Capítulo 8

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CAPÍTULO 8


FLORENCIA, ITALIA


SARA


No quiero dejar a mi Cami sola, pero soy obligada por mis padres a asistir a esa estúpida gala de beneficencia "¡Te ves super ardiente!" dice Cami tomándome una foto, llevo un vestido plateado de busto tipo corsé sin tirantes y que cae largo hasta mis pies. El cabello suelto y los labios rojos "Esto le va a encantar a mi cuñadito" agita su teléfono y ruedo los ojos. Desde que estuvo en el hospital, Franco y ella se escriben seguido y él alimenta su ego y sus rebeldías.


Aunque la verdad es que Franco ha sido muy dulce al estar al pendiente de Cami y de mí, sabe lo que hace, sabe que ganándose a Cami suma muchos puntos conmigo. Mi teléfono suena y seguro Cami le ha mandado mi foto "Hola"


"¡Te ves jodidamente hermosa! Pareces sacada de una fantasía, totalmente espectacular" sonrío por sus palabras, Franco no pierde oportunidad para halagarme


"Gracias, cariño. Quisiera quedarme en casa cuidando a Cami pero ya sabes como es esto" Cami hace un corazón con sus manos y le lanzo un beso


"Estoy seguro mi cuñadita puede defenderse muy bien sola, quiero verte y te tengo una sorpresa"


"¿Una sorpresa?" con Franco nunca sé qué esperar y eso he de admitir que me resulta... Emocionante


Para alguien que ha seguido reglas toda su vida, tener a Franco es un soplo de maravillosas experiencias


"Si te digo no es sorpresa. Nos vemos pronto, amor. Mándame otra foto ¿Sí?" me encuentro sonriendo por sus ocurrencias y al terminar la llamada me tomo otra foto más cerca y se la mando. Ya es hora de irnos.


Al bajar veo a mi padre en su traje clásico y a mi madre en un llamativo vestido rojo, les encanta eso de tener atención y ser envidiados "Está preciosa, digna Bianchi" dice mi papá y sonrío. Después de Franco, ya nada se siente igual.


Salimos a la dichosa gala y cuando llegamos es todo un evento social, cámaras y flashes por doquier y por supuesto, todos queriendo atención. He vivido esto todo el tiempo, solo pongo mi sonrisa de fotos y ya, a Cami nunca la traen a estas cosas y a veces envidio su personalidad y el hecho que no la obliguen a esto, mis padres temen ella los deje mal parados con un escándalo, nada menos que perfecto para los Bianchi.


Al entrar nos reciben con champagne y por supuesto los respectivos halagos para mi padre y nuestra familia "Camilita no pudo venir, tiene un esguince, es mi chica de los deportes" dice mi papá con orgullo fingido y su comentario me afecta más que otras veces.


Nos guían a nuestra mesa y odio ver que la compartiremos con los Schiavone, los ojos de Mateo al verme se desorbitan y solo parece que soy un par de pechos sin rostro ¡Ugh! No soporto su mirada, por lo que tomo otra copa y me levanto para hacer mi tarea: socializar y dejar bien a mi padre.

Tuya Para Siempre (Libro #2. Serie Tuya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora