Rompecabezas.

Prólogo.-

"Vivo a través de fotografías como si estuviera bien a tu lado, 

pero tú estarás bien sin mí  y yo podría  darle un poco de tiempo. 

Estaré bien." - Paper hearts.

Jungkook permaneció ahí de pie mientras los anuncios iban y venían en el amplio espacio de la sala de espera, sus ojos no se despegaron de la enorme pantalla donde los vuelos y los lugares de donde procedían iban apareciendo a medida que los aviones aterrizaban en el aeropuerto de Incheon. Jimin miraba impaciente el reloj mientras Yoongi se quejaba de que lo hacían esperar cuando podía estar durmiendo o comiendo, Hoseok en cambio sólo jugaba con su celular en completo silencio.

Todos estaban ahí, esperando por ver emerger en la pantalla el número de vuelo.

Habían viajado la hora y media desde la ciudad hasta el aeropuerto con un silencio tenso reinando en el automóvil de Yoongi, todas las preguntas no dichas y las frases que morían en sus gargantas parecían pesar más que nunca, más que cualquier día en la que todos ellos le miraban como si Jungkook fuese un enfermo terminal con pocos días de vida.

Y a lo mejor lo era. Jungkook había comenzado a pensar que lo era, que más que días, lo que le quedaba de vida eran minutos.

Los minutos que seguían transcurriendo sin que el vuelo fuese anunciado eran lo poco que le quedaba de paz, lo sabía y lo sabían sus amigos que fingían estar ansioso por la llegada del vuelo y no por él, por la reacción que tendría una vez las puertas del desembarco fuesen abiertas y la absoluta realidad le golpeara en toda la nariz.

Sin embargo, Jungkook no dejaría que ninguno de ellos viera algo más allá que su rostro inexpresivo, se había cansado de las miradas preocupadas y lastimeras que todos le dirigían, se había hartado de su propia mirada de pena en el espejo cada mañana desde los últimos tiempos. No necesitaba ni quería nada de eso en su vida e iba a demostrárselos.

Así que controló todo su cuerpo para que no rebotara cuando el anuncio retumbó en sus oídos.

"Vuelo 2765 de Korean Air desde Lion, Francia. Puerta de desembarco no. 3"; Jimin se enderezó de golpe y le miro discretamente mientras Yoongi dejaba su queja a mitad de camino, tomando aire antes de soltar un suspiro por algún cansancio sólo conocido por él. Fue Hoseok el primero en caminar en dirección hacia la salida anunciada, todavía en silencio.

.- Kook – la mano de Jimin le tomó por el antebrazo, deteniéndole antes de que pudiese comenzar a seguir a Hoseok, el rostro de quien era mayor que él estaba contraído en una mueca descompuesta – No tienes que estar aquí, puedes... puedo llevarte de regreso a casa ya mismo.

Jungkook sacudió la cabeza, dándole una sonrisa tranquila: .- Viniste a recoger a tu mejor amigo, ¿por qué te irías sin hacerlo?

.- Porque tú también eres mi mejor amigo...

La respuesta le golpeó por la sinceridad que Jimin le mostraba. Nunca se había considerado de esa manera para el mayor, incluso con todo lo que habían pasado en los últimos años y la verdad era que, aunque la frase le hizo sentir feliz, tampoco soportaba la mirada de compasión en el rostro del mayor entre los dos.

No, Jungkook no dejaría ver nada más que una sonrisa esa mañana fría de inicio de otoño.

.- Entonces vamos, Jimin – le animó con una sonrisa aún más grande – No tardarán en comenzar a salir.

Y, como si sus palabras fueran premonitorias, la puerta de la salida de desembarco se abrió dando paso a una larga fila de personas con equipajes de todos los tamaños que buscaban entre todas las personas que rodeaban la salida a sus seres queridos o choferes designados. Hoseok y Yoongi ya estaba entre la multitud, pero en vez de mirar a los pasajeros, les miraban a ellos dos.