Capítulo diecisiete

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De lejos miraba como mi amiga comenzaba a ser enterrada y al rededor del ataúd de mi Cam estaba toda su familia, amigos, conocidos y algunos alumnos de ella con sus respectivos padres, Cam era profesora de Historia en una cara y privada escuela inglesa cerca de casa. Recuerdo lo mucho que le gustaba hornear cualquier tontería que fuese dulce para sus alumnos.

El viento azotaba mi cara con la leve brisna que traía consigo, mis dedos se engrulleron en el duro tronco de aquel árbol en que me encontraba detrás, muy lejos, pero presente en el funeral de mi amiga.

Mi teléfono llevaba ya demasiado rato vibrando dentro del bosillo de mi gruesa chaqueta. Hoy no quería a nadie, hoy era solo de Cam...

El sacerdote dijo unas últimas palabras para tratar de amortiguar el dolor de su pérdida a los familiares alrededor pero ni eso callaba un poco el llanto de la madre de Cam ni suavizaba el rostro de su padre. Me estiré los cabellos en desesperación, todo de mi quería gritar perdón a su familia. Mi hermano desbordó en llanto cuando le fue avisado aquel penoso suceso en mi apartamento... y ahí estaba él siendo fuerte y representandome de alguna manera en el funeral de Cam. Yo sabía que entre él y Cam existía algo... pero no pensé que rompería tanto a Alex, creí que era un amorío cualquiera y resultó ser 'la mujer de su vida'... eso terminó por explotar un poco más el dolor de haberla perdido así.

Tenía un nudo en la garganta... todo esto me estaba resultando difícil y cuando el forense declaró que Cam había muerto antes de que el incendio comenzara mi estómago quiso devolver todo. Aquí había algo muy sucio... que ya estaba siendo investigado.

Había un tercero y estaba demostrado.

Tom se angustió tanto que me propuso mudarme con él.  Algo que rechacé de inmediato, no era necesario... tomé prestada una almohada de su cama, unas playeras suyas para dormir e hice en mi estudio un rincón para dormir. El dulce inglés enloqueció totalmente y estaba segura que era el culpable de que mi celular no dejara de vibrar desde hacía ya un par de horas.

Ya habían pasado casi dos días desde que lo vi y bueno eso no ayudaba mucho.

Dejé ir mis lágrimas cuando vi como su madre arrojaba una rosa blanca sobre su ataúd y comenzaron a bajarla...

- Adiós Cam, te veré pronto

Una gran necesidad de correr a su ataúd y abrazarlo abordó mi cuerpo. Sabía que serían más problemas y ella tan sólo necesitaba paz ahora, lo pensé y no lo hice... incluso me alejé unos pasos hasta terminar recargada en otro árbol.

Me sentí fatigada y caminé lejos de ahí cuando me aseguré que Cameron había sido despedida por todos sus seres amados. Tomé aquel triste sendero del panteón y dejé que mis pies me llevaran lejos de aquel lugar. Estaba agotada, no había logrado dormir más que unas cinco o seis horas como mucho estos últimos dos días, sabía que eso no estaba bien así que tomé un taxi y fui a ver a Rupert.

Desde aquí londres lucía gris pero maravillosa.

El taxi abordó en la entrada del gran hospital central de londres, medité un poco el salir fuera del auto...

-No quiero ser grosero señorita pero lo mejor sería que saliera de mi taxi y consiga un poco de ayuda... ya.

Sonreí al hombre de dulce sonrisa y ojos negros pequeños.

-Luce terrible

Me arrancó una carcajada y bajé del taxi.

-Gracias, creo que necesitaba escuchar eso

-Ugh, no me mal entienda usted es muy bonita pero su aspecto en serio es preocupante

De nuevo me reí, el señor parecía pasar de los cuarenta, moreno y muy robusto. Comenzó a buscar algo en la guantera del automóvil

Our Heaven [ EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora