Adiós, hermano.

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Después de mi graduación, la confianza de su mamá aumentaba en los dos así que le levantó el castigo, ya yo me había graduado, ahora tenía que esperar que llegaran las inscripciones en mi universidad, sin embargo, iba a aprovechar todos los días a su lado, ella dejó de ir a sus ensayos porque ya no le daba tiempo, pero yo la visitaba a diario.

Yo soy el más pequeño de mis hermanos, mi hermano mayor, era el más cercano a mí, ya que el otro estudiaba fuera de la ciudad, siempre estábamos juntos él y yo, yo solía trabajar de vez en cuando en su negocio, pero pronto se iría del país, solo estaba haciendo papeleos, pero faltaba poco para que llegara el día, así que me ponía bastante triste la situación, en este punto yo sabía que sí las inscripciones de mi universidad se atrasaban mucho, me harían viajar fuera del país con él, todo fuera por mi futuro.

Yo estaba bastante seguro de eso, pero no quería alarmar a Ana, así que solo le conté que él se iría, cuanto me dolía, que me haría falta, lo normal, me limité a decirle eso porque no quería ponerla triste o preocupada.

Pasaba todas las mañanas junto a mi hermano, ayudándolo a resolver sus cosas antes de irse, y en las tardes me iba a casa de Ana hasta la noche.

Mi hermano mayor había adoptado un pequeño cachorro de Golden Retriever hace unos meses para nosotros, para hacernos compañía durante los días que él trabajaba, pero mi papá "odiaba" los perros, no le agradaba la idea, aunque aprendió a tolerarlo, igualmente era sólo durante las tardes.

Duramos un tiempo decidiendo el nombre, investigamos en internet, en Instagram, en Facebook, mi hermano quería un nombre único que ningún otro Golden tuviera, durante una semana sólo le decíamos "bolita de pelos" por lo peludo, pero por fin conseguimos el nombre, lo llamamos "Hunter", se decidió entre toda la familia, y quedó así.

Él vivía lejos de casa con su esposa, pero cómo se iría pronto, se mudo con nosotros los últimos meses, para pasar más tiempo aquí, nos solíamos turnar para pasear a Hunter, aunque también íbamos juntos de vez en cuando, como es un perro bastante cariñoso, siempre la gente se le acercaba a acariciarlo y disfrutabas paseándolo.

A medida que se acercaban los días, intentaba hacerme el fuerte, y no pensar en eso, aunque sabía lo mucho que me iba a doler, tanto tiempo viendo como amigos de familiares pasaban por lo mismo a causa de la situación que azota al país, ahora era mi turno vivirlo en carne propia,

Después de tanto tiempo investigando, mi hermano se decidió por irse a Guayaquil, Ecuador, una ciudad bastante grande y concurrida, la capital financiera de aquel país, no estaría tan lejos relativamente, 2800km de distancia, 4 días de viaje en bus, 2 horas en avión, pero igual era imposible ir de vez en cuando, incluso conoció varios amigos por Facebook que lo ayudaron a conseguir un empleo y una residencia, lo principal.

Faltando una semana para su viaje las cosas cada vez se ponían más "tensas" por así decirlo, las cosas en el país empeoraban, el crimen aumentaba, los precios seguían subiendo, y el dinero cada vez alcanzaba menos, nunca sufrimos por esto ya que mi familia tenía muchas entradas financieras, pero eso fue lo que motivó a mi hermano a buscar un nuevo rumbo.

Llegó el día de su partida, yo no estaba preparado para esa despedida, pasamos toda la mañana juntos, toda la familia, contando anécdotas y demás, buscando la forma de no caer en un silencio de esos que te dan ganas de matarte.

Era la hora, llegó el taxi, no me lo creía, era hora de despedirme de él, quién sabe en cuanto tiempo lo vería, serían meses, años, no me salieron palabras, sólo pude decirle "cuídate" y darle un fuerte abrazo, mis padres y mi otro hermano se fueron con él, yo me quedaría cuidando a Hunter.

Minutos después de su partida, empezó a llover al igual que en una película triste, yo no hice más que quedarme sentado pensando en todo lo que estaba pasando, sabía que existía una ligera posibilidad de que ese fuera yo en unos meses.

Estuve unos minutos desconectado de todo, no quería hablar con nadie, ni siquiera con Ana, ella lo entendió y me dio todo el apoyo necesario.

Hunter igualmente se quedó en la puerta esperando que volvieran, a las horas volvieron, pero César no llegó, Hunter no sabía qué pasaba, iba por todos lados buscándolo.

Pasaron unos 4 días hasta que llegó a su destino, ya era cierto, era imposible verlo, abrazarlo, estaba miles de kilómetros de mí, y no podía hacer nada para cambiarlo.

Después de esto, mi odio hacia el gobierno venezolano aumentó radicalmente, había separado a mi familia, pero yo solo rezaba porque no me separara a mí también.

Así fue como llegué a uno de los días más tristes de mi vida, tener que decirle "adiós" a mi hermano, uno de muchos que lograron marcarme, desde ese 14 de octubre comencé a prepararme, preocupado, asustado porque llegara el día en que me tocara a mi despedirme.

Cuando se alinean las estrellasWhere stories live. Discover now