dentro de mis calzoncillos, tocandome todo. Después abrió la mano y dejó a su esclavo dentro, bajo mis bolas. Me quede atónito y un poco sonrojado.
-Por que no vienes a casa conmigo hoy? Te estaré esperando a la salida.
Volví a asentir con la cabeza, esta vez un poco más confiado.
Pasé el resto del tiempo en la sala profesores charlando con Bela, que habia llegado 5 minutos después de lo sucedido entre Caro y yo.
Llego el tiempo de clases y todo sucedió normalmente. Les tomé un examen escrito sobre los peligros al satisfacer los pies de alguien. Por supuesto les enseñe unos ejemplos con muñecos hechos de goma; los pise, asfixie y los metí en mi zapato, entre otras cosas. Cuando terminé de mostrarles a mis alumnos sus caras cambiaron a unas de sorpresa y miedo al ver como quedaron los muñecos, algunos aplastados o con sus extremidades torcidas. Les entregué el exámen y ellos comenzaron. Mientras terminaban no podía sacarme de la cabeza a Caro y lo que íbamos a hacer en su casa a la salida. Pasaron 30 minutos cuando la primera persona entregó el examen, era la chica que en mi primer día había contestado bien la pregunta que le hice. Esto no me sorprendió en lo absoluto ya que sabia sobre sus capacidades. Le recibí el exámen con cuidado y ella se dirigió hacia su asiento. Rápidamente le bloquee el paso con mi pie y la traje hasta mí empujandola con mi zapato. Cuando ya la tenía casi bajo mi silla, me agache y le susurre:
-Por que no tenemos un examen práctico? Sé que tu eres buena.
Ella no me respondió pero sabía que a ella no le importaba. Deslize mi pie fuera de mi zapato para luego quitarme mi media y dejar mi enorme suela de cara a ella.
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Academia Shrinkie
Non-FictionUna escuela donde los pequeños aprenden a ser esclavos. Como no, sus profesores son gigantes y tú eres uno de ellos.