Capitulo 1 Encuentro bajo la lluvia

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La luz de la luna iluminaba las calles de la ciudad donde nací y de la que nunca he salido desde entonces, Atlanta era ese estado de Georgia que no muchos sabían de su existencia, por ser pequeña y no tener nada de especial, de lo único de lo que se hablaba de ella era para extender las malas lenguas y seguir renegando de ese lugar, pero yo que nunca había conocido algo diferente, no me podía quejar, llevaba veinticuatro años metido allí y no sabia que era lo que me estaba perdiendo mas allá de los limites de la ciudad.

Solo sabia que no estaba hecho para mi.

Había vivido toda mi vida aquí, en una casa que mas bien no se podía llamar hogar, pero lo era, fue lo único que nos dejo mi padre a mi hermano Merle y a mi, bueno eso y un pasado que llevo marcado en mi espalda y del que nunca podre olvidarme, mi madre en cambio murió cuando era muy pequeño, se quedo dormida con el cigarrillo encendido y quemo nuestra casa con ella dentro, después de aquello nos mudamos a las afueras de la ciudad con nuestro padre, pero mi hermano no tardo en entrar en un correccional por sus "buenas acciones" y me dejo solo con el monstruo que en su día nos engendro para traer al mundo a dos niños que no iba a cuidar y mucho menos iba a comportarse como un padre.

Pero así era mi vida y no iba a cambiar, por mucho que lo quiera.

De mi padre no se nada, un día se largo y desde entonces no ha vuelto, han pasado ya tres años desde que salió de casa por ultima vez y la verdad es que no me importa si le ha pasado algo o donde demonios esta, es mejor así, ya no tengo su eterna presencia a mi lado amargándome la vida y si soy sincero me siento más tranquilo.

Es mi padre.

Pero nunca lo considere como tal, porque nunca se comporto como uno.

Recordar aquello me hacia pensar en que no había tenido ningún momento feliz en mi vida, no fui a la escuela, jamás tuve amigos, bueno eso no es del todo cierto, si tuve una, la primera y única en mi vida con la que fui feliz, pero eso fue hace mucho tiempo, ella murió y la perdí.

Nunca tuve la oportunidad de cambiar mi vida, toda la ciudad ya me juzgaba por mi apellido, la mala fama de los Dixon la conocían hasta en los pueblos cercanos, pero yo jamás hice nada malo solo me tachaban de problemático por ser hijo y hermano de, pero tampoco puedo culpar-los siempre he sido la sombra de mi hermano.

Ahora se que la felicidad no esta hecha para alguien como yo, después de todo ni siquiera debí existir, tan solo fui un condón roto y varias copas de alcohol encima, aun así he continuado sin saber la razón, solo he seguido caminando intentando llegar a algún lugar en el que pueda ser feliz.

Pero supongo que no he estado buscando en el lugar correcto. Solo espero encontrarlo algún día.

La razón por la que seguir viviendo.

Mientras tanto volveré a casa que ya va siendo hora, debían ser alrededor de las once y seguramente Merle se este preguntando donde estoy a no ser que haya salido como casi todas las noches a emborracharse y quizá y solo quizá conseguir un buen polvo con alguna chica lo bastante borracha como para acostarse con él, aun así no quiero encontrármelos al entrar en casa así que será mejor que vuelva ya. Durante el camino a casa comenzó a llover, de una manera que parecía que el cielo lloraba y que no tenia intenciones de parar, así que apresure mi paso para llegar antes de que terminará cogiendo una hipotermia.

Me detuve sin importarme lo que había mencionado anteriormente, pues una silueta a varios metros de mi llamo mi atención, no sabia decir si era de una mujer o de un hombre ya que la lluvia me dificultaba la capacidad e observación, pero parecía que no se encontraba bien, pues estaba tirada en el suelo dejando que su cuerpo se empapara por las gotas que caían sin cesar. Me acerque sin ser consciente de cuando mis pasos comenzaron a dirigirse hacia la extraña silueta que había parecido como si hubiese caído del cielo y fue así cuando pude ver que se trataba de una chica que parecía que dormía, pero esa posibilidad la descarte porque nadie podría dormir en plena calle y menos con la que estaba cayendo. Me detuve a observarla mejor, era muy bonita, tenia el pelo rubio, la piel pálida y sus labios eran de un color rosado, también me fije en su aspecto, tenia un buen cuerpo a pesar de lo débil que parecía, debía haber pasado por algo para encontrarse en ese estado, lo que me hizo preguntarme como es que había acabado como una muñeca desechada en la calle.

Sin pensarlo dos veces, me quite la chaqueta y se la coloque por encima para tomarla entre mis brazos y así poder llevarme-la a casa, no sabia quien era, pero no iba a dejar que muriera allí sola, ya pensaría después que haría con ella, ahora lo único que quería era salvarla.

Y así con ella en mis brazos, corrí hacia mi casa para evitar que continuará sintiendo el frio de la noche en su delicada y suave piel que pude notar cuando la toque por primera vez.

_ Tranquila estarás bien... _murmure más por mi que por ella._

Al fin y al cabo, no sabia muy bien que hacer, solo esperaba que el destino que me la había puesto en mi camino, supiera bien lo que hacía, sin embargo algo me decía que aquello era el principio de algo, no se bien de que, pero sin duda iba a descubrirlo.

Cuando por fin conseguí llegar a mi casa, respire agotado por el esfuerzo y me detuve unos segundos a descansar, los cuales mis ojos involuntariamente viajaron a ella y allí se quedaron, observándola, hasta que regrese a la realidad y entre, cerrando la puerta tras de mi.

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