La ciudad del pecado.

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En el año 2017 se estimó una cantidad de 18 mil personas dedicadas al trabajo sexual en la frontera. 4 mil 500 trabajadoras sexuales están registradas en el Departamento de Control Sanitario de la Dirección Municipal de Salud, sin embargo se desconoce el número exacto de sexoservidoras, además que este número no incluye a menores de edad.

Alfredo Haunter (director municipal de salud) dijo que constantemente se realizan visitas a bares para regularizar las trabajadoras sexuales, teniendo como requisito contar con una tarjeta de salud al corriente para que los establecimientos no sean clausurados. ¿Entonces la trata de personas es algo que no se castiga?

Alfredo Haunter informó que al menos el 1% de las trabajadoras sexuales en Tijuana padecen una enfermedad de trasmisión sexual como gonorrea, sífilis y VIH, de acuerdo a las consultas que se hacen. La mayoría de estos padecimientos se puede curar si se lleva el tratamiento adecuado, además de señalar que la mujer que tiene el virus fue contagiada por su pareja y no en el sexoservicio.

La edad de las trabajadoras sexuales varia, habiendo menores de edad las cuales son obligadas a prostituirse, siendo el turismo sexual que incluye niñas y niños una actividad vigente la cual tiene como nacimiento desde la época en el que el centro de la ciudad se estaba formando. Los niños solo siguen órdenes, pues los tratos se realizan entre los adultos con un apretón de manos.

Son niños que fueron robados de sus familias o pequeños que vivían en las calles, pero también algunas madres son quienes los ofrecen al mejor postor. A través de correos electrónicos los pederastas se comunican alrededor del mundo ofreciendo niñas y niños para ser abusados sexualmente.

Mujeres haitianas que llegaron a Tijuana no tuvieron más opción que comenzar a trabajar como sexoservidoras ante la falta de empleo. La Organización Vanguardia de Mujeres Libres dice que al menos tres mujeres haitianas jóvenes han sido vistas en la Zona Norte ofreciendo sus servicios sexuales. Sin embargo, el no hablar español hace que se les dificulte unirse a organizaciones de sexoservidoras o acercarse a los centros de salud para obtener sus tarjetas de control sanitario, exponiéndose a enfermedades venéreas.

Tijuana: La ciudad del pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora