IV

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—Reina Moon, lamentamos decirle que su hija a fallecido en el parto—fue lo que escuchó del enfermero. Sus lágrimas no tardaron en salir.

—No —negó rotundamente al sentir a su hija fría, sin vida, sin latido alguno.
...

Ella morirá, solo cuando termine de darse la luna de sangre.

...

—Ya sabes la verdad —se escuchó una voz susurrarse en la nada.

...

Abrió los ojos.

Su cuerpo se encontraba sudado y se levantó sobresaltada. Su corazón latía como una locomotora y la angustia se le subía al pecho. Caminó hasta su espejo, estaba hecha un desastre. Su pelo despeinado y la cara mojada. Se lavó con abundante agua y miró sus mejillas.

Ella había muerto en su nacimiento.

—Estaba muerta. —repitió anonadada. No podía creerlo.

¿Por qué no se lo dijeron? ¿Por qué su madre no se lo dijo? ¿Por qué está viva entonces?

Un ataque de ira se apropió de ella, se tiró de los pelos pero sin fuerzas. Sentía cómo su sangre hervía, como latían sus puños por la presión que ejercía y sin tener el control ella empezó a tirar todo lo que estaba a su paso. Se escuchaban las decoraciones cayendo al suelo y algunos quebrándose por el impacto.

Estaba furiosa.

Parecía exagerado, pero al saber la verdad de esa forma la atormentaba.
Las lágrimas se desbordaron, hiperventilaba por lo que había pasado. Lo que había soñado.

Retrocedió unos cuantos pasos y se sentó en el piso a un lado de la cama. Abrazó sus rodillas como una niña pequeña y comenzó a llorar más. Aún estaba espantada por lo que había soñado.

Escuchó pasos acelerándose hasta su habitación, la puerta al abrirse causó un estruendo por como la habían abierto. Unas siluetas negras se hallaban en el umbral y los reconoció en un instante. Moon y River tenían un semblante preocupado, al ver a su hija en el piso ellos corrieron a abrazarla y darle montones de preguntas sobre lo que le había pasado.

—Hija ¿Estás bien? ¿Te pasó algo?

Su madre le acariciaba la cabeza para tranquilizarla mientras su padre la abrazaba preocupado.

—¿Acaso fue esa bestia? —adoptó un tono molesto y amenazante—Ahora verá esa malvada —Star lo detuvo al ver que salía dando zancadas hacia la salida.

—No, no, claro que no. Solo tuve un mal sueño —habló sin preocupación y mostrando su mejor sonrisa pero no tenía buen aspecto. —Pero quiero hablar con mamá un minuto.

Su padre aceptó a gusto y sin preocupaciones.

—Tengo que hablar contigo, mamá —la miró apenas se había marchado su padre. Ella quedó rígida por cómo la miraba, su mirada se ponía oscura —Mamá ¿Mis marcas son de nacimiento? —se le salió de los labios sin tener nada planeado para decirle a su madre. Fue lo primero que preguntó. Su cara se puso lívida, quedo blanca como el papel.

—Pues claro que son de nacimiento —argumentó, tratando de disimular su confianza ante ella, pero resultó en vano, pues se suponía que Star debía saber la verdad. Al ver que no pareció convencerla suspiró con lamento y se sentó al lado de ella —No, no lo son.

—Habla —comentó con apuro. Lo cual su madre se asustó.

—Tú habías muerto en el parto —Star abrió los ojos para disimular su asombro. Aún así se quedó perpleja al saber que todo lo que había soñado había pasado y empezaba a asustarle—Entonces un día antes de tu encierro, una bruja de pelo verde y ojos morados con gran sombrero me ofreció un trato: revivirte pero con un límite a tu vida. —se presentó un nudo en su garganta. Una bruja. Una bruja hizo un trato con ella. Había más seres mágicos aparte de Marco—Vivirás solo hasta los catorce —Star se quedó callada para no llorar. Moriría tan joven —Y acepté porque al menos me gustaría convivir mi primera hija. A cambio si le decía a tu padre o a alguien ella te mataría, por ser exponer la existencia de los seres mágicos que habitan en esta tierra. Tú tienes derecho a saber la verdad porque ya... —exhaló y colocó una mano a su boca para evitar el llanto y cerró los ojos para evitar que las lágrimas cayeran —Me dijo que morirías después de que la luna de sangre haya terminado. Lo gracioso es que no sabemos cuándo se daría la luna de sangre y por eso me la pasé todo el rato contigo a pesar de lo ocupada que estaba. Esas marcas son parte del trato que hice con esa bruja—rompió en llanto. Detestaba la idea de saber que su hija se iría en cualquier momento, la quería unos años más.

—¿Pero porqué solo hasta los catorce?

Se preguntó a sí misma.

No podía creer que todo esto le estuviese pasando, estaba congelada. No podía hablar. Su madre no logró escuchar. Ver a su madre llorar la estaba quebrando y lloró junto a ella abrazándola con todas sus fuerzas.

Le quedaba nada para morir.

...

La luna llena estaba en lo mas alto del cielo nocturno.

Star despertó de un sobresalto en la cama. No recordó en qué momento se había quedado dormida todo se tornó confuso a su alrededor.

Vio abrirse la puerta dejando entran a una silueta negra pero sus ojos eran llameantes. No apartaron la vista en ningún momento, reconoció a Marco después de haberse quedado pensando en la nada por lo que había pasado con anterioridad.

 —Star, creo que es momento de hablar —levantó una ceja confusa ante su comentario ¿Hablar sobre qué? —No quiero asustarte y quiero que escuches atentamente a lo que quiero decirte porque será la última vez que lo diré.

***

Wowowowow... Okno.

¿Que tal, amigos? ¿Todo bien? Espero que sí ;3 

Vamo' por lo bueno xd

Espero que les esté gustando la historia c:

Los quiero un montón. Besos 💕

Darkness  • Starco • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora