Capítulo 3: Decisión aberrante.

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En el momento en que sus labios se separon de los del mayor, quedó mecánicamente tieso, recibiendo distintos tipos de escalofríos por todas sus costillas hacia las caderas

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En el momento en que sus labios se separon de los del mayor, quedó mecánicamente tieso, recibiendo distintos tipos de escalofríos por todas sus costillas hacia las caderas.

Nunca se imaginó que Craig le devolviera el beso, y mucho más que eso, ya todo se estaba descontrolando un poco porque las cosas no estaban del todo claras y aquello podría perjudicar más las condiciones incomprensibles. Quizás se trataba de una broma o un concurso secreto en el cual estuviesen participando sin que ellos estén enterados de lo mismo; pero ya ninguna atmósfera se transcurría igual desde aquella noche y Tweek hasta pagaría para que la terrible tensión culminara lo antes posible.

Ese beso cargado de afinidad implantó varios interrogatorios ilógicos, originados únicamente en el pequeño omega. Seguramente la vida humana se transfiguró en un sueño embriagador, incrustando en ella pesadillas sutiles en las que cada individuo debería virvila sin ningún otro alternativo para su beneficio.

¿Podría ser real ese concepto estúpido? ¿Será verdad que la humanidad está en un profundo letargo?

El mundo nunca deja de sorprender con sus enigmas e incógnitas, cuyas parábolas se mantienen en la cúspide de la desgracia y del refocigo, en un mismo punto, generalizando diversas acciones a través de su naturaleza.Podría ser bastante complejo, tópicos monótonos y obstinados que jamás Tweek podría entender; pero sin embargo, lo único que entendía era que algo extravagante distorsionaba la realidad... Su vida, su entorno.

Sólo quiere que su relación con Craig no se torne lesivo y distante por un simple beso que se volvió a repetir deliberadamente.

—C-Craig, maldita sea —Tweek gruñó algo desesperado, recobrando sus cuerdas vocales y apretando con fuerza las manos del aludido—. ¿Por qué me besaste? —esa pregunta sonó algo rara, con una mezcla de congoja y frustración; inquietando súbitamente al omega.

Los papeles podrían cambiar en cualquier momento.

—La verdad que... La verdad que no entiendo nada —el rostro de Tweek reflejaba lo rojizo que se encontraba, experimentando decenas de emociones ilegibles y Craig empezó a darse cuenta al olerlo.

El azabache no quiso besarlo directamente, no quiso cometer esa errata acción, pero su alpha se encargó de adueñarse de su libre albedrío, tomando por una fracción de segundos el control de su cuerpo. Y maldita sea, sí que lo besó; también era culpa de su parte humana porque no se limitó el cien por ciento para impedir ese punzante deseo.

—Tweeky, eh... Tú... Debemos hablar, por favor —Craig balbuceó torpemente, sintiéndose desesperado por la forma en que se hallaba Tweek: confundido y atemorizado.

Tweek lamió la comisura de sus labios, como si estuviese humedeciéndolas con su propia saliva nuevamente, descartando el líquido alcalino compartido con Craig en el acto del beso casto de hace unos segundos. Suspiró hondo y se alejó un poco más del alpha, mirando con inseguridad sus perfectos orbes marinos.

Más que amigos |Creek| •Omegaverse •AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora