Capítulo 7: Darkness.

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Tontocraig era un maldito y hermosamente estúpido

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Tontocraig era un maldito y hermosamente estúpido.

Tweek ya había respondido la misma pregunta como unas cinco veces y ya ni sabía si ignorarlo por unos minutos o seguir diciéndole que no se preocupara de todos modos. Porque... mierda, el rubio no podía concentrarse muy bien en el sartén y con el olor de alpha nervioso penetrándose en sus fosas nasales tan cerca no ayudaba para nada en la preparación.

Evidentemente Tweek estaba haciendo huevos fritos, quizá lo acompañarían con arroz o tocinos, porque ninguno tenía idea de con qué más lo comerían. Sin embargo, el omega quería concentrarse del todo y con el pelo azabache a su lado interrogando constantemente si podía ayudar en algo, lo estresaba y lo ponía nervioso, la cuestión era que quería que Craig se alejara hasta que terminara.

—Uh... Puerco, te dije que puedo hacer esta porquería yo solo —recitó el omega, tratando de darle la media vuelta al huevo que se freía en el recipiente metálico. De verdad tenía un poco de miedo en que el aceite caliente le salpicara encima, pero ya era lo bastante grande como para saber manejar aquello, ¿verdad? Tweek no era un niño.

—Yo, eh... bueno —divagó solamente por tres segundos el mayor—. Sólo ten cuidado, ¿sí? O sino, si quieres podemos llamar a la Pizzería que queda a la vuelta de la esquina y...

—No, está bien tonto, estoy cansado de comer esa cosa todos los días —hizo una mueca extraña en el intento de sacar el huevo frito y ponerlo en el plato a su derecha, hasta conseguirlo—. Además, ¿no te das cuenta de que está lloviendo y que probablemente le caiga un rayo al delivery en el intento de traer el pedido o algo raro ahí fuera?

Porque... claro, estaba lloviendo como puta madre y hace unos minutos Wendy tuvo que volver a llamar a los chicos para hacerles recordar que cerraran todas las ventanas de cristales y se cuidaran lo mejor que pudieran. O sea, no era el fin del mundo y la cosa; era simplemente una tormenta con ráfagas de vientos que fustigaban los tejados y varios estremecedores truenos y rayos que se escuchaban salvajemente...

—Sí... tienes razón bebé —balbuceó el alpha, concentrándose más bien en observar meticulosamente el trabajo del rubio. No quería que se quemara o que explotara la cocina por accidente debido a que Tweek no está acostumbrado a preparar su propia comida. Mayormente es Wendy que se encarga de la rama culinaria en el hogar, o eventualmente compran comida para tener que evitar hacer un lío en la estufa.

Deambuló como tres segundos antes de hablar:

—Craig... No es como si no quisiera que tú me ayudaras o algo, pero... Uh... Puedo hacerlo por mi propia cuenta —y era cierto, su malditos instintos de omega son una porquería y seguramente tomarían el control y hacer cualquier cosa si el alpha sigue tan cerca expulsando ese patético olor.

—Okey, pues...

—Pero... ¿qué tal si haces un jugo de limón o de naranja? —el omega no podía estar más intranquilo, debía de alejar un poco al mayor porque su lobo ya se estaba descontrolando y presionando con agudeza su estómago.

Más que amigos |Creek| •Omegaverse •AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora