Hoy era el día, ese que tanto había estado esperando, por fin cumpliría el sueño de casarse con la persona que más amaba en este mundo, se había levantado esa mañana con una sonrisa radiante, hermosa, nada podría quitársela hoy o eso era lo que quería creer, tenía una extraña sensación que ignoro completamente.
Se vistió con un traje completamente blanco, inclusive los zapatos que ocuparía está tarde lo eran.
-¿Estás listo? –Le preguntó Alex con una sonrisa triste, él había perdido hace más de un año a la persona que más amaba.
-Sí, aunque estoy algo nervioso –Menciono Guillermo mientras subía la auto que lo llevaría hasta la iglesia.
-Tranquilo, todo será perfecto –
-Eso espero –
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Llevaba más de una hora esperando al que sería su esposo, los invitados estaban confusos ante el retraso de uno de los novios, Guillermo ya se encontraba totalmente nervioso y Alex intentaba tranquilizarlo.
-Tranquilo, de seguro es el tráfico –Dijo intentando en vano tranquilizar a su mejor amigo mientras con su mano derecha tocaba su hombro.
-Sí, de seguro eso es –Dijo Guillermo con una sonrisa triste, no sabía por qué pero tenía un extraño sentimiento desde que entro a la iglesia.
Ya habían pasado dos horas y ellos seguían esperando a la persona faltante, Guillermo pensaba que lo había abandonado en el altar, pero la realidad era otra.
De un momento a otro se abren las puertas y se ve entrar a una llorosa chica, invitada por los padres de la única persona que faltaba en ese lugar.
Guillermo se acercó rápidamente a ella, esperando tener noticias de su amado.
-Guillermo… Samuel… Samuel murió en un accidente de trafico de camino a la iglesia –En ese momento la chica rompe a llorar desconsoladamente y Guillermo se había quedado en shock ante tal confesión, no podía creerlo, Samuel, él no…
Guillermo no lo podía creer, su amado, su persona especial, ya no estaba, no volvería.
Salió corriendo de la iglesia, escuchaba los gritos, los llantos, y entre ellos su nombre, corrió, corrió desesperado hacia ningún lugar, no podía con todo esto, le faltaba el aire, no podía respirar, él no se merecía esto.
Llego a un gran parque muy conocido para él, Samuel solía llevarlo a pasar las tardes de los domingos.
Sus sueños se habían derrumbado, su futuro con Samuel ya no estaba, sólo quedaba dolor y oscuridad.
Sus sollozos eran cada vez más audibles, sólo quería morir, acabar con esté dolor, corto sus brazos y se quedó de pie esperando, esperándolo a él, porque sabía que él vendría por él.
-Por favor, detén este dolor, no puedo… -Sus sollozos se hacían más audibles mientras el tiempo pasaba y el dolor lo consumía de a poco.
De pronto una ráfaga de viento azoto su cuerpo, pero no sentía frio, era una brisa cálida, conocida, la muerte había venido por fin, por él.
-Te amo, Samuel –Dijo mientras su cuerpo caía sin vida al suelo, mientras por su mente pasaba el rostro de la persona que amo hasta el final.
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Amor a la muerte - Wigetta.
FanfictionDicen que cuando llamas a la muerte, es el peor pecado que uno puede cometer. Tu como humano, llamar a la muerta es el peor tabú que los seres vivos pueden cometer.