"Just two kids, You and I..."

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"Después de todo éste tiempo... Tú y yo. 

Yo tendré 87 y tú tendrás 89; 

y todavía te miraré como las estrellas que brillan en el cielo." - Mary's song.


Sus manos se cierran alrededor de la cintura de Jungkook, jalando más cerca de su cuerpo.

Ansioso de sentir su calor, de consumirse en el fuego que nacía desde sus entrañas y lo hacía necesitar cada vez más de aquel cuerpo estilizado, pero varonil; de la piel que se frotaba contra la suya y de los labios que en ese momento parecían atraparlo en una trampa mortal. Una de la que Taehyung estaba seguro que no deseaba escapar.

.- Ah... - sus labios se separan para que Jungkook pueda gemir bajito, sólo para él.

Taehyung se traga la risa de felicidad que le atraviesa el pecho, dedicándose a dejar un reguero de besos por la piel suave de Jungkook, bajando por su mandíbula hacia su blanco cuello mientras sentía el cuerpo del menor retorcerse sobre el suyo, sus firmes muslos apresan su cuerpo mientras comienza a mecerse lentamente, incitándolo.

.- H-hyung...

.- Calla, bebé – susurra sobre la curvatura de su cuello, una de sus manos bajando desde su cintura hacia el trasero del menor, acariciándolo superficialmente sobre la tela de su pantalón de deporte – No queremos que nadie nos escuche, ¿verdad?

.- No hay nadie en casa, hyung – le responde mientras cierra los ojos, dejando que el placer lo nuble poco a poco – Nam... Nam fue con Yoongi y Hobi. E-estamos solos, Tae...

Taehyung se relame los labios, sus ojos no hacen más que viajar por las constelaciones de lunares que alcanza a vislumbrar en la piel pálida del chico sobre él, la camiseta apenas y le deja verlos por completo, pero ya se los sabe de memoria, tan bien que puede recorrerlos con la punta de sus dedos con los ojos cerrados.

Jungkook es un mapa de constelaciones... de deseo, de cariño y de profundo amor.

Aunque eso último nunca se lo ha dicho.

.- P-pero pueden llegar en... c-cualquier momento – susurra sobre su piel, sintiéndolo temblar de gozo – Y no queremos que nos descubran, ¿cierto?

Jungkook no responde de inmediato, más concentrado en jalar de su cabello mientras le indica que siga besando su cuello y guarde silencio, suaves jadeos escapándose de sus labios a medida que el movimiento de sus caderas se hace más rápido y acentuado. Un gruñido brota de los labios del mayor, provocándole un placentero temblor al sentir su caliente respiración contra la piel sensible de su cuello.

.- Kookie, d-detente – la mano de Taehyung se cierra como una tenaza sobre la piel de su cintura, la camiseta de deporte estorbándole demasiado a ambos ya a esas alturas – P-para o no me haré responsable...

Jungkook se muerde el labio, consumido en el deseo: .- Entonces no lo hagas, h-hyung...

.- Sabes q...

El menor hace que se trague sus palabras al tomarlo en un beso hambriento, tan hambriento como lo permiten sus hormonas de 17 años. La mano de Taehyung que permanecía sobre su trasero se cuela entonces por debajo de la tela suelta de su pantalón deportivo, ese que a Jungkook le encanta ponerse tan sólo para ganarse la atención del mayor sobre él cada vez que se topan en las canchas de entrenamiento del instituto.

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