II MENTIROSOS

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Un día en clase de biología el profesor salió a buscar algunos materiales para la clase. Ese momento era el que más le gustaba a Henry. La persona que más le gustaba molestarnos. Cuando el profesor salió por la puerta fue un llamado para Henry, esa era la oportunidad. Se levantó de su asiento y me propinó un golpe en la cabeza. Yo no hice nada, no le presté atención e hice como si eso no me importara. Eso fue lo que más le molesto, entonces, me tiró al suelo y empezó a golpearme. Mientras me golpeaba, decía:

-¿¡Qué animal soy!?

-No tienes el rasgo de ningún animal. Era lo único que podía decir mientras tenía las manos en el estómago.

-Creo que tú eres el único animal.

-¿Tu novio no te va a defender? ¿Están muy tristes por la partida de García?

-Liam, no vengas –Dije mientras intentaba contener a Henry.

-Que lindos, se defienden mutuamente.

-Creo que si tienes un rasgo, te comportas como una bestia. –Dije mientras tenía los ojos empapados de lágrimas.

Eso fue lo que más lo molesto. No recuerdo más porque cuando desperté estaba en una camilla de la enfermería. El rector Connor llegó con una mirada que parecía que quería matarme. Él era alguien que me causaba mucho miedo, tenía un cuerno de toro y dos patas de caballo, siempre que se enojaba de sus ojos salía fuego.

-Quién diría que tú amigo era tan salvaje –Dijo entre risas.

-¿Qué pasó con Liam? –Exclamé.

-El estudiante Smith ha sido expulsado de la institución por su mala conducta.

-¿Mala conducta?

-Sí, mala conducta. Te tiró al suelo para darte una golpiza, tus compañeros dicen que fue porque él pensaba que el estudiante García se fue por tu culpa.

-Eso no fue lo que sucedió –Dije entre lágrimas, estaba muy frustrado.

-Además, cuando estabas en el suelo Henry intentó socorrerte, el salvaje rompió una ventana y lo agredió con un pedazo de vidrio, suerte que no fue tan grave, solo le alcanzó a hacer un rasguño en el brazo, suerte que los compañeros lo contuvieron.

-Imposible, Liam es mi amigo, nunca haría eso.

-Puede que lo digas para defenderlo, pero no puedo contradecir el testimonio de la mayoría de estudiantes.

No dije nada más al respecto y me puse a llorar, sus ojos ya empezaban a prenderse fuego. Dejé que se fuera.

En la habitación de al lado se encontraba Henry, no podía contenerme, tenía que hablar con él, fui a su habitación.

-Henry, sabes que todo empezó por tu culpa, no sé qué te hizo Liam, pero te lo merecías.

-Déjame en paz, no me molestes.

-Eres alguien muy mentiroso.

¿Qué te importa? Te dije que no me molestes –Me pegó una cachetada.

-Algún día tendrás que aprender a dejar de ser tan idiota.

El VidenteWhere stories live. Discover now