Capítulo O18

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Desaparición|실종

Lalisa aquella noche llegó a terminar tan tarde la practica con sus amigos que prefirió llamar a Jimin para que fuera a recogerlos: y una vez que hubo parado en la entrada de la mansion, Lalisa le agradeció el aventón para asi adentrarse a la casa.

Esta se encontraba en completo silencio. Así que Lalisa totalmente feliz de que nadie la estuviera agobiado a esas horas se dirigió a la cocina. Jin tampoco se encontraba allí.

Extraño. Quizás se encontraban en su dia libre.

Lalisa dejando de lado sus pensamientos, abrió la heladera y saco una barrita de chocolate y un pote de yogurt de banana. La barrita la guardo en el bolsillo de su pantalón para comerlo más tarde, ya que si Jin la veía hurgando entre las cosas del de refrigerador, y aún peor, sacando comida, la mataria. Era oficial. El siempre se quejaba de que debía esperar a la hora adecuada para aquellas cosas y Lalisa tenía que aceptarlo por mucho que le pareciera injusto.

Sin embargo, todo aquello pasó a segundo plano cuando oyó un ruido a sus espaldas. Lalisa a pesar de saber que la mansion era muy segura se tensó de forma inevitable. Estaba sola y a oscuras en la cocina, definitivamente no le agradaba aquello.

Lalisa parpadeo repetidamente tratando de ver entre la oscuridad que la rodeaba. Pudo divisar una figura a unos pasos de ella y como respuesta apretó de forma inconsciente sus puños, clavando la carne de sus uñas en su piel.

—¿Jin?—murmuró Lalisa. La sombra solo era una silueta borrosa en la oscuridad y Lalisa por primera vez sintió puro terror recorrer su espina dorsal. La sombra no se movió oirla—¿Quien está ahi?

La persona comenzó a dar pasos lentos hasta ella, sin dejar de mirarla a los ojos que eran iluminados por la luna del ventanal. Lalisa no lo reconoció tan sólo con ese detalle, y al ir viendo que se trataba de una persona con un sobretodo negro y un pasamontañas en la cabeza, el ceño fruncido fue cambiado por una expresión llena de sorpresa y panico. Su corazón comenzó a bombear fuerte dentro de su caja toraxica, por un segundo sintió que la respiración se le había entrecortado. Lalisa comenzó a dar pasos silenciosos en reversa, temiendo lo peor.

Y de repente, la figura se abalanzó hacia ella provocando que su espalda diera de lleno en la pequeña mesa de mármol que había a un lado del refrigerador. Lalisa hizo una mueca de dolor por ello, pero rápidamente comenzó a gritar viendo que aquella persona era tres veces su cuerpo y que gracias a ello las patadas y los puñetazos que daba no estaban haciendo efecto. Nunca dijo palabra alguna, ni siquiera cuando Lalisa vio como ella sacaba una pequeña tela de su bolso y se la colocaba en la boca. La peliroja gruño e intento morder su mano, pero fue imposible.

Sólo fueron cuestion de segundos para que Lalisa comenzará a cerrar los ojos, haciéndola ver en inmediato todo negro.

[...]

Jungkook se encontraba en un hotel de Turquía intentando darse una ducha. Se sentía relajado puesto que la reunión que había tenido con un socio de allí había ido bien y habían llegado a un buen acuerdo. Al principio el hombre quiso que Jungkook invirtiera más dinero de la cuenta en el y en su proyecto pero desde luego eso al Magnate no le gustó para nada. A pesar de sus diferencias al menos el logro su objetivo y se veía satisfecho por ello.

La habitación en la que Jungkook se encontraba era grande. Un penhouse. Había un gran ventanal con una hermosa vista a un lago y los muebles y artefactos que lo adornaban eran de lo más modernos. Cualquiera que estuviera ahí se sentiría cómodo hasta estando solo, peroa Jungkook por primera vez, pudo admitir para si mismo que eso le molesto un poco.

Crossed lifes | LizkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora