Cartas Al Oráculo

Parte 3

Valkyon estaba conmovido y no necesariamente de forma melancólica, estaba consternado, turbado y por primera vez en un tiempo, su estoico rostro reflejaba una mueca de sorpresa.

Había leído la carta.

El pequeño mensaje tenía como título "Te amo" sinceramente eso le sonaba a Ykhar en todos los sentidos pero fue cuando empezó la lectura cuando noto la diferencia abismal.

<< Te amo.

Pienso que eres alguien realmente fuerte e inteligente en todos los sentidos, creo que la palabra "héroe" te identifica en mis pensamientos, me haces admirarte a ti y a tus hazañas diariamente, en un inicio llamaste mi atención por todo ese heroísmo que rebosabas, completamente desinteresado, impreso y firmado con tu nombre.

Empezó como un sentimiento de admiración y agradecimiento a tu lado me siento insignificante, pequeña y acongojada, precisamente eso es lo que me hace querer ser más fuerte y útil, eres mi inspiración.

Es difícil no darse cuenta cuando te miro como lo hago, la forma como siempre vez por todos dejando tus propios intereses a un lado, cargas con los miedos y temores de los demás como si te correspondieran y vives tratando de atenuarlo a tu muy ruda forma, siempre estás ahí para brindarnos seguridad y un hombro ancho y fuerte sobre el cual recostarnos, cargas con un peso más grande que el tuyo... y eso es de admirar.

Ahora que sabes lo que significas para mi quiero decirte mi propuesta.

¡Déjame ser alguien con quien puedas compartir ese peso! Estar junto a ti me hace fuerte y aunque mis hombros no sean anchos y mis manos débiles, prometo ser útil para ti y no una carga.

Quiero escucharte, aprender a tener la capacidad de mermar tus preocupaciones, ser la persona que esperas ver al llegar a la guardia, que te sientas seguro cuando sea yo quien te proteja, sobre todo cuando estés lejos, sepas que alguien está en casa pensando en ti y no tengas ningún motivo más fuerte para quedarte en batalla, porque sé que lo harías, porque te conozco y quiero ser la parte egoísta que te dice "Te amo" y te obliga a quedarte.

Piénsalo, piensa en mí propuesta, no creas que no he hecho nada, odiaría apartarme de tu lado cuando estés herido, creo que la profesión que he elegido desempeñar en el cuartel general me ayuda para cumplir tal cometido, no me quedare sentada, no te seré inútil aunque sea débil, he pasado estudiando medicina desde que llegue aquí por ello, te veré con amor mientras pasas tragos amargos y coceré tus nuevas heridas con las manos temblorosas, lacrimosa y asustada pero lo haré cada que sea necesario.

El oráculo ha dado su bendición y Eros ha transcrito mis verdaderos sentimientos para que tú los leas. >>

Y ahí estaba... estático, leía la carta una y otra y otra vez nunca había escuchado algo igual, menos hacia una persona como él.

No, no le estaban demandando amor, pidiendo pasar tiempo juntos ni cualquier otro capricho que por lo general siempre venía en esas cartas, al contrario la autora estaba ofreciendo todo de ella, se estaba amoldando a sus necesidades para poder llegar a él, hasta hace unos minutos reconocía que nunca en su vida pensó encontrar a una mujer capaz de hacer tal y que no lo considerará "machista" pero no era machista se trataba de trabajo de pareja porque aceptar lo que ofrecía también significaba aventurarse a aprender de ella, amarla y acoplarse a lo que necesitaba y justo en ese momento el sentía que describía cada cosa que, sin saber, el precisaba...