Capitulo 14 Lazos irrompibles

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Estaba preparándome para salir, me puse una gorra para ocultar mi melena rubia y utilizaría una gafas de sol para que nadie pudiera ver mis característicos ojos azules, de ese modo les resultaría muy difícil reconocerme y no podrían separarme de Daryl y de la vida que estaba construyendo con los Dixon.

No iba a negarlo, estaba emocionada y a la vez un poco preocupada de que me descubrieran, pero quería pasear de la mano de mi novio, sentir que se siente ser una persona normal por una vez y no tener que ir en limusina y con guardaespaldas todo el tiempo, que no te dejaban ni ir al baño sola.

Realmente no extrañaba aquella vida.

_ ¿Estas lista pequeña? _me pregunto desde la puerta mi angelito._

_ Si. _afirme emocionada, ¿como algo tan simple como salir a pasear podía hacerme tanta ilusión? Y la razón era porque cualquier cosa que hiciera con Daryl para mi era lo mejor del mundo._

Pero sabia que a mi chico no le hacia la misma ilusión que a mi llevarme a la ciudad, lo podía ver en esos ojos preocupados, pero no dejaría que nada estropeara mi oportunidad de tomar su mano y caminar a cualquier lugar que él me llevase, yo me encargaría de que mi angelito disfrutara tanto como yo lo haría. Me acerque a él y con mis brazos abrace su cuello, me puse de puntillas por la diferencia de altura y deje un beso en su frente que hizo desaparecer la tensión que tenia desde que le propuse acompañarle.

_ Tranquilo angelito, todo ira bien. _le susurre con la intención de que aquellas palabras fueran suficientes para liberarle de sus preocupaciones._ Nada me alejara de tu lado, te lo prometo.

Él me regalo una pequeña sonrisa y a mi me alivio ver que creía en mi palabras pero sobretodo que confiaba en mi como yo confiaba en él.

Nos despedimos de Merle y Daryl me quito la gorra que luego ato a su cinturón para ponerme el casco y que de ese modo estuviera protegida de cualquier posible caída, a través de la visera pude ver como me guiñaba un ojo y sonreía de lado mientras me miraba.

_ Te queda bien, aunque un poco grande. _dijo comprobando que estaba bien sujeto a mi cabeza._ Lo arreglare para que te queden bien.

_ ¿Tu no llevas? _le pregunte cuando vi que estaba por subirse a la moto sin casco._ 

_ No, solo tengo uno y quiero que lo lleves tu. _sonreí enternecida por su manera de cuidarme._ Bueno ¿vamos?

Me subí detrás de él y me agarre a su cintura cuando prendió la moto y arranco, no me contuve a abrazarlo más fuerte cuando sentí el viento acariciar mi piel por encima de la ropa que traía y como si fuera cosa de poesía mi risa retumbo en el aire como melodía que se lleva el viento.

Pero lo mejor fue escuchar su risa con la mía y eso ni Mario Benedetti seria capaz de escribir sobre lo efímero que fue aquel momento pero que tan eterno se quedo bajo mi piel.

[...]

Al llegar a la ciudad, me encontré como si no hubiese estado en años, las calles, los edificios e incluso las personas, todo me parecía distinto. Era raro pensar de aquella manera de la ciudad que me vio nacer, quizá la veia con otro ojos o era yo la que habia cambiado, pero me gustaba aquella sensación de descubrir incluso ya lo conocido.

De todos modos yo no quería seguir pensando, quería descubrir aquellas calles por las que una vez camine cuando era niña de la mano de mi madre, y en cuanto Daryl aparco la moto, me baje y olvidándome por completo que era una persona desparecida y buscada, me quite el casco y aprecie los enormes edificios y las calles con olor ayer.

_ Hey. _me detuvo Daryl antes de que pudiera dar una paso, desabrocho la gorra de su cinturón y me la puso, menos mal que le tenia a él para frenarme cuando iba demasiado acelerada._

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