Capítulo 7: Pure as snow

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Lee's Pov 


Mis manos no podían despegarse de su cuerpo y mis labios no tenían intención en dejar de devorar su boca, Isabella se frotaba contra mi con demasiada habilidad, su cabello corto se pegaba a su cuello por todas esas gotas de sudor que le estaba haciendo expulsar de su sistema. La tienes en la palma de tu mano Lee

Sus manos se aferraron a mi cabello y continuó con este juego de besos desenfrenados, la tomé en mis brazos de nuevo llevando su cuerpo de la cama a mi pared, algo se escuchó estrellándose en el piso, seguí mis movimientos sobre Isabella. Sonidos sensuales salían de aquella ya hinchada boca, llenando la habitación de suspiros y jadeos.

La bajé con cuidado al suelo y la miré. Sus dorados ojos ardían en nada más que llamas, juré que podía sentir aquella necesidad de ella hacerse cada vez más grande. 

Si hubieses sido otra aquella noche, si no la hubiese conocido a ella, si no te odiara tanto, tal vez, sólo tal vez podría ser tuyo y tu mía

Me dejé de juegos y arranqué el vestido de aquel cuerpo, comencé un camino de mordiscos desde su abdomen hasta sus pechos. Sus dedos se apretaron alrededor de mi cuello y sus gemidos subieron de tono. 

"Ten cuidado" hubo al menos cinco segundos de silencio, no sabía que quería decir con eso "Por favor" titubeó. No esta noche pequeña

Me quité la camisa de encima en menos de un segundo, ella desabotonó mis vaqueros con agilidad hasta que cayeron fuera de mis pies... 

Mis manos fueron a sus panties y las quité con brusquedad... Mis dientes arrancaron su sostén con no menos piedad que lo anterior. Ella lucía gloriosa. Aquel animal que se apoderaba de mi esa noche titubeó en su único objetivo y se permitió un pensamiento vago, ella, no sufriendo por mi causa. Su voz me devolvió a la realidad de la situación, ella, hace un par de años, dejándome sin nada. Gruñí y me hundí en ella sintiendo un pequeño pliegue como obstáculo, no me importó y continué hasta que me tuviese muy dentro de su cuerpo

"Lee trata de ser..." Un fuerte grito de dolor inundó mis oídos en cuanto la penetre así, sin más, sin palabras de amor, sin caricias tiernas o suaves. La estaba haciendo mía. "No" dijo tratando de poner sus pequeñas manos sobre lo que eran mis hombros, evitaba que la embistiera "Espera" 

"Shhh" Entonces me di cuenta de lo bestia que había sido en ese momento. Ella era virgen, mierda Lee, mil veces mierda, tú no eres así, no soy un hombre malo...

Pegué mi frente con la suya, sus mejillas ardían en un rosa intenso que no le había conocido, pude apreciar con claridad sus ojos lidiando con aquel temor interno. La embestí con toda la suavidad posible, me fue imposible no soltar un suspiro de puro y mero placer. Mis brazos fueron a los costados de su cabeza para poder sostener mi propio peso. Su mirada no se iba de la mía. La había lastimado, estaba claro. 

Llevé una de mis manos y tomé la suya, la besé como consuelo después la puse sobre mi pecho muy cerca de mi corazón. Ella miró el lugar y luego devolvió sus dorados ojos a los míos... me fundí en su mirada por un momento y como si hubiese pedido permiso de moverme dentro de ella, asintió mordisqueando su labio inferior. La embestí y de nuevo me sentí fuera de control, era tan estrecha, tan hermosa, tan buena para mí... la envolví en mis brazos como si de un diamante se tratase, besé su frente y comencé aquel placentero vaivén en su interior. Se aferró a mi espalda como si de ello dependiese su frágil vida. 

Esa noche, correspondí a cada una de sus caricias, a cada uno de sus profundos besos, a sus jadeos que pedían más de mi... creí que tenía la situación en mis manos pero no me había dado cuenta que esa noche ella me estaba haciendo suyo.  


...



Eran alrededor de las cuatro de la mañana, ella había caído rendida sobre mi cuerpo hace más o menos veinte minutos. En los cuales me estaba dedicando a venerar cada poro de su piel, un rizo de su corto cabello me impidió la vista de aquellas tiernas pecas que estaban esparcidas sobre su nariz y en un lado de su boca. Lo puse detrás de su oreja con cuidado de no despertarla. Solté un suspiro. Estaba asqueado conmigo mismo por haberle hecho pasar aquel mal rato. ¿No era ya suficiente haber sufrido tanto todo este tiempo? como para ahora quitar su virtud como una bestia enloquecida. La apreté en un suave abrazo... Estaba fría. Con una mano nos cubrí con sábanas y cobijas y pasó un buen rato para que ella comenzara a calentarse. 

Se acomodó encima de mi y arrullé sus sueños, sus manos subieron hasta mi pecho y las dejó ahí. Me di cuenta de una fina línea blancuzca, una cicatriz, estaba en la parte superior de sus venas de su muñeca y a un lado habían números tatuados, aquello hizo temblar mi corazón en dolor, conocía esa fecha... Dejé de respirar varios segundos. ¿Ella había tratado de quitarse la vida? fue en lo único que pude pensar dejando fuera mi dolor, me puse a meditar sobre el suyo.

¿Qué has hecho Lee? Me arrepentí de todos mis pensamientos y malos deseos en cuanto la vi caer dormida en mis brazos.  

Inconscientemente la apreté más cerca de mi. No le volvería a hacer daño de esta manera ni de ninguna otra, por lo que restara de mi vida. No había sido justo, no con ella...

Una paz inundó mi pecho en cuanto de sus labios, entre sueños, susurró mi nombre. Me sentí aliviado, me sentí ¿feliz?.

Our Heaven [ EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora